martes, 23 de diciembre de 2014
Un paseo por la puntilla en la playa de Las Canteras.
La historia de la playa de Las Canteras comenzó en la puntilla y conociendo estos lugares podemos saber como se formó nuestra ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, desde esta zona tan particular que forman el istmo y La Isleta.
La realidad es que a finales del siglo XIX los canarios vivían de espaldas a la playa. Esa zona maravillosa, parque natural del que disfrutamos los habitantes de Gran Canaria no existía como tal porque el concepto de vida al aire libre cerca del mar era algo que aparecería más tarde. Fueron los ingleses y otras personas que provenían de fuera los que nos trajeron esas costumbres de broncearnos al sol, de prácticar deportes acuáticos y de vivir la vida disfrutando de un paisaje único que nos acompaña a todos los habitantes de esta maravillosa ciudad. Pero antes de que esto sucediera el grancanario acudía a la playa a buscar su sustento, la pesca, que en aquellos años era muy abundante en la zona. Aún ahora podemos ver las barquitas en la arena resto de lo que fue antaño una zona de pescadores. También prueba de esta actividad fue la existencia en el lugar de una fábrica de conservas , la Factoría de los Escobios, situada en donde se encuentra actualmente el restaurante La Marinera.
A principios del siglo XX con el nacimiento del Real Club Victoria como club que fomentaba los deportes, la construción de la Caseta o Casetilla de Galán, una casa de madera que estaba situada en la arena y que era como una especie de balneario y lugar para comer, que le debe su nombre al gaditano que tuvo la idea de ponerla en aquella zona, cerca de la actual calle Tenerife y la existencia del Sensat, barco que se ubicó entre la barra y la orilla, anclado en aquellas otras aguas más profundas que las que nos bañan ahora debido a la menor cantidad de arena existente en aquellos momentos en los fondos y que servía como lugar de recreo y restaurante para gente de poder adquisitivo de la época, nuestra playa empieza a formar su carácter social, lúdico y de disfrute que conocemos ahora. La vida de los canarios estaba cambiando y la zona se va poblando de una gente joven que veia muchas posibilidades en este enclave tan particular, un istmo que está bañado por dos orillas y al que llega una población nueva, con nuevas ideas y que mira a su alrededor de otra manera viendo oportunidades en donde antes sólo se veía la búsqueda del sustento.
Y va transcurriendo el tiempo y se van ubicando en la zona personas y construcciones que nos indican que las necesidades sociales van apareciendo debido a que la población va aumentando.
Encontramos así la escuela de doña Librada, mujer que hace una gran labor de alfabetización en la Puntilla. Cerca de su escuela está el Teatro de los Hermanos Millares, teatro- cine en el que se desarrolla una actividad cultural que demandaban los habitantes del lugar. En aquel escenario actuaban incipientes artistas grancanarios que entretenían las tardes a los isleteros.
El asilo-hospital escuela de San José también hace su aparición en aquellos años porque su constructor cree necesaria la existencia de un lugar para que las personas necesitadas tengan un sitio para ser atendidas e instruídas,
Así que por un lado tenemos una población que ve posibilidades, los que hacen de la playa el sitio de recreo que es hoy en día y por otro lado, la población que empieza a buscar trabajo en ese nuevo concepto que está naciendo de la vida, la idea de disfrutar de aquel enclave único y así evoluciona el sector servicios que es hoy la principal fuente de riqueza de la Playa.
Llegaron los años 60 en los que apareció el turismo, nuestra arena se llenó de hamacas necesarias para que los extranjeros se tuesten al sol, desaparece la factoria y el teatro y en su lugar se ubican hoteles como el Imperial Playa y apartamentos que van a ser ocupados por gentes del norte de Europa .
