Quiero compartir un secreto, el domigo no es mi día favorito. Amanece el séptimo día, que para los anglosajones es el día del sol -Sunday-, pero que para mí es un día gris en el que toda la vulnerabilidad del mundo se me cae encima.
Y muchas veces me he preguntado de donde me viene esa "pena dominguera", por qué me siento pequeña ese día en el que la gente gandulea, compra el periódico y churros para desayunar, pasea al perro y a la suegra sin prisas y yo me dispongo a bajar las persianas, meterme en el sofá y entre "ensueños" de viernes o sábados me pongo a esperar a que el fantástico día dominical pase rápido, llevándose mi inexplicable tristeza.
Estoy convencida de que a Jesucristo lo crucificaron un domingo, y tengo la sospecha de que ahí no queda la cosa. Antes de este horrible suceso ya habían venido las siete plagas de Egipto que se hicieron efectivas el último día de la semana. Aunque aún hay más.
Los constructores de la Torre de Babel que querían hacer un edificio que tocase el cielo, empezaron de repente a hablar todos un idioma diferente, dejando de entenderse para siempre. Hasta aquel fatídico domingo, todos tenían la misma lengua y usaban las mismas palabras.
¿Y cuándo creen que comenzó el diluvio universal? Pues no podía ser otro día que un muy lluvioso domingo. Si no, que se lo pregunten a Noé, que por muchas lluvias que caigan nunca va a olvidar el día en que tuvo que buscar un arca y refugiarse allí con todos aquellos animales.
Las desapariciones misteriosas del triángulo de las Bermudas, la falsificación de la fórmula de la coca-cola, la primera terrorífica aparición del monstruo del lago Ness, todos, todos estos sucesos ocurrieron en domingo, ¿cómo no me voy a sentir yo así, tan desvalida cuando llega el final de la semana?
Y si se rompe el microondas, la lavadora, el móvil o el disco duro del ordenador es bastante probable que eso suceda el día de misa.
Creo que me quedo más tranquila ahora que sé de donde me viene mi domingofobia.
No sé si alguien en un día así me dijo que no me quería, tengo muy mala memoria para el desamor pero ahora que lo sabes tú, que conoces mi mayor secreto, déjame abrazarte este domingo y desaparecer contigo en este sombrío túnel dominical para renacer de nuevo el luminoso lunes, con la ilusión de que voy a ser feliz.
sábado, 10 de noviembre de 2012
domingo, 14 de octubre de 2012
En un estudio de grabación.
Jose De Vega se sentía desconcertado en aquella gran ciudad. Hacía poco que había atracado su barco en el que se había enrolado desde Gran Canaria, y aquel era el séptimo puerto en el que había desembarcado, Nueva Orleans.
Bañada por el rio Misisipi, padre de todos los ríos, la ciudad se le presentaba a José como una gran urbe con gente de todas las razas, un lugar multicultural en el que los letreros de las calles aún estaban en francés, reducto del hecho de haber sido una colonia francesa . Por las aceras te podías tropezar con muchos ciudadanos negros, descendientes de todos aquellos esclavos africanos que un día fueron desembarcados encadenados y tristes, en el puerto del rio Misisipi.
La sensación de soledad que invadía a José era muy fuerte, pero también la curiosidad era mucha y todo aquel "mundo" que se le presentaba ante sus ojos era tan diferente al suyo, que no podía dejar de observarlo todo, de devorar con la mirada las calles llenas de gente variopinta, los edificios con aquellos soportales de hierro del barrio francés, el tráfico de vehículos, grandes coches que en aquellos años 50 circulaban lentamente al lado de las aceras.
Pero tal vez lo que más le llamaba la atención de Nueva Orleans era su sonido. En cualquiera de los bares del pecaminoso barrio francés, podías encontrar a una pandilla de músicos que tocaban como si estuvieran poseídos por algún demonio, una música que tenía un punto de locura. Se trataba de un sonido que había heredado los ecos de los cantos de aquellos hombres africanos, traídos involuntariamente desde África el siglo pasado. También contenía restos de músicas francesas y latinas.
De toda aquella amalgama de notas había surgido el Jazz, vivo y a veces doliente, como el canto de los negros cuando trabajaban en las plantaciones bajo el yugo de los crueles capataces blancos.
Y bajando por la Avenida St. Charles, calle principal de la ciudad, se encontró José aquel lugar tan particular. Miró el letrero. Tenía facilidad para los idiomas y ya se había acostumbrado al inglés. Estudio de grabación, tradujo.
Al principio, cuando se le pasó la idea fugazmente por la cabeza la intentó desechar, pero en aquel momento, estando entre toda aquella gente la soledad era muy intensa, echaba de menos a su familia, a su querida Clara y a sus hijos pequeños y estaban tan lejos...
Atravesó la puerta del estudio y se percató de que con un par de dólares podría llevar a cabo su plan. De pronto se vió dentro de una pequeña habitación del estudio, en la que un hombre se encontraba al otro lado de un cristal, manipulando unos grandes aparatos que no había visto nunca. Delante de él un gran micrófono. Esperó la señal del hombre que estaba al otro lado del panel de cristal y esa señal llegó, el hombre levantó la mano. Ya podía empezar a hablar. Iba a ser grabado.
José respiró profundamente, todos los sentimientos y todos los recuerdos lo innundaron en ese instante. De repente ya no se sentía tan lejos, un hilo invisible en aquellos momentos lo unía a su familia. Lo podrían escuchar, podría hablarles,pensó. Cerró los ojos y una voz entrecortada le salíó de su interior: Clara, estoy en Nueva Orleans, una ciudad muy grande, pero yo me siento muy solo. Clara te echo mucho de menos a ti y a los niños, no te olvides de que te quiero. Ese disco llegó a Gran Canaria varios meses después.
Y en otra ciudad no lejos de allí y en la misma época, Sam Phillips se devanaba los sesos para poder triunfar en la vida. Era de ese tipo de hombres que piensa que el mundo no hay que dejarlo como está, sino que hay que cambiarlo y en ello estaba.
Cuando era joven había tenido que dejar la carrera de Derecho para ayudar a su familia, pero eso no acabó con su determinación de llegar a algo más. Músico frustrado quiso estar alrededor de la música aunque fuera como observador. Comenzó siendo locutor de radio pero una vez acabada esa etapa, decidió abrir un estudio de grabación, el Memphis Recording Service, lo que luego sería el sello discográfico Sun Records.
