jueves, 4 de agosto de 2016

UNA PUERTA PARTICULAR

   Siempre me entretuve en observar en aeropuertos y estaciones las caras de la gente cuando se disponía a recibir a seres queridos. La impaciencia, la alegría contenida, las miradas insistentes hacia la puerta desde donde salían aquellos a los que se ansia tanto volver a ver, todo forma parte de una espera que tiene un principal ingrediente, el amor.
   En una ocasión fui testigo de un gran recibimiento por parte de un grupo de gente que con globos y pancartas esperaban a muchos niños saharauis que venían de su árido país para compartir con familias generosas un feliz verano. Los niños llegaban envueltos en polvo de carreteras por las que habían tenido que transitar en destartalados camiones antes de llegar al  aeropuerto más cercano. Temblorosos, curiosos y felices se dejaban abrazar por todos los que querían aliviar sus penurias durante un corto mes con cariño, atenciones, regalos y consultas médicas.
   En otra ocasión pude ver tras esa particular puerta de salida a toda una familia que recibía emocionada a una pareja que traía entre sus brazos a su nueva hija adoptiva procedente de China. En esta ocasión no pude evitar derramar unas lágrimas solidarias junto a abuelos, tíos y demás familiares que veíamos atravesar por la puerta un maravilloso sueño de amor hecho realidad para dos personas.
   De tantos enamorados que he podido ver me acuerdo especialmente de los últimos que vi en el aeropuerto de Madrid. Una chica joven, que debía estar en plena forma física, corrió como la mejor atleta del mundo y saltó sobre su amado encaramándose en este llenándolo de efusivos besos y abrazos provocando la sonrisa en todos los que observamos la simpática escena.
   El mundo de la literatura está lleno de recibimientos inolvidables. En una de las últimas novelas de Javier Marías, Los enamoramientos,  una mujer llegó a un aeropuerto con una maravillosa sonrisa,  el que la esperaba jamás pudo olvidar ese momento, aun cuando la dejó de amar, nunca  dejó de recordar  aquella expresión de  plenitud y felicidad.
   En todo esto existe una cosa en común, el amor que nos une, que nos mueve, que nos toca como si fuera una barita mágica y nos convierte en seres privilegiados porque la única manera de alcanzar la inmortalidad que tiene el ser humano es amando y siendo amado. No nos engañemos sólo se resucita por amor.
   Y no sé que cara debo de tener yo en este momento que estoy al otro lado de la puerta  esperando a que aparezcas. El corazón se ha vuelto loco y con el fin de que se sosiegue lo he sacado de su caparazón en donde suele estar protegido y lo porto ahora en las manos. Me dan ganas de ponerle un cartelito de estos que dicen... FRAGIL. Mis ojos no parpadean y siguen el vaivén de la puerta que se abre y se cierra dejando pasar a tantas personas que no son tú. Estos minutos son eternos, pero finalmente apareces, creo que resucito en este instante. Camino rápido hacia ti con la intención de abrazarte y caigo en la cuenta de que llevo el corazón en las manos.
  

sábado, 30 de abril de 2016

GENOVEVA VS ROMA

   Genoveva adoraba el pasado. En las paredes de su casa lucían colgados almanaques caducos de épocas lejanas que se habían quedado atrás dejando una brillante estela, tiempos felices en los que la belleza y la alegría  hacían acto de presencia cada  mañana, en ese momento crucial en el que uno se mira en el espejo para asomarse al abismo de la verdad.
   Si en algún momento de su existencia, de su historia pasada hubiera tenido que elegir un  sobrenombre, algo así como un nombre artístico está claro que ella se hubiera hecho llamar Roma. Porque Roma no se conquistó en un día, como ella que fue para la mayoría de los hombres que la pretendían inalcanzable, o porque al igual que la bella ciudad eterna, todos los caminos partían de su persona. Porque Genoveva era el principio de un camino, era una Eva en la que parecía haber nacido una belleza incomparable y perenne.

PARECIDOS DEL ALMA

   Un tal Alonso Quijano perdió  su cabeza leyendo libros de aventuras y Renato Abate enloqueció con el cine clásico.
   Había visto mil y una vez todas aquellas películas fantásticas que pertenecían a la época dorada del cine y de todos aquellos actores maravillosos que observaba, había uno que despertaba su admiración, uno en particular era santo de su devoción, se trataba de Paul Newman.
   Renato era un hombre enjuto, parecía curiosamente como el Sr. Quijano, que estuviera seco y envuelta su osamenta de piel y escasas carnes. Sus ojos eran pequeños y miraban de forma somnolienta, como con melancolía. Tal vez vagaban por todas aquellas imágenes que devoraba una y otra vez sin cansarse jamás.
   Renato casi no tenía cabello, le quedaban sobre su testa unas escasas greñas que se colocaba trabajosamente para que no pareciera aquella cabeza un mundo inhóspito. Pero este loco del cine aprendió a poner la cara de condescendencia que ponía Newman en La gata sobre el tejado de Zinc. Sus ojos oscuros con mirada de pozo insondable, miraban con la idea de que eran azules y cristalinos. Tanto observó al actor, en tantas ocasiones estudió sus movimientos, su halo hermoso y varonil que cuando lo vi entrar en la sala su insignificante persona me recordó al famoso actor.
   Al principio me quedé mirando al señor Abate en toda su delgadez y mi cabeza  rebuscaba a quién  me recordaba, y de repente, una expresión suya hizo que Paul Newman me viniera a la mente.
   Pensé entonces  en que existen parecidos que no son físicos, sino que son PARECIDOS DEL ALMA.

domingo, 10 de enero de 2016

CORAZÓN DE CIGARRA

      Aquella historia que cuentan sobre mí y la hormiga y la mala prensa que he tenido  siempre me indignan. ¿ Es que acaso hay algo de malo en ser una cigarra?,¿ qué puede tener de perjudicial el ir cantando al sol o a la luna por la vida, agarrarse a una desvencijada guitarra y arrancarle unas notas, sonreírle a los desconocidos transeúntes  y embaucarlos con un canto de sirena, bueno en este caso más bien de cigarra?
   Como cigarra que soy me encantaría compartir con todos ustedes una declaración  "cigarrera de intenciones", ahora que la hormiga no nos escucha.
   Siendo un bichejo poco popular puede ser que a nadie le interesen mis quereres pero tengo que declarar que yo quisiera que me embargara la emoción y no ninguna entidad bancaria y financiera. 
   Quisiera poder salir despavorida hacia una pista de baile y no de un incendio. Y en esa danza salir ilesa como hizo Gene Kelly después de cantar bajo la lluvia, que no cogió ni una gripe, ni una neumonía ni ninguna enfermedad de los bronquios.
   No sentir nunca el desasosiego ni la envidia, ni siquiera la sana.
   Sería maravilloso poder enamorarse de algún cigarro, pero de uno que no tenga filtros, ni el corazón lleno de alquitrán. Yo optaría por algún cigarrillo de esos que te haga soñar, de los que me haga multiplicar mis pequeñas alas, multiplicar el placer de vivir.
   Después de pasar la experiencia de aquel invierno crudo y cruel, aún me ratifico más en mi cometido y mi destino en la vida, cantar, cantar... cantar las cuarenta, cantar bajo la ducha, cantar a los cuatro vientos, cantar una nana, una endecha, cantar por vicio, por gusto o por un disgusto. Cantar por oficio, por beneficio, por terapia y por peteneras. Como dijo alguien en una ocasión "tal vez el verdadero movimiento del mundo proviene del canto".
   Después de atravesar aquellos días de nieve y ventisca, aún estoy más segura de que nunca seré como la hormiga laboriosa y preocupada, lejana del canto, lejana de los placeres de la vida, lejana de los viajes y de los amores...
   No, no hay nada de malo en tener el corazón de cigarra puede ser que se tenga una más corta existencia pero unas pocas noches y días en mi vida, valdrán por toda la existencia de mil cuadriculadas hormigas.
  