Y sé que por los años 60 había una joven que recorría aquellos lares paseando con sus amigas cada tarde, que iba al teatro Hermanos Millares a ver alguna actuación, saludaba a la maestra doña Librada y soñaba con ser feliz. En los días de sol entraba en el mar y creo que ese lugar, esa playa mágica le pintó una sonrisa para siempre en su rostro. Y yo, astilla de ese palo, salgo cada noche andando por esas mismas baldosas que ella pisó, tal vez con su mismo sueño, con su mismo rostro y con el mismo amor por la playa, un amor heredado y eterno además. Y es todo un ritual llegar hasta el final y asomarme en ese lugar en el que antaño se ubicaba la fábrica de conservas, y ver toda esa maravilla de paisaje que no deja de enamorarme cada día. La barra de materiales volcánicos y corales que es la mejor muralla natural que haya existido, las luces de la ciudad ya casi recogida... y uno respirando profundamente sin cansarse nunca de ver cada noche la misma fotografía en la que yo estoy también retratada. Y si yo algún día me fuera a vivir a otro lugar solo tendría que asomarme a alguna ventana abierta, cerrar fuertemente los ojos y entonces ya estaría en mi playa de nuevo, solo porque hay paisajes que se llevan escritos en el ADN y en el alma y La playa de Las Canteras está grabada dentro de mí como se graba algo querido. pues para siempre.
domingo, 21 de diciembre de 2014
UNA DECLARACIÓN DE BUENOS DESEOS PARA LA NAVIDAD.
Una cantinela suena por los hilos musicales de los supermercados. Es la banda sonora de esta época. "El camino que lleva a Belén. Baja hasta el valle que la nieve cubrió..." dice la letra de la canción y uno va con el carro de la compra esquivando polvorones, mazapanes y bombones que de repente han invadido las estanterías y que con sus brillantes y coloridos envoltorios sugieren una falsa felicidad efímera.
Y qué hacer cuando lo que realmente quieres es esquivar la mismísima fiesta de Navidad, cuando anhelas que esos días que todo el mundo clasifica de especiales, fueran un lunes o un martes normales, sin cena copiosa y elaborada, sin esa alegría ficticia que de repente se ha instalado alrededor convirtiéndose en una obligación.
Yo me revelo contra la algarabía impuesta, contra la cena con los huecos tan dolorosos en la mesa, contra los momentáneos y falsos buenos deseos en el mundo de tanta gente que tal vez el resto del año ni se plantea ese binomio de PAZ/AMOR que sería tan importante que estuviera en nuestros corazones. Y doy fe que se puede hacer, que uno puede hacer un paréntesis, vivir este tiempo con los ojos y los oídos cerrados a luces y sonidos navideños. Cerrarse a cal y canto a la fiesta y la tradición, a la parafernalia, a la grotesca cena de empresa, a la falsa palmadita en la espalda y a la curiosa felicitación efusiva del vecino que a duras penas te da el buenos días cada mañana. Y el hueco, que no está verdaderamente en la mesa, que está en tu corazón, se agranda tanto estos días que uno teme sucumbir entre villancicos, comilonas y regalos que nos vacían la cartera.
Tal vez cerrando los ojos a estas luces cegadoras uno encuentre otro sentido a este tiempo, otra manera más sincera de vivir estos momentos. Me quedo con la gente voluntaria que he visto en estos días en el supermercado del banco de alimentos, con la ilusión de los niños que siempre están a mi alrededor y sobre todo con la amistad y el cariño sincero de la gente que me quiere y quiero, todo lo demás me sobra.
Hubo muchas navidades gloriosas en mi vida, en las que había sobre todo mucho amor, que es el verdadero oro, incienso o mirra, esos tres preciados regalos que tres famosos y soñadores reyes ofrecieron a otro recién nacido rey, que casualmente nacía pobre. Si, soñadores porque solo los ilusos son capaces de perseguir estrellas.
A mi vida volverán a venir otras expléndidas navidades y de los huecos de ahora surgirán nuevas emociones y sentimientos de gratitud por haber compartido la vida con personas tan maravillosas como mi madre, que precisamente vivía esta época como un momento único y mágico, con su gran árbol, su deliciosa cena y su amor infinito. Sí, hay otras épocas que están ahí y que me llenarán las manos de apretones sinceros. Pero a lo que no me cierro en este tiempo, en estos días es a tener buenos deseos.
