sábado, 12 de septiembre de 2015

Somnus mortem fratris est

      Escuché a través de la radio que en algún pueblo del norte de Europa,  un hombre había entrado en un profundo sueño del cual no había podido despertar desde hacía meses. Era un caso preocupante porque este suceso  le había pasado a otras personas, que si habían podido regresar de estos extraños viajes oníricos.
   El locutor de radio contaba el inquietante hecho y me vinieron a la mente las famosas palabras de Martín Luther King.Anoche tuve un sueño ... y mi mente siguió volando hasta aquel recóndito lugar y pensé en aquel hombre atrapado en un solo sueño eterno hermano de la muerte.
    Y por esas malas pasadas que nos juegan los recuerdos que se activan de la manera más extraña, recordé aquellas primeras noches en las que me iba a hacer un simulacro de sueño a tu cama y bien digo simulacro, porque yo  decía usando mi expresión más sincera que solo pretendía dormir a tu lado. Pero el sueño nunca aparecía, huía de mí y en su lugar se instalaba el afán de atesorar todos aquellos segundos. Yo me convertía entonces  en una heroína de las canciones de Michell Sardou y me repetía  je vais t`aimer ... hasta hacer palidecer a todos los marqueses de Sade, hasta hacer ruborizar a todas las prostitutas del arrabal  je vais t`aimer.
   Cuando te dormías yo seguía vigilante guardando los momentos, sabrá dios por que mundos andabas tú cuando yo burlaba al sueño y a la muerte mientras me abrazaba a ti y no era yo entonces un dormido, ni un muerto era una persona viva con los ojos muy abiertos como mi corazón en aquellos momentos.
   Me pregunto qué sucedería si como el hombre dormido, cualquier día yo entrara en ese estado y mi sueño fuera revivir cualquiera de aquellas apasionadas noches... entrar en uno de aquellos momentos y no volver a salir nunca más, y repetir de nuevo je vais t´aimer  hasta que ardan infiernos en tus ojos, hasta hacer rogar y suplicar nuestras manos  je vais t`aimer...