Phillips quería ser el primero en grabar la música negra, esa música lo conmovía, veía el futuro en ella. Una de las primeras grabaciones que se hicieron en su estudio, vendría de un grupo de prisioneros negros que estaban encarcelados y habían formado un conjunto musical. The prisioners, que así se llamaban, grabaron un disco en la Sun Records siendo Phillips el productor. Fue el primer pequeño éxito del modesto sello discográfico, pero ya la máquina del triunfo se había puesto en funcionamiento.
Sam Phillips sabía lo que quería, tenía claro cual era el sonido que iba a tiunfar y era un sonido nuevo pero a la vez era también un sonido ancestral.
Y de aquel lugar pequeño con aquel hombre visionario, efectivamente salieron muchos sonidos nuevos, entre ellos unas primeras canciones que nadie sabía donde encasillarlas, canciones que bebieron en las fuentes que existían hasta ese momento, el Jazz, el Soul, el Country, la música negra lejana... Tiempo después dijeron que aquello que había surgido era Rock la semilla del Rock.
Dos historias que tienen en común un estudio de grabación, una misma época los años 50.
A José De Vega le pude seguir la pista. Años después, ya de vuelta a su hogar, era un abuelo dulce de cabellos blancos, que contaba historias sorprendentes de lugares lejanos, utilizando en ocasiones sus conocimientos de inglés, como si el usar esa lengua le hiciera estar más cerca de aquellos lugares por donde se sintió tan sólo y maravillado.
De Sam Phillips he leído que además de tener una gran visión de futuro, tuvo mucha suerte. Una tarde de verano atravesó la puerta de su negocio un chaval de diciocho años, con la cara llena de granos y una guitarra colgada a la espalda. Con mucha timidez, mirando al suelo pudo balbucear que quería grabar una canción para regalársela a su madre. Pagó lo mismo que mi abuelo en Nueva Orleans por el disco, un par de dólares pero sus verdaderas intenciones no eran las de hacer una simple grabación. En realidad soñaba con ser un gran artista y cantar para un auditorio lleno de gente.
El chico respondía al extraño nombre de Elvis Presley, pero creo que este muchacho y su historia se merecen un blog propio, ¿no creen?.
Bañada por el rio Misisipi, padre de todos los ríos, la ciudad se le presentaba a José como una gran urbe con gente de todas las razas, un lugar multicultural en el que los letreros de las calles aún estaban en francés, reducto del hecho de haber sido una colonia francesa . Por las aceras te podías tropezar con muchos ciudadanos negros, descendientes de todos aquellos esclavos africanos que un día fueron desembarcados encadenados y tristes, en el puerto del rio Misisipi.
La sensación de soledad que invadía a José era muy fuerte, pero también la curiosidad era mucha y todo aquel "mundo" que se le presentaba ante sus ojos era tan diferente al suyo, que no podía dejar de observarlo todo, de devorar con la mirada las calles llenas de gente variopinta, los edificios con aquellos soportales de hierro del barrio francés, el tráfico de vehículos, grandes coches que en aquellos años 50 circulaban lentamente al lado de las aceras.
Pero tal vez lo que más le llamaba la atención de Nueva Orleans era su sonido. En cualquiera de los bares del pecaminoso barrio francés, podías encontrar a una pandilla de músicos que tocaban como si estuvieran poseídos por algún demonio, una música que tenía un punto de locura. Se trataba de un sonido que había heredado los ecos de los cantos de aquellos hombres africanos, traídos involuntariamente desde África el siglo pasado. También contenía restos de músicas francesas y latinas.
De toda aquella amalgama de notas había surgido el Jazz, vivo y a veces doliente, como el canto de los negros cuando trabajaban en las plantaciones bajo el yugo de los crueles capataces blancos.
Y bajando por la Avenida St. Charles, calle principal de la ciudad, se encontró José aquel lugar tan particular. Miró el letrero. Tenía facilidad para los idiomas y ya se había acostumbrado al inglés. Estudio de grabación, tradujo.
Al principio, cuando se le pasó la idea fugazmente por la cabeza la intentó desechar, pero en aquel momento, estando entre toda aquella gente la soledad era muy intensa, echaba de menos a su familia, a su querida Clara y a sus hijos pequeños y estaban tan lejos...
Atravesó la puerta del estudio y se percató de que con un par de dólares podría llevar a cabo su plan. De pronto se vió dentro de una pequeña habitación del estudio, en la que un hombre se encontraba al otro lado de un cristal, manipulando unos grandes aparatos que no había visto nunca. Delante de él un gran micrófono. Esperó la señal del hombre que estaba al otro lado del panel de cristal y esa señal llegó, el hombre levantó la mano. Ya podía empezar a hablar. Iba a ser grabado.
José respiró profundamente, todos los sentimientos y todos los recuerdos lo innundaron en ese instante. De repente ya no se sentía tan lejos, un hilo invisible en aquellos momentos lo unía a su familia. Lo podrían escuchar, podría hablarles,pensó. Cerró los ojos y una voz entrecortada le salíó de su interior: Clara, estoy en Nueva Orleans, una ciudad muy grande, pero yo me siento muy solo. Clara te echo mucho de menos a ti y a los niños, no te olvides de que te quiero. Ese disco llegó a Gran Canaria varios meses después.
Y en otra ciudad no lejos de allí y en la misma época, Sam Phillips se devanaba los sesos para poder triunfar en la vida. Era de ese tipo de hombres que piensa que el mundo no hay que dejarlo como está, sino que hay que cambiarlo y en ello estaba.
Cuando era joven había tenido que dejar la carrera de Derecho para ayudar a su familia, pero eso no acabó con su determinación de llegar a algo más. Músico frustrado quiso estar alrededor de la música aunque fuera como observador. Comenzó siendo locutor de radio pero una vez acabada esa etapa, decidió abrir un estudio de grabación, el Memphis Recording Service, lo que luego sería el sello discográfico Sun Records.
Phillips quería ser el primero en grabar la música negra, esa música lo conmovía, veía el futuro en ella. Una de las primeras grabaciones que se hicieron en su estudio, vendría de un grupo de prisioneros negros que estaban encarcelados y habían formado un conjunto musical. The prisioners, que así se llamaban, grabaron un disco en la Sun Records siendo Phillips el productor. Fue el primer pequeño éxito del modesto sello discográfico, pero ya la máquina del triunfo se había puesto en funcionamiento.