Deseo para toda la gente que quiero mucha salud y poder seguir teniendo la suerte de compartir con todos ellos muchos momentos de palabras, risas y cariño.
Como un deseo particular me encantaría poder seguir contando historias aquí o por otras vías, seguir teniendo siempre este vicio de contar y encontrar siempre a alguien que me quiera leer y conectarnos con ese maravilloso hilo invisible que forman las palabras escritas, que unen a la que humildemente escribe con el que generosamente lee.
Y qué hacer cuando lo que realmente quieres es esquivar la mismísima fiesta de Navidad, cuando anhelas que esos días que todo el mundo clasifica de especiales, fueran un lunes o un martes normales, sin cena copiosa y elaborada, sin esa alegría ficticia que de repente se ha instalado alrededor convirtiéndose en una obligación.
Yo me revelo contra la algarabía impuesta, contra la cena con los huecos tan dolorosos en la mesa, contra los momentáneos y falsos buenos deseos en el mundo de tanta gente que tal vez el resto del año ni se plantea ese binomio de PAZ/AMOR que sería tan importante que estuviera en nuestros corazones. Y doy fe que se puede hacer, que uno puede hacer un paréntesis, vivir este tiempo con los ojos y los oídos cerrados a luces y sonidos navideños. Cerrarse a cal y canto a la fiesta y la tradición, a la parafernalia, a la grotesca cena de empresa, a la falsa palmadita en la espalda y a la curiosa felicitación efusiva del vecino que a duras penas te da el buenos días cada mañana. Y el hueco, que no está verdaderamente en la mesa, que está en tu corazón, se agranda tanto estos días que uno teme sucumbir entre villancicos, comilonas y regalos que nos vacían la cartera.
Tal vez cerrando los ojos a estas luces cegadoras uno encuentre otro sentido a este tiempo, otra manera más sincera de vivir estos momentos. Me quedo con la gente voluntaria que he visto en estos días en el supermercado del banco de alimentos, con la ilusión de los niños que siempre están a mi alrededor y sobre todo con la amistad y el cariño sincero de la gente que me quiere y quiero, todo lo demás me sobra.
Hubo muchas navidades gloriosas en mi vida, en las que había sobre todo mucho amor, que es el verdadero oro, incienso o mirra, esos tres preciados regalos que tres famosos y soñadores reyes ofrecieron a otro recién nacido rey, que casualmente nacía pobre. Si, soñadores porque solo los ilusos son capaces de perseguir estrellas.
A mi vida volverán a venir otras expléndidas navidades y de los huecos de ahora surgirán nuevas emociones y sentimientos de gratitud por haber compartido la vida con personas tan maravillosas como mi madre, que precisamente vivía esta época como un momento único y mágico, con su gran árbol, su deliciosa cena y su amor infinito. Sí, hay otras épocas que están ahí y que me llenarán las manos de apretones sinceros. Pero a lo que no me cierro en este tiempo, en estos días es a tener buenos deseos.
Deseo para toda la gente que quiero mucha salud y poder seguir teniendo la suerte de compartir con todos ellos muchos momentos de palabras, risas y cariño.
Como un deseo particular me encantaría poder seguir contando historias aquí o por otras vías, seguir teniendo siempre este vicio de contar y encontrar siempre a alguien que me quiera leer y conectarnos con ese maravilloso hilo invisible que forman las palabras escritas, que unen a la que humildemente escribe con el que generosamente lee.
martes, 9 de diciembre de 2014
Un abrazo hasta los huesos.
Si camino hacia ti tal vez te alejes como si fueras esa sombra nuestra que nunca podemos alcanzar, por eso ahora que tengo la consigna prefiero mirarte desde lejos, desde una distancia prudencial, observarte como si fueras la primera persona que hubiera visto en mi vida.
También quisiera mirarte a través del sistema braille, usando las yemas de los dedos tan solo, descifrarte usando además todos los sentidos que no fueran la vista, como el ciego que es capaz de ver profundamente a través del tacto, así te miraría hasta que te volvieras aburrido y cansino. ¿Podría eso suceder?