  

domingo, 15 de noviembre de 2015

Siempre invierno

   Aquel invierno nos separamos para siempre, pero tal vez somos como esa pareja de la canción de  Mecano que se veían una vez al año aunque ya no estuvieran juntos " el siete de septiembre es nuestro aniversario y no sabemos, si besarnos en la cara o en los labios."
   Hay historias que finalizan rotundamente sin dudas, sin que se mire atrás, con esa certeza que da la ausencia de amor y la tranquilidad que nace de repente de poder seguir sin ningún deseo de darse la vuelta para ver lo que se ha quedado en el camino  y convertirse en estatua de sal. Pero el final de  nuestro amor llevaba colgado el yunque de la duda, el del arrepentimiento y el del dolor inmenso que sólo dan los grandes amores.
   Y en la caja de Pandora quedaron guardadas todas las delicias de ese cariño eterno, palabras dichas con el corazón, lágrimas de felicidad, y también todos los insoportables dolores que sólo se sienten por amor una vez en la vida.
   Y jugueteamos en muchas ocasiones con la tapa de ese anhelante continente sabiendo que en él, se guarda un pasado que amenaza con arremeter contra el presente.
   Pero aquel invierno nos separamos para siempre y podríamos tocarnos, y hasta entrelazar nuestras suplicantes y amantes manos, pero un enorme muro invisible nos divide, hace que entre nosotros por mucha cercanía física que exista, todo sea dolorosamente lejano.
   Y puede ser que desde aquel tiempo, se haya instalado  para siempre un poco de invierno en nuestras vidas.

sábado, 12 de septiembre de 2015

Somnus mortem fratris est

      Escuché a través de la radio que en algún pueblo del norte de Europa,  un hombre había entrado en un profundo sueño del cual no había podido despertar desde hacía meses. Era un caso preocupante porque este suceso  le había pasado a otras personas, que si habían podido regresar de estos extraños viajes oníricos.
   El locutor de radio contaba el inquietante hecho y me vinieron a la mente las famosas palabras de Martín Luther King.Anoche tuve un sueño ... y mi mente siguió volando hasta aquel recóndito lugar y pensé en aquel hombre atrapado en un solo sueño eterno hermano de la muerte.
    Y por esas malas pasadas que nos juegan los recuerdos que se activan de la manera más extraña, recordé aquellas primeras noches en las que me iba a hacer un simulacro de sueño a tu cama y bien digo simulacro, porque yo  decía usando mi expresión más sincera que solo pretendía dormir a tu lado. Pero el sueño nunca aparecía, huía de mí y en su lugar se instalaba el afán de atesorar todos aquellos segundos. Yo me convertía entonces  en una heroína de las canciones de Michell Sardou y me repetía  je vais t`aimer ... hasta hacer palidecer a todos los marqueses de Sade, hasta hacer ruborizar a todas las prostitutas del arrabal  je vais t`aimer.
   Cuando te dormías yo seguía vigilante guardando los momentos, sabrá dios por que mundos andabas tú cuando yo burlaba al sueño y a la muerte mientras me abrazaba a ti y no era yo entonces un dormido, ni un muerto era una persona viva con los ojos muy abiertos como mi corazón en aquellos momentos.
   Me pregunto qué sucedería si como el hombre dormido, cualquier día yo entrara en ese estado y mi sueño fuera revivir cualquiera de aquellas apasionadas noches... entrar en uno de aquellos momentos y no volver a salir nunca más, y repetir de nuevo je vais t´aimer  hasta que ardan infiernos en tus ojos, hasta hacer rogar y suplicar nuestras manos  je vais t`aimer...
  
  

lunes, 15 de junio de 2015

Vida y milagros de un emoticono :)

   Para un nativo digital los emoticonos forman parte de su código expresivo una manera fácil y rápida  rápido de comunicarse. ¿Cambiarán estos pequeños símbolos nuestra forma de comunicarnos?
   La palabra emoticono viene de la unión de los términos ingleses emotion y icon y se utilizó para definir unas pequeñas imágenes que existen desde los años 80 y que han ido proliferando hasta llegar a la era del Whatsapp  en donde han encontrado un trampolín maravilloso para insertarse en nuestra comunicación cotidiana. Como dato curioso diré que muchos de ellos provienen de la cultura japonesa, son los Emojij.
   Hay opiniones para todos los gustos sobre estos simpáticos simbolitos a veces muy representativos de lo que queremos transmitir y otras veces no tanto. Hay gente que opina que son imágenes que valen más que mil palabras pero ¿estamos comunicándonos bien con un emoticono? ¿Realmente dicen lo que tienen que decir o lo que queremos decir?
   La pedagoga María Alberto opina que representan un lenguaje visual y emocional como eran las caligrafías maya o china.
   La especialista en semiótica Cristina Peñamartín cree que tantos dibujos afectivos están abaratando la expresión de los sentimientos, decir te quiero con todas las letras va a ser importante en el futuro.
   Mara Torres la periodista del programa de radio Hablar por Hablar cree que tendremos que utilizar en breve un diccionario del emoticono porque mal empleados o sin querer pueden dar pie a interpretaciones erróneas. La CIA tiene ya un departamento dedicado a interpretar emoticonos en millones de mensajes que espían.
   Las estadísticas también los estudian. Se han clasificado por países y se ha descubierto que España utiliza muchos símbolos relacionados con la fiesta, como no. Francia es el país que utiliza más emoticonos de tipo afectivo y los países musulmanes no usan los dibujos relacionados con bebidas alcohólicas que sin embargo si  utilizan mucho los rusos, será por el frío digo yo.
   Pero ¿qué es para mí un emoticono? Pues algo que utilizo cuando no quiero implicarme, cuando quiero o tengo que comunicarme y no quiero decir nada, a veces es como dar una palmada, una simple llamada de atención. Me sirven para no tener que buscar la palabra acertada, la frase apropiada que describa exactamente  lo que estoy pensando o sintiendo y puedo esconderme detrás de uno de esos pequeños simbolitos como el que está detrás de un biombo y enseña una mano enguantada porque detrás de una de esas caritas sonrientes hay muchas palabras que no se dirán, incluso tal vez puede haber una persona que no es "happy" o "smily" sino alguien cercano al famoso "caballero de la triste figura".
   Si quiero expresar mis afectos con ellos  pues suelo poner muchos, un solo corazón, un solo beso me resultan pobres  para decirle a alguien que de verdad lo aprecio, aunque reconozco que es una de las cosas positivas que tienen estos iconos, el poder ser más cariñoso en una conversación y me explico, siempre solemos terminar los diálogos con corazones o besos algo que no hacemos tanto en persona. No le decimos a nuestros amigos al despedirnos: besos, besos, besos, corazones, corazones, más un beso volado, más flores.
   En fín creo que los emoticonos deben ser un complemento de nuestra comunicación, no una sustitución de nada.
   El otro día hablando con unos amigos de lo complicado que es a veces la comunicación por Whatsapp, decíamos que en ocasiones teníamos que releer las conversaciones para ver el verdadero sentido del mensaje recibido. ¿Qué hacíamos cuando no quedaba constancia de lo que se decía, cuando afortunadamente o desafortunadamente a las palabras se las llevaba el viento? Pues recordábamos, hacíamos memoria de todo lo dicho, Ahora que un mensaje se puede utilizar como prueba en un juicio, nos vamos dando cuenta de que la cosa no es pasajera, que el Whatsapp  con todos sus emoticonos, ha llegado para instalarse por siempre en nuestras vidas y esto va a cambiar, me guste a mí o no, la forma de comunicarnos.
   En una conocida emisora de radio proponían el otro día que los escuchantes tradujeran con emoticonos la letra de una canción. Creo que me despido de este post de esta manera, les robo la idea a los de la emisora de radio.
   Yo con todo mi corazón ( aquí iría ahora un corazón ) brindo ( póngase una copa en este lugar ) porque cada día seamos más expresivos ( coloque una carita de asombro ) y no nos volvamos seres inertes e incomunicados ( aquí ahora  va la carita que lleva la boca tapada,¿saben cuál es? ) poseedores de símbolos sin sentido ( ahora preparados porque llegan ... corazones, flores, caramelos, copas de vino, vasos de cerveza, gitanillas y hasta  el papa ). 
 

