Un buen día estaba haciendo limpieza entre mis libros, una tarea ardua que me llevaba mucho tiempo debido a mi afán por coleccionar esos objetos maravillosos, que son como ventanas del mundo y de la vida, y en la parte en la que tenía mis ejemplares de poesía colocados todos juntos, me llamó la atención uno de Pedro Salinas, un poeta de principios del siglo pasado que siempre me gustó por la claridad de su poesía.
Decidí abrir el libro y me llevé una sorpresa tremenda porque en la primera página yo había escrito hacía muchos años las iniciales de una persona amada. Pude leer:
Para S.M.M. pag. 96
Hacía mucho tiempo que no nos habíamos vuelto a encontrar y yo le hacía muy lejano en la distancia y en el tiempo pero me fui a la página marcada y recorrí las líneas del poema:
¡Cómo me dejas que te piense!
Pensar en ti no lo hago solo, yo,
pensar e ti es tenerte.
Como el desnudo cuerpo ante los besos,
todo ante mí, entregado.
Siento como te das a mi memoria,
como te rindes al pensar ardiente,
tu gran consentimiento en la distancia,
y más que consentir, que entregarte
me ayudas, vienes hasta mí, me
enseñas, me haces señas
con las delicias, vivas, del pasado, invitándome.
Me dices desde alla
que hagamos lo que quiero
-unirnos- al pensarte.
Y entramos por el beso que me abres
y pienso en ti
y te tengo, porque dejas que te piense.
Estoy segura de que cualquiera de las noches que pasábamos juntos en las Canteras llegué a casa, leí el poema y apunté tu nombre y la página en la primera hoja del libro.
Probablemente así me sentía aquella noche acostada en mi cama, pensando en ti, recordando lo que había pasado e imaginando lo que no había pasado todavía...
Abrir aquel libro te devolvió a mí de nuevo cuando ya, desde hacía mucho tiempo no vivías en mi cabeza.
Y pensé en cuanto te había querido, de que forma maravillosa te soñaba cualdo volvía a mi casa después de haber estado contigo.
Y ese día, con un plumero en la mano y el libro de hojas amarillentas en otra, me senté nostálgica echando de menos no a ti, sino aquel sentimiento que tú me habías provocado que era además un sentimiento lleno de poesía.
¡Fantástico compañera! Un abrazo.
ResponderEliminar