Y decía el coronel Buendia que los huesos se le llenaban de espuma cuando veía a Remedios la Bella, pero yo me he convertido en abrazo y te abrazo, no ya la piel, ni los músculos o las arterias. , me abrazo a tu esqueleto con la esperanza de que mi calor te cale hasta los huesos.
También quisiera mirarte a través del sistema braille, usando las yemas de los dedos tan solo, descifrarte usando además todos los sentidos que no fueran la vista, como el ciego que es capaz de ver profundamente a través del tacto, así te miraría hasta que te volvieras aburrido y cansino. ¿Podría eso suceder?
Y decía el coronel Buendia que los huesos se le llenaban de espuma cuando veía a Remedios la Bella, pero yo me he convertido en abrazo y te abrazo, no ya la piel, ni los músculos o las arterias. , me abrazo a tu esqueleto con la esperanza de que mi calor te cale hasta los huesos.
viernes, 31 de octubre de 2014
TE COMERÍA A VERSOS.
Allá por los años 80 cantaban Golpes Bajos aquello de " malos tiempos para la lírica".
Es cierto que la poesía ha desaparecido tristemente de nuestras vidas. Para muchos los versos han pasado a ser una cosa superflua, arcaica y hasta cursi, algo sin lo que se puede vivir perfectamente. No es el pensamiento de Boamistura un colectivo de artistas urbanos que han tenido la gran sensibilidad de rescatar los versos de donde dormían para plasmarlos con unos sprays de tinta blanca en los pasos de peatones. Se trata de pintar unos micropoemas en los pasos de cebra con la intención de humanizar las tan descarnadas ciudades, traer de vuelta esas palabras encadenadas unas a otras y que nos produzcan una emoción, un sentimiento, que nos hagan evocar un momento único.
Mi más sentido bésame.
Me sentía astronauta en tus lunares.
Son algunos de los pequeños poemas que se pueden leer en el asfalto.
Puede ser que no nos guste descifrar versos pero hay que reconocer que la poesía es la vida misma impresa en palabras fantásticas y expresamente buscadas para contar el amor, todo tipo de amores el no correspondido, el fugaz amor eterno, el maravilloso amor de verano. La poesía también nos habla del brío de la salud y de la triste debilidad que provoca la enfermedad. La poesía para describir los días luminosos y los días oscuros de tormentas interiores. Y el verso que nos deja ebrios con reales borracheras llenas de palabras ininteligibles o con la sensatez de nuestro discurso del lunes por la mañana.
Decía Pablo Neruda que la poesía era del que la necesitaba y así es, muchas veces echamos mano de los lamentos o de la algarabía del poeta. Casi sin darnos cuenta utilizamos su producción y expresamos con sus palabras nuestro sentimiento, por esto es por lo que la poesía sigue siendo tan necesaria, porque tal vez nos cuenta a nosotros mismos lo que estamos viviendo, lo que estamos experimentando. De una manera certera, como el que da en una diana, el lírico escoge la palabra justa que describe magistralmente nuestra emoción.
Bécquer ha sido uno de los poetas españoles más leídos. Contaba a través de sus famosas rimas lo que era la poesía y su importancia. Él como pocos nos explicó y nos hizo ver lo necesaria que era esa palabra, inolvidable es esa rima fantástica ...¿Qué es poesía? y tú me lo preguntas... poesía eres tú. Pero es en su Rima IV, totalmente actual y que explica perfectamente el espíritu de los artistas de Boamistura es en donde el poeta nos convence:
Podrá no haber poetas pero siempre
habrá poesía.
Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista.
Mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías
mientras haya en el mundo primavera
¡habrá poesía!
Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista.
Mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa a donde camina
mientras haya un misterio para el hombre
¡habrá poesía!
Mientras sintamos que se alegra el alma
sin que los labios rían
mientras se llore sin que el llanto acuda
a nublar la pupila.
Mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan
mientras haya esperanzas y recuerdos
¡habrá poesía!
Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran
mientras respondan los labios suspirando
a los labios que suspiran.
Mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas
mientras exista una mujer hermosa
¡habrá poesía!
La pregunta que me hago ahora es cual sería mi verso favorito, el que escogería para adornar ese paso de peatones. Creo que aprovechando que en estos días el magnífico trovador y poeta Joan Manuel Serrat cumple 50 años en mundo de la canción, le "robaría" uno de sus versos, el que siempre me ha fascinado ...y por fría que sea mi noche triste, no echo al fuego ni uno solo de los besos que me diste.
¿ Y dime, cuáles serían tus versos?
martes, 30 de septiembre de 2014
Arenas movedizas
El otro día leí en un artículo del País que estábamos en la "era del individuo" que cada uno de nosotros era su propia marca, los directores de YO S.L Por lo visto ahora hay un personaje al que se le denomina con un término anglosajón, de donde vienen todos estos inventos, personal branding, ya hemos dejado atrás al coaching, y este individuo se encarga de que te posiciones, es decir que busques tus diferencias, tus dones, lo mejor que sabes hacer con el fin de que triunfes en la vida, ya sea en un trabajo, con tus amistades o en el mundo de las emociones y sentimientos. Todas estas especialidades que buscaremos en nuestro interior deben traducirse en felicidad personal y buenos ingresos.
Es curioso que me haya llegado esta información precisamente en un momento en que estaba con unos amigos, cerveza en mano, divagando sobre lo humano y lo divino y habíamos llegado a la conclusión de que no transitábamos precisamente en la era del individuo fantástico del que hablan los personal branding estos, sino en la "era de las arenas movedizas".
Ahora que tenemos a tanta gente alrededor que no tiene un trabajo digno, y si tiene algún trabajo no sabe hasta cuando le va a durar, y que vivimos en una inestabilidad constante que se respira en el aire desde hace unos años porque nuestros sistemas económicos y políticos han hecho aguas y nos indican a cada momento que hay que renovar el sistema en general, buscar otras soluciones, otras maneras de gestionar... ahora que hasta sentimentalmente nos sentimos pobres porque las familias, que antes nos hacían de pilares, han cambiado, se han transformado y tal vez no sabemos como encajar esos cambios, y el amor que parecía que iba a ser algo inalterable, el sentimiento noble que perduraría a través de los tiempos parece que tiene ahora otra consistencia, mucho más frágil porque los compromisos son efímeros, en muchas ocasiones son compromisos de hojalata, de usar y tirar, de los que si me va mal a la primera de cambio, me doy de baja y ya está... el individuo vive entre arenas movedizas.
Hay una imagen que se ha quedado en mi cabeza a lo largo de muchos años. Es la imagen de las películas de aventuras que ponían los sábados por la tarde en la tele. Esa película que veías siempre, porque tal vez no había otra cosa que ver, quizá por eso los que tuvimos la ocasión de estar sentados en esos momentos delante del televisor nos acordamos tanto de esas historias. Pues yo recuerdo una expedición por la selva de aquellos valientes aventureros que iban apartando ramas gigantes, todos caminando en fila india, avanzando con cara de miedo sin saber que se iban a encontrar en el siguiente paso... y siempre aparecían las arenas movedizas. De repente el valiente que encabezaba la expedición daba un mal paso y ¡zas! quedaba atrapado entre aquellas tierras que parecían que estaban vivas. Los demás se paraban en seco y lo intentaban ayudar pero el desgraciado hombre aquel levantaba un brazo intentando asirse a cualquier cosa y poco a poco la tierra lo engullía sin que nadie pudiera hacer nada.
Sé que es un pensamiento un poco negativo pero así nos sentimos muchas veces. Caminando entre el peligro, en fila india todos porque hemos elegido muchas veces unas relaciones en las que practicamos un autismo selectivo y vamos con el miedo de encontrarnos con esa gran inestabilidad que supone que el suelo se mueva, y lo que es peor, que te trague.