domingo, 14 de junio de 2015

La mala hierba es hermosa

   Es cierto que en cualquier apesadumbrado momento o lúgubre lugar, uno puede tropezarse con la belleza. Pero no esa belleza clásica que los griegos adoraban y reproducían fielmente en perfectas esculturas, sino esa preciosa realidad por la cual a veces sentimos pasión por la vida, aunque esta se muestre en ocasiones como un lugar desapacible.
   Y ha sido en uno de esos instantes en los que por casualidad puede comprobar que la mala hierba es hermosa.
   Esa desafortunada planta que nace junto a la querida semilla que es cuidada y regada cada día con cariño, se viste con sus mejores galas y nos cautiva, nos seduce y nos confunde. Y tememos arrancarla y dejamos que continúe con  su extraña existencia... y todo esto me ha hecho pensar en la vida, en lo duro que es a veces sobrellevar determinadas situaciones, emprender nuevos caminos porque aquellos por los que transitábamos se nos cerraron. Y como cuando la tristeza nos acecha con tesón, brota de nuestro corazón una curiosidad insaciable y uno ante la curiosidad tiene que abrir los ojos y si ésta se presenta en el mismo instante en el que se siente una lástima, nuestras lágrimas quedan petrificadas para ser lloradas en otro triste momento porque apura la vida y el color y el conocimiento. Entonces vivimos, aprendemos y sobre todo danzamos, no queda otra porque esa es la ley.
   Y ¿quién no quiere llegar a la ciudad más lejana o seguir soñando con ese buen amor? ¿Quién no desea descubrir fantásticas historias cinceladas en gloriosas páginas de grandes libros, o admirar preciosas paisajes cotidianos que nos hacen respirar profundamente con su belleza?
   La vida a pesar de todo es maravillosa aunque los cielos se vuelvan oscuros y de cobalto como la mala hierba que es hermosa, y comprender ésto es todo un descubrimiento.

miércoles, 22 de abril de 2015

Abrir esa ventana llamada libro.

   ¿Te has planteado alguna vez cuando empezaste a leer libros y porqué?  Dicen que los que somos devotos de la lectura hemos llegado a esta afición porque nos la han inculcado desde pequeños, porque veíamos leer en nuestra casa a nuestra familia y por imitación hemos tomado este hábito de abrir un libro y recorrer sus páginas en busca de no se sabe qué. Creo que no es mi caso. Si que es cierto que en mi casa había libros pero creo que la pasión que siento por la literatura es algo absolutamente mío. No me acuerdo del primer libro que me leí, me parece que fue una de esas novelitas juveniles que circulaban en la época pero de lo que si me acuerdo perfectamente es de la emoción que sentí al poder conocer otras vidas que nada tenían que ver con la mía. Me parece que  la magia de la literatura  radica en eso, en explorar otras vidas, otros pensamientos, en no sentirme tan limitada con una sola vida por delante,  con una sola ciudad por la que transitar, con unos cuantos amores que experimentar, porque creo que no hay tiempo para mucho más en este corto espacio de tiempo por el que circulamos en esta única existencia que nos han concedido. Creo que me entenderás si eres de esos que en alguna ocasión has llegado a mojar las hojas de un libro con esas lágrimas que se te escaparon. Me ha pasado alguna vez, pocas veces es cierto, pero cuando ha sucedido, el contacto de las lágrimas con el papel ha hecho que de repente haya salido de mi ensimismamiento y haya tomado consciencia de que estaba leyendo. Como cuando te despiertas de un mal sueño con una angustia tremenda. En ese momento me he dicho a mí misma: -hey que es un libro, sólo una historia y no la realidad.- Pero ya es tarde porque en ese momento esa historia se me ha quedado dentro y forma parte de mí. Me he visto muchas veces hablando con amigos y mencionando a los personajes de las historias que me he leído como si hablara de algún vecino peculiar y es que cada historia nos trae un mundo de experiencias que no hemos vivido pero que nos calan sin que podamos hacer nada por evitarlo.
   De todos los momentos de la lectura hay dos que a mí especialmente me parecen actos de magia. Se trata del momento en que leemos las primeras líneas de una novela. Seguramente para un escritor serán las frases más difíciles de escoger y para nosotros  inconscientemente son  las palabras en las que queremos encontrar el" todo" de esa historia. Aunque estoy hablando de Narrativa muchas de esas frases del comienzo  tienen mucho de poesía. ¿Te acuerdas de ese famoso "En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme..." ? ¡Qué genial manera de comenzar una historia! , toda la poesía del mundo y todo el misterio desvelado encuentro yo en esta famosa frase del gran escritor de teatro frustrado y creador de la novela moderna Miguel de Cervantes.
  Hay un comienzo de un libro, más que unas líneas se trata de un párrafo, que siempre me ha fascinado y en la época en la que pensaba  ser profesora de literatura, asignatura que no existe actualmente en los currículos académicos, había decidido que la comentaría con mis alumnos con el fín de engancharlos a este mundo irreal de las letras. Seguro que si el acto de abrir un libro te maravilla, estarás de acuerdo conmigo en que estas líneas con las que empieza La historia interminable de Michael Ende son fabulosas y nos describen a todos nosotros ahí van,

   La pasión de Bastián Baltasar Bux eran los libros. Quien o haya pasado nunca tardes enteras delante de un libro con las orejas ardiéndole y el pelo caído por la cara, leyendo y leyendo, olvidado del mundo y sin darse cuenta de que tenía hambre o se estaba quedando helado.
Quien nunca haya leído en secreto a la luz de una linterna, bajo la manta, porque papá o mamá haya apagado la luz con el argumente bien intencionado de que tienen que dormir, porque mañana hay que levantarse tempranito...
Quien nunca haya llorado abiertamente o disimuladamente lágrimas amargas, porque una historia maravillosa acaba y había corrido tantas aventuras, con los que quería y admiraba, por los que había temido y rezado, y sin cuya compañía la vida le parecía vacía y sin sentido...
Quien no conozca todo esto por propia experiencia, no podrá comprender probablemente lo que Bastián hizo entonces...

   Este es un comienzo muy hermoso pero hay otras maneras de comenzar una historia que me parecen bastante curiosas como La hija del caníbal de Rosa Montero  que comienza así,
    La mayor revelación que he tenido en  mi vida comenzó con la contemplación de la puerta batiente de unos urinarios. He observado que la realidad tiende a manifestarse así, insensata, inconcebible y paradójica, de manera que a menudo de los grosero nace lo sublime; del horror, la belleza, y de lo transcendental, la idiotez más completa.
   
   Umberto Eco empieza de esta manera esa gran historia que es El nombre de la Rosa,
   Era una hermosa mañana de finales de noviembre. Durante la noche había nevado un poco, pero la fresca capa que cubría el suelo no superaba los tres dedos de espesor. A oscuras, enseguida después de laudes, habíamos oído misa en una aldea del valle. Luego, al despuntar el sol, nos habíamos puesto en camino hacia las montañas.

   Muchas líneas que nos prometen una gran historia, que son la manera que tiene el autor de hacerse publicidad como si nos dijera: -pasen y lean, no se pierdan este cuento. Adolfo Bioy Casares, ganador del premio Cervantes, autor de una historia fascinante que recomiendo leer, La invención de Morel  lo hace de esta manera tan directa,
   Hoy, en esta isla, ha ocurrido un milagro.

   El otro acto mágíco es sin duda el final del libro. Recorremos esas líneas y nuestra reacción es la de permanecer con el abierto en las manos tal vez saboreando las palabras definitivas y que concluyen la historia. Tal vez lleven en ellas la revelación de todo un entresijo de sucesos que nos ha traído de cabeza durante toda la lectura y al igual que el comienzo, también opino que son frases poéticas que dan sentido a toda la historia y que son el final de ese círculo mágico que se abrió en la página primera.
   Hay un final de una novela que me leí en cierta ocasión, Las uvas de la Ira  de John Steinbeck, que durante muchos años ha estado girando en mi cabeza. La historia que transcurre en los años de la crisis de 1929 en EE.UU, termina cuando en un cobertizo  una mujer recién parida le da de mamar a un hombre para que este no perezca de hambre. Me pareció algo muy brutal que nunca se me ha olvidado. Una escena que el autor escogió para colocarla en ese lugar de la novela, la última página y los últimos renglones. Magistral este autor ganador del premio Nobel.

