Se ha dicho que en el mundo de Billy Wilder puede haber situaciones desesperadas pero jamás serias. Así es en todas las obras de este mago del cine, un austriaco que huyendo de la persecución nazi desembarcó en los Estados Unidos en donde se convirtió en uno de los directores de cine más importantes de todos los tiempos. Un director cuyo lema era simplemente: no aburrir jamás al espectador.
Samuel Wilder salió de Europa y dejó atrás a su famililia judía, que fue aniquilada en Auschwitz. En el país de las oportunidades Billy, que fue llamado así porque le fascinaba el personaje de búfalo Bill, empezó su trayectoria en el séptimo arte como guionista. Es increíble como se fue abriendo paso una persona que ni siquiera dominaba el idioma del país al que había llegado, pero evidentemente sus historias eran maravillosas, llenas de chispa, con personajes fascinantes que nos embaucan, toda una colección de sinverguenzas que van por el mundo escapando de sus destinos y de la cruda realidad.
Una de sus películas más reconocidas por la que recibió varios Oscar fue El apartamento, protagonizada por uno de sus actores fetiche y uno de los mejores actores que ha conocido Hollywood, Jack Lemmon. Wilder contó que pensó en crear este personaje Baxter, un empleado de una gran empresa de seguros que le presta su casa de soltero a varios directivos para que la frecuenten con sus amantes con la intención de ascender, después de ver una película europea en la que unos amantes utilizaban para sus reuniones secretas la casa de un amigo en común. El director salió del cine pensando en aquel generoso personaje, en cómo sería su vida, a qué se dedicaría... Siempre echaba una mirada a las vidas de los perdedores, de los tramposos, de los antihéroes a los que nadie tiene en cuenta y tal vez en eso radica la genialidad de sus películas, sus personajes no son personas brillantes, triunfadores de la vida, modelos a seguir. Son esas otras personas que sobreviven, que han fracasado, que a duras penas llevan una existencia que es fiel a un dicho que leí una vez en alguna parte que decía: si quieres una vida, róbala.
Jack Lemmon encajaba perfectamente en ese papel. Fue protagonista de muchos de sus títulos: El apartamento. (con Shirley Mclaine), En bandeja de plata (junto a Walter Mathau con quien formaría una pareja muy exitosa en muchas películas), Irma la dulce (en donde de nuevo repetiría con Shirley Mclain), la archifamosa Con faldas y a lo loco (con Marylin Monroe y Tony Curtis), o una película deliciosa rodada en Italia que a mí me fascina y que tuve la suerte de conocer porque mi madre me sugirió que la viera ¿Qué sucedió entre tu padre y mi madre? Una historia rocambolesca en la que dos personas se encuentran en un lugar paradisíaco de Europa, porque van a recoger los cadáveres de sus padres muertos en un extraño accidente, y que se encuentran con que aquellos habían llevado una doble vida secreta durante muchos años.
Este actor tenía la maravillosa capacidad de meterse en la piel del tipo corriente que entre torpe e inteligente suele llevar siempre las de perder. Sus interpretaciones nos conmovían y creo que este dúo maravilloso de actor/director, que además disfrutaron de una gran amistad en la vida real, nos ha dejado unas escenas con unos diálogos y unas historias inolvidables.
No nos cansamos de ver las películas de Mr. Wilder porque están llenas de humanidad, de frases y diálogos inteligentes, porque tal vez en muchas de ellas nos vemos reflejados en algún momento de nuestras vidas en los que no hemos destacado o en los que hemos perdido irremediablemente. Esos fracasos son parte de nuestra existencia también y seguramente son los momentos de los que más hemos aprendido. Tal vez la moraleja de todas estas historias sea la misma, pase lo que pase que no cunda el pánico, siempre hay una carcajada que soltar en cada situación por muy desesperada que sea y como decía el travestido personaje que interpretó Jack Lemmon en la fantástica Con faldas y a lo loco, en inglés Some like it hot, una frase que además creo que nos tranquiliza bastante a los seres humanos y nos protege de ese ejército de gente perfeccionista y cuasi perfecta: Nobody is perfect.
Gracias Billy Wilder por haber hecho un cine tan maravilloso.

Realmente Billy Wilder es un cineasta fascinate, probablemente entre los tres o cuatro mejores de la historia del cine. Un creador que tocó casi todos los generos con garantias y con exito, por supuesto sus comedias y tragicomedias son maravillosas, llenas de ternuera e inteligencia, pero hizo dramas fabulossos como "El crepusculo de los Dioses" con la fantástica Gloria Swanson y hasta cine negro como "Perdición" con Barbara Stanwyck mala malísima.
ResponderEliminarUn artista irrepetible, es cierto que Nobody es perfect, pero muchos guiones de Wilder si lo son.
Gracias amiga por recordarme tantos momentos de disfrute con este post sobre el gran Billy Wilder.
Siiii me encantó esa peli, eligió a Gloria Swanson porque era una actriz que provenía del cine mudo y gesticulaba mucho, todo el mundo le aconsejaba que no la escogiera por eso mismo, pero era precisamente lo que necesitaba para ese papel. Como sé que tu peli favorita es El apartamento, te diré que una vez estrenada la pelicula y con éxito además, le dijo a la persona que hacía los guiones con él, que tenían que haberle puesto a Baxter el protagonista alguna deficiencia física para que pareciera más patético, así era nunca dejaba de construir sus historias. Gracias a ti por leerme.
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