Yo creo que el encontrar los dones y las cualidades que nos adornan no es suficiente para alejarnos de esta soledad que continuamente nos está amenazando en este tiempo de crisis, económica y de todo tipo. Creo que se trata mucho más de autenticidad, de implicación, de buscar las cosas que verdaderamente nos hacen felices, las personas que nos acompañen de verdad, y una vez descubierto todo esto comprometernos sin miedo en proyectos de vida que nos vayan a enriquecer mucho más interiormente que a nuestros bolsillos, igual todo lo que digo suena a idealismo puro y duro pero creo que con lo corta que es la vida es más rentable ser feliz, que ser rico.
Me encantaría ser la directora de YO, S.L, pero sólo si esta empresa estuviera muy lejos de transitar por esas arenas movedizas que me han aterrorizado desde pequeña.
martes, 26 de agosto de 2014
Amores de Tango
En 1932 el escritor británico Aldous Huxley, un pensador y crítico de la sociedad, escribió su libro más famoso Un mundo feliz. Este fantástico libro que nos ofrece una visión pesimista de la sociedad y que predice el desarrollo de la tecnología reproductiva -las mujeres no engendran sus hijos, son engendrados fuera del útero materno- nos habla de un mundo en el que la familia, la diversidad cultural, la religión, la literatura, las ideas y sobre todo el Amor, han sido erradicados. Supuestamente este es el mundo ideal, el mundo feliz, aquel en el que no hay necesidad de pensar, de soñar y tampoco de amar.
A veces me pregunto si no sólo en el tema de la reproducción Huxley ha sido un vidente, porque todos conocemos la existencia de muchas aplicaciones a las que podemos tener acceso a golpe de teclado, en las que es posible encontrar sexo virtual o citas sin ton ni son. Habrá excepciones como en todas las cosas de esta vida pero lo cierto es que queremos un mundo feliz, quedar con alguien a la carta después de ver un catálogo de caras y cuerpos de personas reales que se muestran con o sin pudor, tener sexo sin que exista la seducción, el cortejo ni el romanticismo. Y después intentar no tener ningún tipo de sentimiento por esos individuos que pasan por nuestras vidas sin pena ni gloria, que la incertidumbre y el vértigo que da el amor no genera felicidad. También está el sexo virtual parte de nuestro mundo actual "felicísimo".
-Hola mi amor ¿estás sola?.- pregunta él al otro lado del teclado.- ¿Dime cómo estás vestida? -continúa el amante virtual...
El maestro Sabina cantaba en una canción , todos se miran, nadie se toca, y de eso se trata de no tocarse, sobre todo de no tocarse el corazón.
Yo debo ser un poco básica porque siempre me han encantado los amores de tango. El tango, ese maravilloso género musical de alma nostálgica que a ritmo de bandoneón nos emociona, y nos saca la pasión, refleja como ninguna otra música o melodía la capacidad que tiene el ser humano de apasionarse, enloquecerse y soñar con el amado.
Prueben a sentir un amor de tango es muy triste pero es inolvidable, volar sin alas, vivir intensamente viendo el final a la vuelta de la esquina. No existe la virtualidad, los amantes desnudos se visten de caricias.
Dice un tango evocando un recuerdo:
la esquina del herrero,
barro y pampa
tu melena de novia en el recuerdo,
y tu nombre flotando en el adiós.
No se pierdan el amor de tango, genera lágrimas y desconsuelo pero te hace sentir vivo. Cinco días de amor de tango son suficientes para espantar la rutina , el aburrimiento y el vacío existencial. La medicina contra lo virtual, contra el mundo feliz de Aldous Huxley, contra el mundo que nos va amenazando cada día más.
miércoles, 20 de agosto de 2014
La magia del Cabo de Trafalgar.

El sol se va poniendo y no puedo dejar de mirar el tranquilo y embelesante paisaje, la mirada queda fijada en el horizonte y parece que quiere uno descubrir allá a lo lejos los restos de la historia, siendo este el camino de tanta gente que ha pasado por aquí. Yo también he pasado por esta tierra muchas veces y vuelvo a ella una vez más, preguntándome como no había vuelto antes, porque te reconcilia con la vida esta luz y este mar.