   Pero tengo otro final, es muy conocido tiene algo de bíblico y es el siguiente,
     (...)pues estaba previsto que la ciudad de los espejos sería arrasada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres en el instante en que Aureliano acabara de descifrar los pergaminos, y que todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre, porque las estirpes condenadas a Cien Años de Soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra.

  ¿Tú también tienes un comienzo o un final favoritos? ¡ Qué nos queden muchas ventanas de éstas por abrir!. Me parece que la vida es más vida, saltando de página en página, abriendo esas ventanas de par en par. Feliz día del libro.








domingo, 19 de abril de 2015

Mi caballero andante.


    No me gusta utilizar términos anglosajones pero me define bastante bien el decir que vivo en el front row  de la ancianidad. En primera línea observo cada día a un anciano caballero andante  que se apoya en un bastón de mago y comparte mesa conmigo.
   Lo miro con mis ojos todavía de "joven" que tiene muchas cosas que hacer, mucha prisa por acabar lo que quiera que esté haciendo, muchos sitios a donde ir, muchos deseos, muchas chispas que salen de mi persona que circula en ebullición por la vida.
   Él me mira con sus ojos llenos de recuerdos, con todo su tiempo libre y su lentitud de tierno caracol que lleva toda su existencia a cuestas, la cartera llena de fotos de su ausente amor para sacarlas al sol en cualquier momento y admirar el rostro sonriente retratado antaño, que ahora lo enamora más que nunca, prueba fehaciente de que el verdadero amor se renueva eternamente .
   Sus viajes se han limitado a desplazarse hasta el bar de la esquina en reuniones con los amigos que van quedando y en visitarme  cada día, trayéndome noticias de ayer. De su persona la ebullición ha desaparecido y ahora destila sabiduría y parsimonia.
   Si sigo observando veo tanta vulnerabilidad que de repente me he solidarizado con todos los ancianos del mundo y si como dice Serrat: "todos llevamos un viejo encima" también me solidarizo conmigo misma ya que la otra opción es la eligió Marilyn, morir joven y dejar un bonito cadáver.
   La vejez no es un valor que esté en alza ahora mismo en esta sociedad, en este país con un alto índice de gente mayor.
   Visito con frecuencia los hospitales cuando a mi caballero andante se le rompe la armadura y necesita que se la remienden y veo a cada familia con su anciano al pie de las camillas.
    Vivimos un mundo loco que prolonga las vidas que ya no tienen aliento. Deberíamos vivir hasta que pudiésemos ser capaces de respirar profundamente y transcurrir por los días sin dejar de ser autónomos y pudiendo mantener nuestra identidad, lo demás es un bis que ya no hace gracia. Vivir sin sentir cuando ya se han ido las pasiones, los recuerdos y hasta casi el latido.
   Yo soy ahora como esas civilizaciones orientales que veneran a sus mayores por esa paz que dan y por esa sabiduría que tienen. La gente de nuestra generación y de las generaciones anteriores están subidas en la noria de la vida en donde hay poco tiempo para la reflexión y para el sosiego porque se está en la lucha por la supervivencia, el éxito o cualquier loco afán en el que los seres  humanos nos empleamos.
   Yo me agarro a mi caballero y a su bastón mágico para seguir con él paseando por la vida. Espero que su aventura dure hasta que circule el verdadero aliento por sus venas sin dejar nunca  de ser él, sin perder jamás su esencia. Sigo aprendiendo y riéndome a su vera, en eso las cosas no han cambiado tanto de cuando era una niña y teniéndolo cerca parece que la lucha contra los molinos no se hace tan dura.



lunes, 13 de abril de 2015

Asi empieza lo malo. Javier Marías.








  En la literatura circula la vida y de una forma particular en los libros de Javier Marías  además de una certera reflexión sobre ella. Tal vez en sus novelas haya una  especial visión sobre todo, la suya, pero es una panorámica que me convence. Me gusta su punto de vista sobre muchas cosas que a veces coincide con el mío y que otras tantas me enseña o me da a pensar acerca de algo sobre lo  que no había reflexionado.
   Nacido en Madrid en 1951 su obra ha sido traducida a más de 40 lenguas y publicada en 50 países.
Es curioso como varios de sus libros tienen títulos que pertenecen a la obra de Shakespeare. Es el caso de Mañana en la batalla piensa en mí, Corazón tan blanco y ahora del libro que me ocupa Así empieza lo malo. "Así empieza lo malo y lo peor queda atrás" -decía Shakespeare en una de sus obras.
   Así empieza lo malo es una historia en la que dos personajes  Muriel y Beatriz viven una serie de acontecimientos   que están condicionados por todo lo que sucedió en el pasado. Como la vida misma, todo lo que vivimos en la actualidad en nuestras vidas es como es por cada uno de los movimientos que hemos hecho desde que empezamos a actuar en este gran escenario.
   Aparece un tema recurrente en Marías "los secretos". Esas grandes o pequeñas cosas que no contamos, que no nos cuentan y que van a tener tanta importancia en las decisiones que vamos a tomar o en las decisiones que tomarán los demás, cuando ocultamos la verdad o parte de ella, o cuando hacemos una traducción de esta, como si la persona con la que nos comunicamos hablara en otro idioma y tuviéramos la necesidad de traducirle los hechos y así es, los traducimos pero no a otro idioma,  los traducimos a nuestro propio pensamiento, que no es el mismo que el del otro.
   Ahora me leo esta historia y pienso en todas esas cosas que no dije en su momento o que no me dijeron. Esos silencios que van a ser los culpables de que las cosas hayan transcurrido de una manera determinada.
    Lo que no se cuenta influye y lo que se cuenta también  porque el ser humano tiene una mala costumbre, ademas de la de callarnos o mentir, también tenemos un vicio,  el vicio de contar. Esa  necesidad que tiene hasta el mudo impedido para emitir sonidos con sus marchitas cuerdas vocales  y que aprende a hablar con sus manos, con esos movimientos que parecen las alas de una mariposa al viento. El introvertido, el tímido, el celoso de su intimidad, el reservado, el asesino, el mentiroso, el traidor, el cura que oye la confesión, el médico que conoce el diagnóstico, el maestro que escucha al padre que derrama su secreto en el aula ya vacía de alumnos, todos cuentan, todos revelan sus miedos, sus esperanzas, sus sueños y los secretos propios y ajenos y cada historia se tergiversa, no  es la historia vivida, es la historia contada, ya ordenada, ya un poco lejana del caos de la realidad.
   Y hay muchos temas dentro de la novela de Marías, sus personajes tal vez son una excusa para llevarnos por tantas cuestiones  que se quedarán dando vueltas dentro de  nuestra cabeza una vez que hayamos leído la última página.
   El amor apasionado que el protagonista clasifica como de extraño, por lo difícil que es que se dé, incluso de incómodo, por tener que sufrirlo:
   ¿Por qué habría de querernos el que señalamos nosotros con el tembloroso dedo? (...) ¿A qué tanta casualidad? y cuando se da, ¿a qué tanta duración?  ¿Por qué ha de perseverar algo tan frágil y tan prendido con alfileres, la más rara conjunción? (...) El extraño gusto por la repetición, volver al mismo cuerpo y regresar y volver...
   La juventud como esa época en la que todavía el ser humano no está formado, no está "hecho" como le dirá Muriel al joven que hace las veces de narrador de la historia, el joven De Vere:
   Aún no estás hecho del todo. (...) Probablemente nadie esté nunca hecho del todo, y todavía menos los jóvenes, y es normal que los mayores los veamos así, inacabados o como una novela a  medio escribir o leer, en la que puede suceder cualquier cosa o no tanto- pero demasiadas-.
   Como vemos a los demás en nuestras relaciones:
   El otro nunca está claro, es siempre oscuro, hasta nuestra mujer y nuestros hijos nos resultan opacos, y en efecto uno nunca se mete en los pensamientos de nadie y a veces los otros, ni siquiera están pensando, solo reaccionan, sólo actúan o responden a estímulos, pasando por el cerebro por alto o no haciéndole caso o sorteándolo, no dándole tiempo a expresarse, ni a formularse...
   La novela está ambientado en el Madrid de los años 80, recién instalada  la democracia, recién instalada la "supuesta libertad" que se respiraba después de tantos años oscuros:
   Fue un período en el que en Madrid casi nadie dormía porque tras las noches de farra, y salvo los estudiantes y los artistas y los vagos profesionales, no había noctámbulo que, no se encontrara a la mañana siguiente en su puesto de trabajo. (...) Nadie era capaz de sustraerse a la ebullición nocturna de aquellos años, anómalos, festivos pese a las zozobras políticas, las incertidumbres de toda índole, si tenía algo de dinero y aunque fuera muy desdichado. Por entonces no eran raros los atascos  de tráfico, en medio de la madrugada de un miércoles, de un lunes y hasta  de un triste martes.
   El tema de la maldad está continuamente presente en el libro, lo malo que empieza siempre en cualquier momento de la vida:
   Hay que contar con que todos hemos hecho algo malo en alguna oportunidad. Tú también, o si no: dispones de todo el tiempo del mundo, demasiados años por delante.
   El eco de los años oscuros del dictador planea sobre las páginas de la novela de Javier Marías. Hechos horrendos que salen a la luz cuarenta años después, cuando muchos limpiaron sus manos, cambiaron su semblante y su culpa y se vistieron de demócratas alegremente;
   Hace cuarenta años no había medias tintas entonces. Pero estamos en 1980, y han pasado esos cuarenta años para mezclarlo todo más de lo que imaginamos.