Sam Phillips sabía lo que quería, tenía claro cual era el sonido que iba a tiunfar y era un sonido nuevo pero a la vez era también un sonido ancestral.
Y de aquel lugar pequeño con aquel hombre visionario, efectivamente salieron muchos sonidos nuevos, entre ellos unas primeras canciones que nadie sabía donde encasillarlas, canciones que bebieron en las fuentes que existían hasta ese momento, el Jazz, el Soul, el Country, la música negra lejana... Tiempo después dijeron que aquello que había surgido era Rock la semilla del Rock.
Dos historias que tienen en común un estudio de grabación, una misma época los años 50.
A José De Vega le pude seguir la pista. Años después, ya de vuelta a su hogar, era un abuelo dulce de cabellos blancos, que contaba historias sorprendentes de lugares lejanos, utilizando en ocasiones sus conocimientos de inglés, como si el usar esa lengua le hiciera estar más cerca de aquellos lugares por donde se sintió tan sólo y maravillado.
De Sam Phillips he leído que además de tener una gran visión de futuro, tuvo mucha suerte. Una tarde de verano atravesó la puerta de su negocio un chaval de diciocho años, con la cara llena de granos y una guitarra colgada a la espalda. Con mucha timidez, mirando al suelo pudo balbucear que quería grabar una canción para regalársela a su madre. Pagó lo mismo que mi abuelo en Nueva Orleans por el disco, un par de dólares pero sus verdaderas intenciones no eran las de hacer una simple grabación. En realidad soñaba con ser un gran artista y cantar para un auditorio lleno de gente.
El chico respondía al extraño nombre de Elvis Presley, pero creo que este muchacho y su historia se merecen un blog propio, ¿no creen?.
sábado, 29 de septiembre de 2012
Microcuento I . Carpe Diem
Quizá si tuvieran una existencia común, vulgar como el resto de los mortales, una existencia de pareja que hace la compra, comparte con los amigos, se despierta junta cada mañana uno al lado del otro sin remedio día tras día teniendo toda una jornada para verse las caras, verse los defectos, las carencias, los temores, las vulnerabilidades y manías, los "puntos negros" de sus historias personales contadas en noches de lluvia bajo las sábanas, puede ser que si eso sucediera ella dejaría de interesarse tanto por él y él dejaría de desearla.
Pero no se tienen el uno al otro, cualquier momento que comparten puede ser el último. Su relación es una historia de patíbulo, de "corredor de la muerte" está abocada a morir, como todas las demás pero quizá la de ellos, ya nació sentenciada. No nació con la ilusión y la esperanza como motor, con la promesa de ser eterna, aunque después en la realidad sólo durara un año. No, la de "ellos" traía corona y recordatorio, presagios lúgubres de un final cercano,traía la luz al final del túnel.
Tal vez por eso es una relación más intensa, única y diferente. Cada gesto de amor vale el doble. No besa solo la boca, besa el cuerpo entero y en cada caricia se pone el corazón.
E intentan vivir esos momentos que están juntos y un réquiem suena en sus oídos, sonidos de campanas que anuncian un adiós. Mientras las campanas avisan, previenen y tañen: carpe diem, ellos se abrazan fuertemente dándose cada noche la "última despedida".
Hay existencias que tienen esa particularidad, la de ser más conscientes que el resto de que hay un fin y no por eso llevan una peor vida, es tal vez una vida menos hipócrita pero sobre todo es una vida más recordable.
Ellos son como esos enfermos terminales que tienen la clave de la vida y nadie más excepto ellos pueden saberla, aunque todos los demás vayan a morir también tarde o temprano.
Pero hasta que lleguen a ese punto final del pasillo allí, donde está la gran luz y la nada, o el todo ¡quién sabe! hasta que recorran ese camino y su amor se convierta en cenizas, ella le susurrará a él al oído: quiero seguir muriendo cada noche contigo.
domingo, 23 de septiembre de 2012
Antonio Gala, biógrafo del amor.
Tú marcas el rumbo de las constelaciones, y diriges hasta los más pequeños ritmos de la tierra. Amor, tú conduces a los perros por los delicados caminos del olfato, y engarzas a las mariposas con larguísimos hilos invisibles...
Cuando pensamos en Antonio Gala lo recordamos sentado elegantemente agarrado a un bastón, declamando sus propios textos ya sean sus poemas, obras de teatro o bien sus artículos o novelas. Tal vez es uno de los pocos escritores que ha cultivado todos los géneros literarios, como los grandes de la literatura.
Es por eso por lo que Gala es tan difícil de clasificar, tan complicado de encasillar para los críticos, que necesitan encontrar obras que tengan estructuras reconocibles, y que traten temas de actualidad. Los supuestos entendidos en materia literaria necesitan a autores que sean "hijos de su tiempo y de su entorno", y no es el caso de este escritor que nació en Ciudad Real, pero que desde pequeño fue acogido por una Andalucía a la que ha amado tanto, que ha sido el más andaluz de todos los que pueblan la tierra Bética.
Pero si podemos observar una constante en la obra de Antonio Gala y es la temática. Nuestro autor trata hasta la saciedad, un tema que conoce como nadie, a la perfección. Lo ha reflexionado, desmenuzado, probablemente lo ha vivido apasionadamente.Y así ha sido capaz de llenar todas sus obras líricas, dramáticas o narrativas, con ese sentimiento llamado amor...
La vida tiende a ti amor, levanta su oleaje atraído por ti, igual que las mareas por la luna... Por ti reinan los reyes, y besan los cautivos sus cadenas. Eres la mano que sostiene al mundo, y eres el mundo y sus ciegos sentidos...
También persevera en toda su obra, bien sea una novela o un artículo periodístico, la lírica. Es ante todo un escritor lírico, que llena sus escritos de poesía, de un lenguaje cadencioso y lleno de figuras retóricas...
¿Desde dónde vendrás? ¿Vendrás de golpe, como en cierta ocasión, igual que el rayo, o de puntillas, quizá ya estás dentro de mí, y saldrás cualquier tarde riendo a carcajadas como un niño?
Gala puede estar poco valorado por los críticos pero es un escritor que cuenta con el apoyo popular del espectador y del lector.