Y pasaron por aquí los fenicios y cartagineses incansables navegantes... y luego los romanos que trajeron a su diosa Juno, que dio nombre al mes de Junio, diosa de la fertilidad y el matrimonio, hija de Saturno y esposa celosa de Júpiter. En su templo se hacían sacrificios tan cerca del mar que el mismo santuario también hacía las veces de faro.
Los árabes también quisieron dejar aquí su huella y en el sigo IX , construyeron una torre almenara de vigilancia. Pero el episodio que marcaría a este lugar para siempre es un suceso terrorífico y sangriento que contaré a continuación.
En octubre de 1805 a las seis de la tarde comenzó una contienda en estas aguas entre las armada franco-española y la inglesa. Más de cincuenta barcos, miles de hombres se disponían a luchar en una batalla feroz y sin sentido, como todas las batallas. Cosme Damián Churruca y Federico de Gravina entre otros resultarían muertos en este episodio bélico, la mayor derrota que había sufrido la flota española, la gran derrota de la que nunca más se recuperaría. Por la noche una terrible tormenta haría el resto y muchas naves ya naufragaron definitivamente frente a aquella costa que había visto pasar a tantos pueblos. Los habitantes del lugar, gaditanos generosos, corrieron a socorrer a los miles de heridos que flotaban desesperados en las aguas. También pereció el almirante inglés Nelson, que luchaba con todas sus condecoraciones, era muy fácil distinguirlo entre todos los demás combatientes porque las medallas en su casaca brillaban en la distancia y le dispararon desde uno de los barcos contrarios en el combate. Su cuerpo muerto fue conservado en un barril lleno de vino hasta que llegó a Inglaterra y se hicieron los funerales con todos los honores. Pero para los ingleses, a pesar de perder a su mayor héroe naval y de las pérdidas de tantos hombres y barcos, aquella contienda significó el hacerse con la hegemonia del mar en aquella época, un triunfo cuyo eco duraría más de un siglo al derrotar a la grande y felicísima armada, como había llamado Felipe II a la armada española en otras batallas navales del pasado glorioso de España.
La mayor y más importante plaza de la capital de Inglaterra se llamó a partir de entonces Trafalgar Square.
Aun hoy dicen los que observan los fondos marinos que quedan restos de todo ese horrible episodio, tétricos restos de barcos que descansan en los fondos del Cabo de Trafalgar.
Benito Pérez Galdós narra la batalla en el primer capítulo de sus Episodios Nacionales, y habla Galdós con su magistral pluma de "ataúdes flotantes" refiriéndose a aquella masacre sin sentido.
Y Luego vendría la construcción del faro, una torre de 34 metros de altura que vigilaría para siempre el cabo de Trafalgar. En 1860 este estandarte de la comunicación, en una época sin GPS en la que esas torres de vigilancias tan recias y mágicas alumbraban a los navegantes y marinos que no se cansaban de buscar, explorar otras tierras y conocer otras gentes, se erigió blanco e imponente ante aquella costa llena de historia y de crueles tormentas del tiempo y de la vida.
Volver a Cádiz es siempre volver a un lugar lleno de olor a mar, de gente amable y de luz, es como volver a un sentimiento que siempre está dentro, guardado como un tesoro y una noche bajamos a la playa de madrugada para contemplar todo aquel escenario, que además a esas tardías horas está coronado de cientos de estrellas y a lo lejos se divisan las luces de África que parece que se encuentra a un paso de esta costa. Nos tumbamos sobre la arena de la playa a contemplar el cielo y el faro, a lo lejos, seguía iluminando incansablemente. A la vuelta encontramos a un misterioso hombre que fumaba solitaria y silenciosamente en la arena. Me pregunto ahora, si no sería algún alma en pena de cualquiera de los episodios que ha transcurrido en este lugar este fascinante y mágico cabo de Trafalgar.
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