   A muchos se les pagaba en especie (...)-¿En especie? ¿Qué especie, si esas familias tenían poco o nada?  -Tenían pasado. Tenían secretos y tenían mujeres.

   Podría escribir muchísimas citas más de este libro que no es ni el mejor ni el peor de este escritor, pero que  es una vez más una novela que me interesa y me lleva a reflexionar sobre muchas cosas.
Me fascinan los finales en la literatura. Ese mensaje que busca el escritor para apartarse definitivamente de la historia, cerrarla y dejarnos a nosotros con esa certeza o con una incertidumbre tremenda. Ahí van las líneas con las que acaban esta novela:

   Hice bien en esperar a quererla, a que me señalara con su tembloroso dedo y yo estuviera en condiciones de verla, y he hecho bien en quererla todos estos años atrás, seguramente no he hecho nada mejor en mi vida.

   No será lo mejor que hagas en tu vida pero no te pierdas a Javier Marías en Así empieza lo malo, vivir otras vidas es un placer que nos da la literatura, la suya con una visión tan profunda de la vida mucho más.

 

lunes, 30 de marzo de 2015

¡TAXI !











    Iba absorta mirando a través de la ventanilla del taxi, eran las siete de la mañana y
 la ciudad se iba despertando poco a poco, en la radio sonaba una de esas canciones imposibles a la que no se la puede ubicar en una época determinada, era una canción antigua y melancólica y en aquel momento era la banda sonora de mi vida. Aquella vida mia extraña y complicada que parecía haberse  detenido en aquel taxi y en aquella hora, las siete de la mañana, una hora para no estar despierto, para estar a salvo y abrigado en una cama que no esté vacía y cubierta de mullidos edredones Pero yo iba en un taxi y a esa hora  tal vez estuvieran pasando cosas buenas  como una hornada de croasanes calientes y deliciosos que salían de un ardiente horno o el inminente encuentro de dos amantes que impacientes se disponían a darse un abrazo infinito tras de la puerta. Eran las siete de la mañana y también era probable que todo lo malo de la vida estuviera a punto de suceder. Alguien que se disponía a ingresar en prisión o un suicida que barajaba la posibilidad de llegar al final del camino con lo  imprevisibles que son los suicidas normalmente.
   Pero en aquel taxi se estaba bien era como estar en tierra de nadie. Las calles se iban sucediendo ante mis ojos con esa luz mortecina que empieza a aparecer con los primeros rayos de sol que se hacen notar en el frío y festivo mes de Febrero. Mi pensamiento volaba a la misma velocidad que se movía ese vehículo blanco con un cartel de libre en el parabrisas. Libre, libre, libre, así me sentía a las siete de la mañana en aquel taxi, deseando no llegar a mi destino porque  todo lo veía claro desde ese lugar inexistente en  ese estado de gracia y en  ese momento tan preciso,
    El coche se paró, a duras penas le pague al taxista tal vez haciendo tiempo para no salir rápidamente, para seguir escuchando la banda sonora de mi vida que ahora se había convertido en una melodía maravillosa que no quería dejar de escuchar, para intentar seguir pensando con tanta clarividencia, para seguir sintiéndome tan libre a las siete  de una mañana fría de Febrero.
   Y me vi ante mi puerta introduciendo la llave en la cerradura y miré hacia el taxi que desaparecía en la esquina. Y volvió mi vida extraña  a instalarse de nuevo en  mis pensamientos.

martes, 17 de febrero de 2015

El hombre enfadado del sillón y el fin de 900 días de amor.

   Supe que tenía que desertar de aquella vida un viernes por la tarde. No fue un día especial en el que ocurrieran grandes acontecimientos o en el que dieran en la tele algo excepcional, como uno de esos interminables partidos de fútbol  de un mundial, o las noticias contándonos los pormenores de una catástrofe aérea en Oriente, no, como cada viernes el plan era no tener plan, sentarme allí al lado de aquel hombre enfadado, nunca  supe el  porqué de su enfado, mientras escuchaba los sonidos que venían de la calle.
  Eran sonidos de viernes se notaba, yo observaba el televisor junto a aquel señor silencioso y circunspecto pero mis oídos y mi cabeza se concentraban en la algarabía que venía de fuera. Allí sentada, circunspecta yo también por mimetismo, me quería imaginar las caras de la gente que en la calle había salido de sus casas para ir a lugares alegres y ruidosos, a sitios donde se bailaba y se hablaba y se bebía como un viernes más, como cada viernes mientras yo parecía convertirme en hierro que quedaba atrapado por el  gran imán que suponía aquel sillón ,  aquel hombre serio y aquel televisor  al  que yo no le prestaba atención.
   Viendo aquella imagen nadie hubiera sospechado que una vez, entre aquel hombre callado y yo había habido novecientos días de amor. Justamente novecientos días que es lo que dicen los expertos que dura una pasión. Una pasión en la que hubo juramentos de "te quieros para siempre",en donde todos los besos y caricias del mundo eran pocos e inagotables y en donde no había televisión  ni apabullantes silencios.
   Desde aquel sillón, aquel viernes empecé a vislumbrar otra vida lejos del señor enfadado, mi compañero de asiento. Debo reconocer que parecía difícil escapar de aquel lugar y de esa ausencia de palabras que me había hecho enmudecer a mí también, todo se asemejaba a esa situación en la que por la noche tienes una tremenda pesadilla en la que quieres gritar y no puedes hacerlo, así me sentía yo atada a una mudez, atada a un enfado, atada a un sillón... pero ahora desde la lejanía de aquel lugar y de aquella vida, he podido entender que no hay ataduras eternas, por muy difícil que parezca escapar de ese tipo de prisión. Cada uno de nosotros lleva unas alas interiores que nos hacen buscar la libertad, por muy complicada que se nos ponga la situación, por muy atrapados que podamos estar y sentirnos,
   Y a partir de aquel viernes, en el que las risas de la gente en la calle llegaban a mis oídos de una manera más nítida y fuerte, en el que el hombre enfadado empezó a convertirse para mí en un espectro que se sentaba a mi lado y que representaba las cenizas de un amor que duró novecientos días, ese viernes en el que miraba a un televisor pero ya no lo veía, a partir de ese momento comenzó mi huída hacia otra vida.
   Y ahora si alguna vez paso cerca de un sillón y hay una tele encendida, entre nosotros, no me siento nunca por si acaso llega algún otro señor enfadado y se me sienta al lado.
 