Personaje de gran carisma sus intervenciones televisivas han sido muy numerosas y cualquier persona, aún no siendo el autor santo de su devoción, se ha parado a escuchar a este hombre licenciado en cuatro carreras, y que además posee el don de la oratoria y la teatralidad.
Recuerdo alguna aparición suya hablando con esa rotundidad que le caracteriza, casi siempre del mismo tema, él que ha confesado haber tenido al menos cinco amores importantes en su vida, y "varias lunas de miel", siempre afirmando de esa forma tan segura...
Tal vez la vida es de diversos amores y de una sola pasión. Y porque el amor pueda acabarse ¿no va a ser comenzado?
Cuando llegues amor tendrás que recibirme como soy, no como te imaginas. Tomarás mi libertad y me darás la tuya. Tomarás mi compromiso y me darás el tuyo, empezaremos juntos a nacer. Tal vez tú nunca te fuiste, jugaste al escondite y eres el mismo siempre, que aparece y desaparece, y si no te fuiste no te vayas más.
Pero detrás del personaje está el hombre, que también fue niño. Un niño que creció creyendo que su padre no lo amaba, criado de forma muy estricta, que estudiaba tanto-a la edad de catorce años ingresó en la universidad de Sevilla, y se matriculó en tres carreras más para realizarlas a distancia y simultáneamente- con la intención de complacer a su severo padre, que en el fondo, admiraba profundamente a su hijo tan sensible, poque Gala siempre ha reconocido que ha sido "muy fácil de herir".
Está también el joven que llega a la literatura por destino, no por vocación,
-Un destino no se elige, se cumple, dice el autor.
Pero además del literato hay una persona simpática, que ha sido el terror de las autoescuelas, -un ministro, no sé cual, le regaló el carnet de conducir- que es capaz de soltar una fresca, con su conocido mal humor cuando un periodista le dice:
-Don Antonio habla tan bien del amor, que le dan ganas a uno de enamorarse de lo primero que tenga en frente. Y Don Antonio le contesta: -pues mire usted para otro lado.
No me quiero olvidar del Gala mecenas, que en el año 2002, crea la Fundación Gala que beca cada año a jóvenes creadores.
Antonio Gala ha sido un autor que me ha cautivado siempre sobre todo por su narrativa. Su primera novela, publicada en la madurez El manuscrito carmesí, obtuvo el premio planeta en 1990. Como escritor me apasionan sus textos tan líricos, sean del género que sean. Leerlo es como estar en una barca mecida por las olas y el viento, que son sus palabras llenas de musicalidad, con esas historias que nos transportan al mundo de las pasiones humanas. Nada en su obra te deja impasible, todo te hace recapacitar sobre la vida y sobre el amor.
Como persona me gusta esa pasión con la que habla, probablemente la misma que ha empleado en vivir, de ahí esa maravillosa literatura que ha creado,
- Hay que vivir el sueño y soñar la vida apasionadamente, dice.
Y ahora a sus 82 años espera tranquilo a que llegue el momento de partir, sereno tal vez porque como él mismo ha manifestado, morir de vida es un buen final.
Y probablemente este hombre tiene muchas vidas a sus espaldas.
Ha sido un biógrafo del amor porque nadie como él lo ha conocido, y lo ha contado tan certeramente, ese amor que todo el mundo busca, que todo el mundo espera...
Cuando llegues amor entra sin hacer ruido, usa tu propia llave.
El tiempo en que no te tuve dejará de existir cuando tú llegues.
Tornasoladas nubes coronarán el techo de la alcoba.
¿Dónde están mis heridas? me dire...
PERO ESCÚCHAME BIEN:
AMOR CUANDO LLEGUES,
LLEGA PARA QUEDARTE.
Cuando pensamos en Antonio Gala lo recordamos sentado elegantemente agarrado a un bastón, declamando sus propios textos ya sean sus poemas, obras de teatro o bien sus artículos o novelas. Tal vez es uno de los pocos escritores que ha cultivado todos los géneros literarios, como los grandes de la literatura.
Es por eso por lo que Gala es tan difícil de clasificar, tan complicado de encasillar para los críticos, que necesitan encontrar obras que tengan estructuras reconocibles, y que traten temas de actualidad. Los supuestos entendidos en materia literaria necesitan a autores que sean "hijos de su tiempo y de su entorno", y no es el caso de este escritor que nació en Ciudad Real, pero que desde pequeño fue acogido por una Andalucía a la que ha amado tanto, que ha sido el más andaluz de todos los que pueblan la tierra Bética.
Pero si podemos observar una constante en la obra de Antonio Gala y es la temática. Nuestro autor trata hasta la saciedad, un tema que conoce como nadie, a la perfección. Lo ha reflexionado, desmenuzado, probablemente lo ha vivido apasionadamente.Y así ha sido capaz de llenar todas sus obras líricas, dramáticas o narrativas, con ese sentimiento llamado amor...
La vida tiende a ti amor, levanta su oleaje atraído por ti, igual que las mareas por la luna... Por ti reinan los reyes, y besan los cautivos sus cadenas. Eres la mano que sostiene al mundo, y eres el mundo y sus ciegos sentidos...
También persevera en toda su obra, bien sea una novela o un artículo periodístico, la lírica. Es ante todo un escritor lírico, que llena sus escritos de poesía, de un lenguaje cadencioso y lleno de figuras retóricas...
¿Desde dónde vendrás? ¿Vendrás de golpe, como en cierta ocasión, igual que el rayo, o de puntillas, quizá ya estás dentro de mí, y saldrás cualquier tarde riendo a carcajadas como un niño?
Gala puede estar poco valorado por los críticos pero es un escritor que cuenta con el apoyo popular del espectador y del lector.
Personaje de gran carisma sus intervenciones televisivas han sido muy numerosas y cualquier persona, aún no siendo el autor santo de su devoción, se ha parado a escuchar a este hombre licenciado en cuatro carreras, y que además posee el don de la oratoria y la teatralidad.
Recuerdo alguna aparición suya hablando con esa rotundidad que le caracteriza, casi siempre del mismo tema, él que ha confesado haber tenido al menos cinco amores importantes en su vida, y "varias lunas de miel", siempre afirmando de esa forma tan segura...
Tal vez la vida es de diversos amores y de una sola pasión. Y porque el amor pueda acabarse ¿no va a ser comenzado?
Cuando llegues amor tendrás que recibirme como soy, no como te imaginas. Tomarás mi libertad y me darás la tuya. Tomarás mi compromiso y me darás el tuyo, empezaremos juntos a nacer. Tal vez tú nunca te fuiste, jugaste al escondite y eres el mismo siempre, que aparece y desaparece, y si no te fuiste no te vayas más.
Pero detrás del personaje está el hombre, que también fue niño. Un niño que creció creyendo que su padre no lo amaba, criado de forma muy estricta, que estudiaba tanto-a la edad de catorce años ingresó en la universidad de Sevilla, y se matriculó en tres carreras más para realizarlas a distancia y simultáneamente- con la intención de complacer a su severo padre, que en el fondo, admiraba profundamente a su hijo tan sensible, poque Gala siempre ha reconocido que ha sido "muy fácil de herir".
Está también el joven que llega a la literatura por destino, no por vocación,
-Un destino no se elige, se cumple, dice el autor.
Pero además del literato hay una persona simpática, que ha sido el terror de las autoescuelas, -un ministro, no sé cual, le regaló el carnet de conducir- que es capaz de soltar una fresca, con su conocido mal humor cuando un periodista le dice:
-Don Antonio habla tan bien del amor, que le dan ganas a uno de enamorarse de lo primero que tenga en frente. Y Don Antonio le contesta: -pues mire usted para otro lado.
No me quiero olvidar del Gala mecenas, que en el año 2002, crea la Fundación Gala que beca cada año a jóvenes creadores.
Antonio Gala ha sido un autor que me ha cautivado siempre sobre todo por su narrativa. Su primera novela, publicada en la madurez El manuscrito carmesí, obtuvo el premio planeta en 1990. Como escritor me apasionan sus textos tan líricos, sean del género que sean. Leerlo es como estar en una barca mecida por las olas y el viento, que son sus palabras llenas de musicalidad, con esas historias que nos transportan al mundo de las pasiones humanas. Nada en su obra te deja impasible, todo te hace recapacitar sobre la vida y sobre el amor.
Como persona me gusta esa pasión con la que habla, probablemente la misma que ha empleado en vivir, de ahí esa maravillosa literatura que ha creado,
- Hay que vivir el sueño y soñar la vida apasionadamente, dice.
Y ahora a sus 82 años espera tranquilo a que llegue el momento de partir, sereno tal vez porque como él mismo ha manifestado, morir de vida es un buen final.
Y probablemente este hombre tiene muchas vidas a sus espaldas.
Ha sido un biógrafo del amor porque nadie como él lo ha conocido, y lo ha contado tan certeramente, ese amor que todo el mundo busca, que todo el mundo espera...
Cuando llegues amor entra sin hacer ruido, usa tu propia llave.
El tiempo en que no te tuve dejará de existir cuando tú llegues.
Tornasoladas nubes coronarán el techo de la alcoba.
¿Dónde están mis heridas? me dire...
PERO ESCÚCHAME BIEN:
AMOR CUANDO LLEGUES,
LLEGA PARA QUEDARTE.
domingo, 16 de septiembre de 2012
Viaje imaginario a Nueva York
Nunca estuve en la gran manzana pero opino lo mismo que ha opinado mi madre toda la vida, que si me "sueltan" en la Quinta Avenida, creo que no me perdería. Y esta especie de GPS neoyorkino que tengo incrustado, se ha nutrido a lo largo de muchos años de las tantas películas que han dejado grabadas en mis ojos, imágenes que para mí han sido imborrables.
En mi viaje imaginario yo estuve Desayunando en Tiffany. Fue una mañana de Otoño preciosa, de cielo despejado uno de esos días que parecen que están limpios. El desayuno consistió en comerme un croasán calentito delante del escaparate del famoso comercio. Me detuve allí enfrente y me puse a mirar todas aquellas alhajas, como si fueran caramelos de cristal y yo en aquellos momentos una niña golosa.
Terminé de comer y me eché a caminar calle abajo acordándome de las palabras de una buena amiga, "podrás comer piedras e incluso beber humo pero te sabrá diferente. Todo te sabe más delicioso en Nueva York". Opté por coger un taxi, uno de esos vehículos amarillos que circulan y llenan las calles de Manhattan.
El taxi driver no tenía lo que se dice "un buen carácter" pero decidí que su actitud no enturbiaría aquel momento en el que yo estaba absorta con el paisaje urbano de edificios gigantes, que casi no dejaban al sol penetrar entre las calles, en donde abundan mareas de gente que intentan llegar, cuando los semáforos lo permiten, a la otra orilla.
Le dije al taxista que parara cuando llegamos al Central Park. Era Otoño en Nueva York. Los árboles tenían ese color marrón y me daban la sensación de pertenecer a un cuadro otoñal, que vi en algún museo. El aire empezaba a ser un poco frío y cerré mi abrigo cruzándome de brazos, mientras me adentraba en el parque. Me sentí de repente extraña por haber pasado tan rápido, del amasijo de hormigón y personas, a aquella visión de dorados y otoñales árboles de ese bosque fantástico, en el que habitaría probablemente algún nomo o ninfa urbanos, claro está, no podría ser de otra manera.
Sentada en uno de los bancos que encontré a lo largo del camino, viendo como paseaban algunos y otros corrían, me acordé de una persona querida, una en concreto. La evoqué a tantos kilómetros de distancia, imaginándome tener con él una cita aquella tarde en lo más alto del Empire State, como Cary Grant y Deborah Kerr en Un Romance para recordar. Sería maravilloso darnos un abrazo en un lugar hecho para acariciar el cielo. Pero El cielo puede esperar y dejé mis ensoñaciones saliendo del parque, con la intención de proseguir mi viaje.
Si sigo deambulando por las calles y llego hasta ese barrio de Manhattan, en el que encontramos esos edificios viejos no muy altos construídos en el siglo XIX, en los que hay unos pocos escalones que dan acceso a la puerta principal de la entrada, tengo la impresión de que en cualquier momento me voy a encontrar a Carrie Bradshaw y sus amigas, que vienen calle abajo riéndose y discutiendo sobre como es el Sexo en Nueva York.