domingo, 11 de enero de 2015

DESDE UN TAXI




    María he decidido abandonarte. No creas que ha sido fácil tomar esta decisión pero en todo esto han pesado  mis deseos de libertad y sobre todo la certeza de que a tu lado nunca seré feliz.
   Sí, ya sé que teníamos una vida en común estupenda, que entre nosotros no existían los gritos ni las peleas, ni siquiera el aburrimiento. Hemos compartido muchos momentos y todas esas vivencias me han hecho comprender que pese a que eres alguien  lleno de estupendas cualidades hay algo en mi interior que me ha venido diciendo en los últimos tiempos que tú no eras la persona que yo soñaba. Tal vez es que yo seré siempre el "buscador del amor", un amor que quizá solo exista en mi cabeza y nunca en la realidad. Un amor que no pueda personificar jamás porque podría suceder que no halle nunca a esa persona que me haga sentirme libre, libre para poder atarme a la idea de vivir permanentemente sin deseos de partir jamás hacia ningún otro lugar.
   Sé que no busco un motivo, sino un sentimiento, no quiero razones, quiero sentir sin más. Puede que contigo todo fueran motivos y razones.  
   Me odiarás por mi cobardía, por haberte hecho saber mis intenciones a través de un mensaje pero es que  no he sido capaz de enfrentarme a tu mirada profunda, inteligente y absurdamente escrutadora.
   María te estoy escribiendo este mensaje desde un TAXI y fue también desde un TAXI desde donde te vi en una ocasión  cuando caminabas por la acera ajena a mi mirada, absorta en tus pensamientos y al observarte a través del cristal, desde mi asiento viéndote sin que tú pudieras verme, tan lejana ya de mí como si fueras una extraña, alguien ajeno a mí y a mi vida, entonces pensé  María que debía tomar la decisión. 
   El taxista está impaciente por saber nuestro destino, lléveme al aeropuerto, digo con la más absoluta de las convicciones.


   ¡TAXI, lléveme rápido al aeropuerto! Tengo que llegar antes de que coja el avión. Pero ¿a dónde se irá? Cuando el TAXI me deje en la puerta iré a donde está el control de la Guardia Civil y allí lo encontraré, todo el mundo tiene que pasar por ahí. Esto no me puede estar pasando a mí, llevamos catorce años juntos, catorce años sin una discusión, sin un problema, sin una palabra más alta que otra... y no sé ahora que es lo que pasa. Nunca noté que fuera infeliz, que estuviera pensando en abandonarme. TAXI, ¿ no puede ir más rápido?  Me parece mentira estar ahora aquí, persiguiéndolo, yendo tras de él, Puede ser que nunca me trajera flores, pero siempre traía ganas o al menos eso creía yo. Que desagradecido es el amor, es un juego en el que siempre sale alguien perdiendo y creo que esta vez me ha tocado a mí. En realidad no sé que es lo que hago yendo en su busca. ¿Qué voy a conseguir? Un puñado de excusas, unas cuantas palabras balbuceantes que además ha sido incapaz de decirme a la cara. Si, creo que esta partida está perdida, pero todos los seres humanos necesitamos que nos anuncien la muerte y la muerte llega sin avisar, un día sin más. Es como ese condenado a morir en Japón, que espera en el corredor de la muerte y cualquier día lo llevan a la horca, así sin avisarlo. Se pasa años enteros sabiendo que va a morir, pero sólo el día elegido por los supremos conoce que ese es el día del fín. Hoy es el día del fin de mi amor. TAXI damos la vuelta, lléveme al principio de una nueva vida, sin él.


  

martes, 23 de diciembre de 2014

Un paseo por la puntilla en la playa de Las Canteras.



 La historia  de la playa de Las Canteras comenzó en la puntilla y conociendo estos lugares podemos saber como se formó nuestra ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, desde esta zona tan particular que forman el istmo y La Isleta.
   La realidad es que a finales del siglo XIX los canarios vivían de espaldas a la playa. Esa zona maravillosa, parque natural del que disfrutamos los habitantes de Gran Canaria no existía como tal porque el concepto de vida al aire libre cerca del mar era algo que aparecería más tarde. Fueron los ingleses y otras personas que provenían de fuera los que nos trajeron  esas costumbres de broncearnos al sol, de prácticar deportes acuáticos y de vivir la vida disfrutando de un paisaje único que nos acompaña a todos los habitantes de esta maravillosa ciudad. Pero antes de que esto sucediera el grancanario acudía a la playa a buscar su sustento, la pesca, que en aquellos años era muy abundante en la zona. Aún ahora podemos ver las barquitas en la arena resto de lo que fue antaño una zona de pescadores. También  prueba de esta actividad fue la existencia en el lugar de una fábrica de conservas , la Factoría de los Escobios, situada en donde se encuentra actualmente el restaurante La Marinera.
   A principios del siglo XX con el nacimiento del Real Club Victoria como club que fomentaba los deportes, la construción de la Caseta o Casetilla de Galán, una casa de madera que estaba situada en la arena y que era como una especie de balneario y lugar para comer, que le debe su nombre al gaditano que tuvo la idea de ponerla en aquella zona, cerca de la actual calle Tenerife y la existencia del Sensat, barco que se ubicó entre la barra y la orilla, anclado en aquellas otras aguas más profundas que las que nos bañan ahora debido a la menor cantidad de arena existente en aquellos momentos en los fondos y que servía como lugar de recreo y restaurante para gente de poder adquisitivo de la época, nuestra playa empieza a formar su carácter social, lúdico y de disfrute que conocemos ahora. La vida de los canarios estaba cambiando y la zona se va poblando de una gente joven que veia muchas posibilidades en este enclave tan particular, un istmo que está bañado por dos orillas y al que llega una población nueva, con nuevas ideas y que mira a su alrededor de otra manera viendo oportunidades en donde antes sólo se veía la búsqueda del sustento.
   Y va transcurriendo el tiempo y se van ubicando en la zona personas y construcciones que nos indican que las necesidades sociales van apareciendo debido a que la población va aumentando.
   Encontramos así la escuela de doña Librada, mujer que hace una gran labor de alfabetización en la Puntilla. Cerca de su escuela está el Teatro de los Hermanos Millares, teatro- cine en el que se desarrolla una actividad cultural que demandaban los habitantes del lugar. En aquel escenario actuaban incipientes artistas grancanarios que entretenían las tardes a los isleteros.
   El asilo-hospital escuela de San José también hace su aparición en aquellos años porque su constructor cree necesaria la existencia de un lugar para que las personas necesitadas tengan un sitio para ser atendidas e instruídas,
   Así que por un lado tenemos una población que ve posibilidades, los que hacen de la playa el sitio de recreo que es hoy en día y por otro lado, la población que empieza a buscar trabajo en ese nuevo concepto que está naciendo de la vida, la idea de disfrutar de aquel enclave único y así evoluciona el sector servicios que es hoy la principal fuente de riqueza de la Playa.
   Llegaron los años 60 en los que apareció el turismo, nuestra arena se llenó de hamacas necesarias para que los extranjeros se tuesten al sol, desaparece  la factoria y el teatro y en su lugar se ubican hoteles como el Imperial Playa  y apartamentos que van a ser ocupados por gentes del norte de Europa .
   Y sé que por los años 60 había una joven que recorría aquellos lares paseando con sus amigas cada tarde, que iba al teatro Hermanos Millares a ver alguna actuación, saludaba a la maestra doña Librada y soñaba con ser feliz. En los días de sol entraba en el mar y creo que ese lugar, esa playa mágica  le pintó una sonrisa para siempre en su rostro. Y yo, astilla de ese palo, salgo cada noche andando por esas mismas baldosas que ella pisó, tal vez con su mismo sueño, con su mismo rostro y con el mismo amor por la playa, un amor heredado y eterno además. Y es todo un ritual llegar hasta el final y asomarme en ese lugar en el que antaño se ubicaba la fábrica de conservas, y ver toda esa maravilla de paisaje que no deja de enamorarme cada día. La barra de materiales volcánicos y corales que es la mejor muralla natural que haya existido, las luces de la ciudad ya casi recogida... y uno respirando profundamente sin cansarse nunca de ver cada noche la misma fotografía en la que yo estoy también retratada. Y si yo algún día me fuera a vivir a otro lugar solo tendría que asomarme a alguna ventana abierta, cerrar fuertemente los ojos y entonces ya estaría en mi playa de nuevo, solo porque hay paisajes que se llevan escritos en el ADN y en el alma  y La playa de Las Canteras está grabada dentro de mí como se graba algo querido. pues para siempre.

domingo, 21 de diciembre de 2014

UNA DECLARACIÓN DE BUENOS DESEOS PARA LA NAVIDAD.