Me senté en uno de esos portales en los que tantas veces vi sentada a la Bradshaw, debatiéndose entre el amor de Mr. Big o su vida sin el amor verdadero,-al final ya lo sabemos, optó por Mr. Big-. Pero al verme allí, en aquellas escaleras emblemáticas de aquella calle de Manhattan, pensé que alguien había dicho que "el primer viaje es el que se hace con un dedo sobre el mapa". Mi viaje creo yo que es anterior, es un viaje de ensueño, de fantasía, también de libertad como ese gran símbolo, esa gran estatua ubicada cerca del mar, que nos recuerda a todos Érase una vez América... la tierra de las oportunidades, donde los sueños se pueden hacer realidad, donde todo es posible. No deja de ser una quimera como este mi viaje, pero es una quimera muy hermosa, como tantas cosas que no son reales.
En mi viaje imaginario yo estuve Desayunando en Tiffany. Fue una mañana de Otoño preciosa, de cielo despejado uno de esos días que parecen que están limpios. El desayuno consistió en comerme un croasán calentito delante del escaparate del famoso comercio. Me detuve allí enfrente y me puse a mirar todas aquellas alhajas, como si fueran caramelos de cristal y yo en aquellos momentos una niña golosa.
Terminé de comer y me eché a caminar calle abajo acordándome de las palabras de una buena amiga, "podrás comer piedras e incluso beber humo pero te sabrá diferente. Todo te sabe más delicioso en Nueva York". Opté por coger un taxi, uno de esos vehículos amarillos que circulan y llenan las calles de Manhattan.
El taxi driver no tenía lo que se dice "un buen carácter" pero decidí que su actitud no enturbiaría aquel momento en el que yo estaba absorta con el paisaje urbano de edificios gigantes, que casi no dejaban al sol penetrar entre las calles, en donde abundan mareas de gente que intentan llegar, cuando los semáforos lo permiten, a la otra orilla.
Le dije al taxista que parara cuando llegamos al Central Park. Era Otoño en Nueva York. Los árboles tenían ese color marrón y me daban la sensación de pertenecer a un cuadro otoñal, que vi en algún museo. El aire empezaba a ser un poco frío y cerré mi abrigo cruzándome de brazos, mientras me adentraba en el parque. Me sentí de repente extraña por haber pasado tan rápido, del amasijo de hormigón y personas, a aquella visión de dorados y otoñales árboles de ese bosque fantástico, en el que habitaría probablemente algún nomo o ninfa urbanos, claro está, no podría ser de otra manera.
Sentada en uno de los bancos que encontré a lo largo del camino, viendo como paseaban algunos y otros corrían, me acordé de una persona querida, una en concreto. La evoqué a tantos kilómetros de distancia, imaginándome tener con él una cita aquella tarde en lo más alto del Empire State, como Cary Grant y Deborah Kerr en Un Romance para recordar. Sería maravilloso darnos un abrazo en un lugar hecho para acariciar el cielo. Pero El cielo puede esperar y dejé mis ensoñaciones saliendo del parque, con la intención de proseguir mi viaje.
Si sigo deambulando por las calles y llego hasta ese barrio de Manhattan, en el que encontramos esos edificios viejos no muy altos construídos en el siglo XIX, en los que hay unos pocos escalones que dan acceso a la puerta principal de la entrada, tengo la impresión de que en cualquier momento me voy a encontrar a Carrie Bradshaw y sus amigas, que vienen calle abajo riéndose y discutiendo sobre como es el Sexo en Nueva York.
Me senté en uno de esos portales en los que tantas veces vi sentada a la Bradshaw, debatiéndose entre el amor de Mr. Big o su vida sin el amor verdadero,-al final ya lo sabemos, optó por Mr. Big-. Pero al verme allí, en aquellas escaleras emblemáticas de aquella calle de Manhattan, pensé que alguien había dicho que "el primer viaje es el que se hace con un dedo sobre el mapa". Mi viaje creo yo que es anterior, es un viaje de ensueño, de fantasía, también de libertad como ese gran símbolo, esa gran estatua ubicada cerca del mar, que nos recuerda a todos Érase una vez América... la tierra de las oportunidades, donde los sueños se pueden hacer realidad, donde todo es posible. No deja de ser una quimera como este mi viaje, pero es una quimera muy hermosa, como tantas cosas que no son reales.
lunes, 10 de septiembre de 2012
Las tres crisis.
Según el Instituto de Massachusetts de estadísticas tres crisis existen en la vida y a continuación paso a describir cada una de ellas.
La primera crisis ocurre cuando tú estás aferrado al estandarte de la soltería con uñas y dientes y todos tus amigos empiezan a buscarse pareja. De repente comienza a entrarte una sensación de que el mundo te está abandonando, de que te estás quedando solo ante el peligro. Sigues encontrando divertido irte de marcha, levantarte tarde y resacado los fines de semana pero a los demás ya no les seduce ese plan.
¿Qué está pasando que a todos les empieza a dar por ir los sábados a Ikea? Mientras tú estás durmiendo ellos se están comprando una mesa que se llama KMSTROSMMÏT, que en sueco debe ser algo así como, "a la tarde puede ser que esté armada".
Pero llega la segunda crisis y resulta que al final ya desististe de tú "manía" de quedarte solo y encontraste a un alma gemela por esos mundos de dios, ¡por fin! alguien con quien poder compartir mil aventuras como no salir y ver un partido de fútbol, comprar en Mercadona o ir a Ikea y después armar la mesa dichosa que tú también has adquirido durante cualquier sábado lluvioso. Pero tus amigos navegan por los mares de la paternidad, para los cuales tú aun no tienes ni el título de marinero.
El momento crítico se te presenta la noche en que te reúnes con todos en una cena y la conversación gira en torno a si elegir para el niño un colegio u otro. Jamás creíste que hubiera tantos tipos de colegios diferentes: público o privado, laico o religioso, enseñanza tradicional o de la "nueva escuela", bilingüe o con el inglés de toda la vida ese que según Morgan decirle Hola a una extranjera es Hello Kitty.
No hay nada que hacer vuelves a estar de nuevo fuera de juego, llegas tarde una vez más y los demás te miran con benevolencia y te dicen: -ya te tocará a ti y verás que difícil es esto de ser padre.