   Una cantinela suena por los hilos musicales de los supermercados. Es la banda sonora de esta época. "El camino que lleva a Belén. Baja hasta el valle que la nieve cubrió..." dice la letra de la canción y uno va con el carro de la compra esquivando polvorones, mazapanes y bombones que de repente han invadido las estanterías y que con sus brillantes y coloridos envoltorios sugieren una falsa felicidad efímera.
   Y qué hacer cuando lo que realmente quieres es esquivar la mismísima fiesta de Navidad, cuando anhelas que esos días que todo el mundo clasifica de especiales, fueran un lunes o un martes normales, sin cena copiosa y elaborada, sin esa alegría ficticia que de repente se ha instalado alrededor convirtiéndose en una obligación.
   Yo me revelo contra la algarabía impuesta, contra la cena con los huecos tan dolorosos en la mesa, contra los momentáneos y falsos buenos deseos en el mundo de tanta gente que tal vez el resto del año ni se plantea ese binomio de PAZ/AMOR que sería tan importante que estuviera en nuestros corazones. Y doy fe que se puede hacer, que uno puede hacer un paréntesis, vivir este tiempo con los ojos y los oídos cerrados a luces y sonidos navideños. Cerrarse a cal y canto a la fiesta y la tradición, a la parafernalia, a la grotesca cena de empresa, a la falsa palmadita en la espalda y a la curiosa felicitación efusiva del vecino que a duras penas te da el buenos días cada mañana. Y el hueco, que no está verdaderamente en la mesa, que está en tu corazón, se agranda tanto estos días que uno teme sucumbir entre villancicos, comilonas y regalos que nos vacían la cartera.
   Tal vez cerrando los ojos a estas luces cegadoras uno encuentre otro sentido a este tiempo, otra manera más sincera de vivir estos momentos. Me quedo con la gente voluntaria que he visto en estos días en el supermercado del  banco de alimentos, con la ilusión de los niños que siempre están a mi alrededor y sobre todo con la amistad y el cariño sincero de la gente que me quiere y quiero, todo lo demás me sobra.
  Hubo muchas navidades gloriosas en mi vida, en las que había sobre todo mucho amor, que es el verdadero oro, incienso o mirra, esos tres preciados regalos que tres famosos y soñadores reyes ofrecieron a otro recién nacido rey, que casualmente nacía pobre. Si, soñadores porque solo los ilusos son capaces de perseguir estrellas.
   A mi vida volverán a venir otras expléndidas navidades y de los huecos de ahora surgirán nuevas emociones y sentimientos de gratitud por haber compartido la vida con personas tan maravillosas como mi madre, que precisamente vivía esta época como un momento único y mágico, con su gran árbol, su deliciosa cena y su amor infinito. Sí, hay otras épocas que están ahí y que me llenarán las manos de apretones sinceros. Pero a lo que  no me cierro en este tiempo, en estos días es a tener buenos deseos.
   Deseo para toda la gente que quiero mucha salud y poder seguir teniendo la suerte de compartir con todos ellos muchos momentos de palabras, risas y cariño.
   Como un deseo particular me encantaría poder seguir contando historias aquí o por otras vías, seguir teniendo siempre este vicio de contar y encontrar siempre a alguien que me quiera leer y conectarnos con ese maravilloso hilo invisible que forman las palabras escritas, que unen a la que humildemente escribe con el que generosamente lee.

martes, 9 de diciembre de 2014

Un abrazo hasta los huesos.

   Si camino hacia ti tal vez te alejes como si fueras esa sombra nuestra que nunca podemos alcanzar, por eso ahora que tengo la consigna prefiero mirarte desde lejos, desde una distancia prudencial, observarte como si fueras la primera persona que hubiera visto en mi vida.
   También quisiera mirarte a través del sistema braille, usando las yemas de los dedos tan solo, descifrarte usando además todos los sentidos que no fueran la vista, como el ciego que es capaz de ver profundamente a través del tacto, así te miraría hasta que te volvieras aburrido y cansino.  ¿Podría eso suceder?
   Y decía el coronel Buendia que los huesos se le llenaban de espuma cuando veía a Remedios la Bella, pero yo me he convertido en abrazo y te abrazo, no ya la piel, ni los músculos o las arterias. , me abrazo a tu esqueleto con la esperanza de que mi calor te cale hasta los huesos.

viernes, 31 de octubre de 2014

TE COMERÍA A VERSOS.



   Allá por los años 80 cantaban Golpes Bajos aquello de " malos tiempos para la lírica".
Es cierto que la poesía ha desaparecido tristemente de nuestras vidas. Para muchos los versos han pasado a ser una cosa superflua, arcaica y hasta cursi, algo sin lo que se puede vivir perfectamente. No es el pensamiento de Boamistura un colectivo de artistas urbanos que han tenido la gran sensibilidad de rescatar los versos de donde dormían para plasmarlos con unos sprays de tinta blanca en los pasos de peatones. Se trata de pintar unos micropoemas en los pasos de cebra con la intención de humanizar las tan descarnadas ciudades, traer de vuelta esas palabras encadenadas unas a otras y que nos produzcan una emoción, un sentimiento, que nos hagan evocar un momento único.

   Mi más sentido bésame.

   Me sentía astronauta en tus lunares.

    Son algunos de los pequeños poemas que se pueden leer en el asfalto.
   Puede ser que no nos guste descifrar versos pero hay que reconocer que la poesía es la vida misma impresa en palabras fantásticas y expresamente buscadas para contar el amor, todo tipo de amores el no correspondido, el fugaz amor eterno, el maravilloso amor de verano.  La poesía también nos  habla del brío de la salud y de la triste debilidad que provoca la enfermedad. La poesía para describir los días luminosos y los días oscuros de tormentas interiores. Y el verso que nos deja ebrios con reales borracheras llenas de palabras ininteligibles o con la sensatez de nuestro discurso del lunes por la mañana.
   Decía Pablo Neruda que la poesía era del que la necesitaba y así es, muchas veces echamos mano de los lamentos o de la algarabía del poeta. Casi sin darnos cuenta utilizamos su producción y expresamos con sus palabras nuestro sentimiento, por esto es por lo que la poesía sigue siendo tan necesaria, porque tal vez nos cuenta a nosotros mismos lo que estamos viviendo, lo que estamos experimentando. De una manera certera, como el que da en una diana, el lírico escoge la palabra justa que describe magistralmente nuestra emoción.
   Bécquer ha sido uno de los poetas españoles más leídos. Contaba a través de sus famosas rimas lo que era la poesía y su importancia. Él como pocos nos explicó y nos hizo ver lo  necesaria  que era esa palabra, inolvidable es esa rima fantástica ...¿Qué es poesía? y tú me lo preguntas... poesía eres tú. Pero es en su Rima IV, totalmente actual y que explica perfectamente el espíritu de los artistas de Boamistura es en donde el poeta nos convence:

                           Podrá no haber poetas pero siempre
                           habrá poesía.
                           Mientras las ondas de la luz al beso
                           palpiten encendidas
                           mientras el sol las desgarradas nubes
                           de fuego y oro vista.
                           Mientras el aire en su regazo lleve
                           perfumes y armonías
                           mientras haya en el mundo primavera          
                           ¡habrá poesía!
                           Mientras la ciencia a descubrir no alcance
                           las fuentes de la vida
                           y en el mar o en el cielo haya un abismo
                           que al cálculo resista.
                           Mientras la humanidad siempre avanzando
                           no sepa a donde camina
                           mientras haya un misterio para el hombre
                           ¡habrá poesía!
                           Mientras sintamos que se alegra el alma
                           sin que los labios rían
                           mientras se llore sin que el llanto acuda
                           a nublar la pupila.
                           Mientras el corazón y la cabeza
                          batallando prosigan
                          mientras haya esperanzas y recuerdos
                          ¡habrá poesía!
                          Mientras haya unos ojos que reflejen
                          los ojos que los miran
                          mientras respondan los labios suspirando
                          a los labios que suspiran.
                          Mientras sentirse puedan en un beso
                          dos almas confundidas
                          mientras exista una mujer hermosa
                          ¡habrá poesía!                   
  La pregunta que me hago ahora es cual sería mi verso favorito, el que escogería para adornar ese paso de peatones. Creo que aprovechando que en estos días el magnífico trovador y poeta Joan Manuel Serrat cumple 50 años en mundo de la canción, le "robaría" uno de sus versos, el que siempre me ha fascinado ...y por fría que sea mi noche triste, no echo al fuego ni uno solo de los besos que me diste. 
¿ Y dime, cuáles serían tus versos?




