Pero la tercera crisis te está acechando aunque en esta ocasión vas a ser el pionero en algo, ¡enhorabuena! eres el primero de tus amigos que se separa. No te ponías de acuerdo con tu pareja ni en los pasillos de mercadona, ni leyendo las instrucciones para armar la fantástica mesa "multiusos", ni siquiera en la elección del equipo que debía ganar el derby del domingo. Estás incluído entre los millones de personas en el mundo que sufren una simple "incompatibilidad de caracteres".
Pero ya siendo el pionero en algo también vas a ser el primero en plantearte que desde el principio tu tienes tu propio ritmo, tu vida no puede ser igual o paralela a las vidas de tus amigos o colegas es la tuya propia, te deben dar igual los convencionalismos, lo que ya está establecido, lo que es ortodoxo.
Una vez que se deja atrás esa intención de pertenecer al mundo de los "comunes" te das cuenta de que lo importante es hacer las cosas a tu manera, como dice la canción y disfrutar de todo lo que la vida te ofrece siempre y cuando tú seas el que toma las decisiones y nadie las tome por ti.
Se quita uno un peso de encima cuando lo único que desea y a lo único que aspira es a "vivir" que no es poco. Y por cierto ahí va la primera decisión, la próxima mesa me la compro armada.
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La primera crisis ocurre cuando tú estás aferrado al estandarte de la soltería con uñas y dientes y todos tus amigos empiezan a buscarse pareja. De repente comienza a entrarte una sensación de que el mundo te está abandonando, de que te estás quedando solo ante el peligro. Sigues encontrando divertido irte de marcha, levantarte tarde y resacado los fines de semana pero a los demás ya no les seduce ese plan.
¿Qué está pasando que a todos les empieza a dar por ir los sábados a Ikea? Mientras tú estás durmiendo ellos se están comprando una mesa que se llama KMSTROSMMÏT, que en sueco debe ser algo así como, "a la tarde puede ser que esté armada".
Pero llega la segunda crisis y resulta que al final ya desististe de tú "manía" de quedarte solo y encontraste a un alma gemela por esos mundos de dios, ¡por fin! alguien con quien poder compartir mil aventuras como no salir y ver un partido de fútbol, comprar en Mercadona o ir a Ikea y después armar la mesa dichosa que tú también has adquirido durante cualquier sábado lluvioso. Pero tus amigos navegan por los mares de la paternidad, para los cuales tú aun no tienes ni el título de marinero.
El momento crítico se te presenta la noche en que te reúnes con todos en una cena y la conversación gira en torno a si elegir para el niño un colegio u otro. Jamás creíste que hubiera tantos tipos de colegios diferentes: público o privado, laico o religioso, enseñanza tradicional o de la "nueva escuela", bilingüe o con el inglés de toda la vida ese que según Morgan decirle Hola a una extranjera es Hello Kitty.
No hay nada que hacer vuelves a estar de nuevo fuera de juego, llegas tarde una vez más y los demás te miran con benevolencia y te dicen: -ya te tocará a ti y verás que difícil es esto de ser padre.
Pero la tercera crisis te está acechando aunque en esta ocasión vas a ser el pionero en algo, ¡enhorabuena! eres el primero de tus amigos que se separa. No te ponías de acuerdo con tu pareja ni en los pasillos de mercadona, ni leyendo las instrucciones para armar la fantástica mesa "multiusos", ni siquiera en la elección del equipo que debía ganar el derby del domingo. Estás incluído entre los millones de personas en el mundo que sufren una simple "incompatibilidad de caracteres".
Pero ya siendo el pionero en algo también vas a ser el primero en plantearte que desde el principio tu tienes tu propio ritmo, tu vida no puede ser igual o paralela a las vidas de tus amigos o colegas es la tuya propia, te deben dar igual los convencionalismos, lo que ya está establecido, lo que es ortodoxo.
Una vez que se deja atrás esa intención de pertenecer al mundo de los "comunes" te das cuenta de que lo importante es hacer las cosas a tu manera, como dice la canción y disfrutar de todo lo que la vida te ofrece siempre y cuando tú seas el que toma las decisiones y nadie las tome por ti.
Se quita uno un peso de encima cuando lo único que desea y a lo único que aspira es a "vivir" que no es poco. Y por cierto ahí va la primera decisión, la próxima mesa me la compro armada.
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miércoles, 5 de septiembre de 2012
Nuevo curso, nueva aventura.
Siempre utilizamos diferentes metáforas para referirnos al comienzo de un curso. La del barco que zarpa con una tripulación-maestros, profesores-, los pasajeros, que son los alumnos y el puerto al que hay que llegar que sería el final de curso.
kTambién usamos la de la función que comienza en la que hay un público, nuestros alumnos, los actores y la representación de la obra, que es el día a día en las aulas...
Tal vez usamos todos esos símiles porque contemplando todos los elementos que intervienen en un curso -el tiempo en que se desarrolla, las metas que se trazan, las estrategias que tienen que emplear todos los que intervienen en este período (padres, alumnos y profesores)- nos damos cuenta de que tiene bastante de aventura.
Este período escolar va a ser diferente a otros que hemos vivido. Ya se parte con un sueldo mermado para los docentes y sabiendo que muchos puestos necesarios, de profesores de apoyo o especialistas importantes para ofrecer una enseñanza de calidad, no van a ser cubiertos. Pero está claro que funcionaremos con lo que tenemos. Afortunadamente conozco a muchos maestros y profesores perfectamente capacitados, que van a trabajar cada día con mucha alegría y empeño, algo fundamental en esta profesión, que además dan lo mejor de sí mismos y que este año, van a aportar la misma buena disposición que otros años, a pesar de las dificultades y carencias con las que ya se va a comenzar.
No sé si es válida la comparación pero se le llama "llave maestra" a la llave que nos da la posibilidad de abrir todas las puertas. Un maestro tendrá que tener la capacidad de llegar a todas las mentes, y que estas se abran para dejar entrar las experiencias, conocimientos y actitudes positivas que brinda la escuela siendo él mismo el transmisor de todos esos saberes, el guía más bien, ya que cada alumno construirá su propio conocimiento si estamos llevando a cabo una enseñanza constructiva, que haga de nuestros alumnos personas con autonomía y capacidad de defenderse en la vida cotidiana de una manera efectiva.