  

martes, 30 de septiembre de 2014

Arenas movedizas

   El otro día leí en un artículo del País que estábamos en la "era del individuo" que cada uno de nosotros era  su propia marca, los directores de YO S.L  Por lo visto ahora hay un personaje al que se le denomina con un término anglosajón, de donde vienen todos estos inventos, personal branding, ya hemos dejado atrás al coaching, y este individuo se encarga de que te posiciones, es decir que busques tus diferencias, tus dones, lo mejor que sabes hacer con el fin de que triunfes en la vida, ya sea en un trabajo, con tus amistades o en el mundo de las emociones y sentimientos. Todas estas especialidades que buscaremos en nuestro interior deben traducirse en felicidad personal y buenos ingresos.
   Es curioso que me haya llegado esta información precisamente en un momento en que estaba con unos amigos, cerveza en mano, divagando sobre lo humano y lo divino y habíamos llegado a la conclusión de que no transitábamos precisamente en la era del individuo fantástico del que hablan los personal branding estos, sino en la "era de las arenas movedizas". 
   Ahora que tenemos a tanta gente alrededor que no tiene un trabajo digno, y si tiene algún trabajo no sabe hasta cuando le va a durar, y que vivimos en una inestabilidad constante que se respira en el aire desde hace unos años porque nuestros sistemas económicos y políticos han hecho aguas y nos indican a cada momento que hay que renovar el sistema en general, buscar otras soluciones, otras maneras de gestionar... ahora que hasta sentimentalmente nos sentimos pobres porque las familias, que antes nos hacían de pilares, han cambiado, se han transformado y tal vez no sabemos como encajar esos cambios, y el amor que parecía que iba a ser algo inalterable, el sentimiento noble que perduraría a través de los tiempos parece que tiene ahora otra consistencia, mucho más frágil porque los compromisos son efímeros, en muchas ocasiones son compromisos de hojalata, de usar y tirar, de los que si me va mal a la primera de cambio, me doy de baja y ya está... el individuo vive entre arenas movedizas.    
   Hay una imagen que se ha quedado en mi cabeza a lo largo de muchos años. Es la imagen de las películas de aventuras que ponían los sábados por la tarde en la tele.  Esa película que veías siempre, porque tal vez no había otra cosa que ver, quizá por eso los que tuvimos la ocasión de estar sentados en esos momentos delante del televisor nos acordamos tanto de esas historias. Pues yo recuerdo una expedición por la selva de aquellos valientes aventureros que iban apartando ramas gigantes, todos caminando en fila india, avanzando con cara de miedo sin saber que se iban a encontrar en el siguiente paso... y siempre aparecían  las arenas movedizas. De repente el valiente que encabezaba la expedición daba un mal paso y ¡zas! quedaba atrapado entre aquellas tierras que parecían que estaban vivas. Los demás se paraban en seco y lo intentaban ayudar pero el desgraciado hombre aquel levantaba un brazo intentando asirse a cualquier cosa y poco a poco la tierra lo engullía sin que nadie pudiera hacer nada. 
   Sé que es un pensamiento un poco negativo pero así nos sentimos muchas veces. Caminando entre el peligro, en fila india todos porque hemos elegido muchas veces unas relaciones en las que practicamos un autismo selectivo y vamos con el miedo de encontrarnos con esa gran inestabilidad que supone que el suelo se mueva, y lo que es peor, que te trague.
   Yo creo que el encontrar los dones y las cualidades que nos adornan no es suficiente para alejarnos de esta soledad que continuamente nos está amenazando en este tiempo de crisis, económica y de todo tipo. Creo que se trata  mucho más de autenticidad, de implicación, de buscar las cosas que verdaderamente nos hacen felices, las personas que nos acompañen de verdad, y una vez descubierto todo esto comprometernos sin miedo en proyectos de vida que nos vayan a enriquecer mucho más interiormente que a nuestros bolsillos, igual todo lo que digo suena a idealismo puro y duro pero creo que con lo corta que es la vida es más rentable ser feliz, que ser rico. 
   Me encantaría ser la directora de YO, S.L,  pero sólo si esta empresa estuviera muy lejos de transitar  por esas arenas movedizas que me han aterrorizado desde pequeña. 

martes, 26 de agosto de 2014

Amores de Tango



   En 1932 el escritor británico Aldous Huxley, un pensador y crítico de la sociedad, escribió su libro más famoso Un mundo feliz. Este fantástico libro que nos ofrece una visión pesimista de la sociedad y que predice el desarrollo de la tecnología reproductiva -las mujeres no engendran sus hijos, son engendrados fuera del útero materno- nos habla de un mundo en el que la familia, la diversidad cultural, la religión, la literatura, las ideas y sobre todo el Amor, han sido erradicados. Supuestamente este es el mundo ideal, el mundo feliz, aquel en el que no hay necesidad de pensar, de soñar y tampoco de amar.
   A veces me pregunto si no sólo en el tema de la reproducción Huxley ha sido un vidente, porque todos conocemos la existencia de muchas aplicaciones a las que podemos tener acceso a golpe de teclado, en las que es posible encontrar sexo virtual o citas sin ton ni son. Habrá excepciones como en todas las cosas de esta vida pero lo cierto es que queremos un mundo feliz, quedar con alguien a la carta después de ver un catálogo de caras y cuerpos de personas reales que se muestran  con o sin pudor, tener sexo sin que exista la seducción, el cortejo ni el romanticismo. Y después intentar no tener ningún tipo de sentimiento  por esos individuos que pasan por nuestras vidas sin pena ni gloria, que  la incertidumbre y el vértigo que da el amor no genera felicidad. También está el  sexo virtual parte de nuestro mundo actual "felicísimo".
 -Hola mi amor ¿estás sola?.- pregunta él al otro lado del teclado.- ¿Dime cómo estás vestida? -continúa el amante virtual...
   El maestro Sabina cantaba en una canción , todos se miran, nadie se toca, y de eso se trata de no tocarse, sobre todo de no tocarse el corazón.
   Yo debo ser un poco básica porque siempre me han encantado los amores de tango. El tango, ese maravilloso género musical de alma nostálgica que a ritmo de bandoneón nos emociona, y nos saca la pasión, refleja como ninguna otra música o melodía la capacidad que tiene el ser humano de apasionarse, enloquecerse y soñar con el amado.
   Prueben a sentir un amor de tango es muy triste pero es inolvidable, volar sin alas, vivir intensamente viendo el final a la vuelta de la esquina. No existe la virtualidad, los amantes desnudos se visten de caricias.
   Dice un tango evocando un recuerdo:

   la esquina del herrero,
   barro y pampa
   tu melena de novia en el recuerdo,
   y tu nombre flotando en el adiós.

  No se pierdan el amor de tango, genera lágrimas y desconsuelo pero te hace sentir vivo. Cinco días de amor de tango son suficientes para espantar la rutina , el aburrimiento y el vacío existencial. La medicina contra lo virtual, contra el mundo feliz de Aldous Huxley, contra el mundo que nos va amenazando cada día más.