Es una tarea muy compleja, una profesión en la que jamás podrás decir que lo has aprendido todo. Cada año es un reto y además cada generación de alumnos cambia su mentalidad. No tienen nada que ver los niños de mi generación, que eran más pasivos pero más maduros para las cosas de la vida cotidiana, aunque menos despiertos para todo lo funcional, para la búsqueda de información a la que no teníamos acceso, a los niños de las actuales generaciones, que tienen en sus manos cada dia la posibilidad de relacionarse de una manera tan distinta como son las redes sociales o el acceso a todo tipo de videojuegos, que si no son bélicos, aportan mucha agilidad mental.
Esa quizá es la característica de los niños ahora, esa rapidez con la que quieren todo. Tal vez están acostumbrados a darle al INTRO y voilà, el mundo en una pantalla. Pero eso es esta generación, estas son sus características, en unos años habrá nuevos cambios en los niños y jóvenes y el maestro tendrá que estar de nuevo preparado para enfrentarse a esas otras mentes, que a saber como van a evolucionar.
Sé a ciencia cierta que hay muchos maestros que van a intentar que la crisis afecte lo menos posible a sus alumnos, con los que se comprometerán desde el primer día, para llevarlos hasta "la otra orilla", con la mente más "llena" de saberes prácticos y útiles, que les ayuden a moverse sin dificultad en el mundo en el que les ha tocado vivir.
Tal vez cada docente albergue interiormente la esperanza de ser ese profesor que influya tanto en su alumno, que pueda después ser recordado por este con cariño y agradecimiento.
Albert Camus, premio Nobel de Literatura, dedicó su discurso a su maestro de primaria, el que consiguió que un niño pobre sin ningún tipo de posibilidades siguiera sus estudios. El maestro lo acompañó incluso a examinarse del bachillerato, en un viaje que hicieron ambos en tren pagado claro está por el buen profesor.
Pero aunque no tengamos en nuestra vida algún discurso que dar, en el que podamos mencionar a algún maestro que ha cambiado el curso de nuestras vidas, si es cierto que todos llevamos a algún docente en nuestro corazón, tal vez el que nos incitó a leer poesía o plantó en nosotros la semilla del interés y la curiosidad para cualquiera de los saberes, que después nos llevaron a algún camino por el que andamos ahora.
El lunes empieza "esta nueva aventura" una vez más. A todos los que aman esta profesión y comienzan de nuevo a "llenar las pizarras de sueños", les deseo ¡buen viaje!
kTambién usamos la de la función que comienza en la que hay un público, nuestros alumnos, los actores y la representación de la obra, que es el día a día en las aulas...
Tal vez usamos todos esos símiles porque contemplando todos los elementos que intervienen en un curso -el tiempo en que se desarrolla, las metas que se trazan, las estrategias que tienen que emplear todos los que intervienen en este período (padres, alumnos y profesores)- nos damos cuenta de que tiene bastante de aventura.
Este período escolar va a ser diferente a otros que hemos vivido. Ya se parte con un sueldo mermado para los docentes y sabiendo que muchos puestos necesarios, de profesores de apoyo o especialistas importantes para ofrecer una enseñanza de calidad, no van a ser cubiertos. Pero está claro que funcionaremos con lo que tenemos. Afortunadamente conozco a muchos maestros y profesores perfectamente capacitados, que van a trabajar cada día con mucha alegría y empeño, algo fundamental en esta profesión, que además dan lo mejor de sí mismos y que este año, van a aportar la misma buena disposición que otros años, a pesar de las dificultades y carencias con las que ya se va a comenzar.
No sé si es válida la comparación pero se le llama "llave maestra" a la llave que nos da la posibilidad de abrir todas las puertas. Un maestro tendrá que tener la capacidad de llegar a todas las mentes, y que estas se abran para dejar entrar las experiencias, conocimientos y actitudes positivas que brinda la escuela siendo él mismo el transmisor de todos esos saberes, el guía más bien, ya que cada alumno construirá su propio conocimiento si estamos llevando a cabo una enseñanza constructiva, que haga de nuestros alumnos personas con autonomía y capacidad de defenderse en la vida cotidiana de una manera efectiva.
Es una tarea muy compleja, una profesión en la que jamás podrás decir que lo has aprendido todo. Cada año es un reto y además cada generación de alumnos cambia su mentalidad. No tienen nada que ver los niños de mi generación, que eran más pasivos pero más maduros para las cosas de la vida cotidiana, aunque menos despiertos para todo lo funcional, para la búsqueda de información a la que no teníamos acceso, a los niños de las actuales generaciones, que tienen en sus manos cada dia la posibilidad de relacionarse de una manera tan distinta como son las redes sociales o el acceso a todo tipo de videojuegos, que si no son bélicos, aportan mucha agilidad mental.
Esa quizá es la característica de los niños ahora, esa rapidez con la que quieren todo. Tal vez están acostumbrados a darle al INTRO y voilà, el mundo en una pantalla. Pero eso es esta generación, estas son sus características, en unos años habrá nuevos cambios en los niños y jóvenes y el maestro tendrá que estar de nuevo preparado para enfrentarse a esas otras mentes, que a saber como van a evolucionar.
Sé a ciencia cierta que hay muchos maestros que van a intentar que la crisis afecte lo menos posible a sus alumnos, con los que se comprometerán desde el primer día, para llevarlos hasta "la otra orilla", con la mente más "llena" de saberes prácticos y útiles, que les ayuden a moverse sin dificultad en el mundo en el que les ha tocado vivir.
Tal vez cada docente albergue interiormente la esperanza de ser ese profesor que influya tanto en su alumno, que pueda después ser recordado por este con cariño y agradecimiento.
Albert Camus, premio Nobel de Literatura, dedicó su discurso a su maestro de primaria, el que consiguió que un niño pobre sin ningún tipo de posibilidades siguiera sus estudios. El maestro lo acompañó incluso a examinarse del bachillerato, en un viaje que hicieron ambos en tren pagado claro está por el buen profesor.
Pero aunque no tengamos en nuestra vida algún discurso que dar, en el que podamos mencionar a algún maestro que ha cambiado el curso de nuestras vidas, si es cierto que todos llevamos a algún docente en nuestro corazón, tal vez el que nos incitó a leer poesía o plantó en nosotros la semilla del interés y la curiosidad para cualquiera de los saberes, que después nos llevaron a algún camino por el que andamos ahora.
El lunes empieza "esta nueva aventura" una vez más. A todos los que aman esta profesión y comienzan de nuevo a "llenar las pizarras de sueños", les deseo ¡buen viaje!
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