Siempre me entretuve en observar en aeropuertos y estaciones las caras de la gente cuando se disponía a recibir a seres queridos. La impaciencia, la alegría contenida, las miradas insistentes hacia la puerta desde donde salían aquellos a los que se ansia tanto volver a ver, todo forma parte de una espera que tiene un principal ingrediente, el amor.
En una ocasión fui testigo de un gran recibimiento por parte de un grupo de gente que con globos y pancartas esperaban a muchos niños saharauis que venían de su árido país para compartir con familias generosas un feliz verano. Los niños llegaban envueltos en polvo de carreteras por las que habían tenido que transitar en destartalados camiones antes de llegar al aeropuerto más cercano. Temblorosos, curiosos y felices se dejaban abrazar por todos los que querían aliviar sus penurias durante un corto mes con cariño, atenciones, regalos y consultas médicas.
En otra ocasión pude ver tras esa particular puerta de salida a toda una familia que recibía emocionada a una pareja que traía entre sus brazos a su nueva hija adoptiva procedente de China. En esta ocasión no pude evitar derramar unas lágrimas solidarias junto a abuelos, tíos y demás familiares que veíamos atravesar por la puerta un maravilloso sueño de amor hecho realidad para dos personas.
De tantos enamorados que he podido ver me acuerdo especialmente de los últimos que vi en el aeropuerto de Madrid. Una chica joven, que debía estar en plena forma física, corrió como la mejor atleta del mundo y saltó sobre su amado encaramándose en este llenándolo de efusivos besos y abrazos provocando la sonrisa en todos los que observamos la simpática escena.
El mundo de la literatura está lleno de recibimientos inolvidables. En una de las últimas novelas de Javier Marías, Los enamoramientos, una mujer llegó a un aeropuerto con una maravillosa sonrisa, el que la esperaba jamás pudo olvidar ese momento, aun cuando la dejó de amar, nunca dejó de recordar aquella expresión de plenitud y felicidad.
En todo esto existe una cosa en común, el amor que nos une, que nos mueve, que nos toca como si fuera una barita mágica y nos convierte en seres privilegiados porque la única manera de alcanzar la inmortalidad que tiene el ser humano es amando y siendo amado. No nos engañemos sólo se resucita por amor.
Y no sé que cara debo de tener yo en este momento que estoy al otro lado de la puerta esperando a que aparezcas. El corazón se ha vuelto loco y con el fin de que se sosiegue lo he sacado de su caparazón en donde suele estar protegido y lo porto ahora en las manos. Me dan ganas de ponerle un cartelito de estos que dicen... FRAGIL. Mis ojos no parpadean y siguen el vaivén de la puerta que se abre y se cierra dejando pasar a tantas personas que no son tú. Estos minutos son eternos, pero finalmente apareces, creo que resucito en este instante. Camino rápido hacia ti con la intención de abrazarte y caigo en la cuenta de que llevo el corazón en las manos.
el vicio de contar
jueves, 4 de agosto de 2016
sábado, 30 de abril de 2016
GENOVEVA VS ROMA
Genoveva adoraba el pasado. En las paredes de su casa lucían colgados almanaques caducos de épocas lejanas que se habían quedado atrás dejando una brillante estela, tiempos felices en los que la belleza y la alegría hacían acto de presencia cada mañana, en ese momento crucial en el que uno se mira en el espejo para asomarse al abismo de la verdad.
Si en algún momento de su existencia, de su historia pasada hubiera tenido que elegir un sobrenombre, algo así como un nombre artístico está claro que ella se hubiera hecho llamar Roma. Porque Roma no se conquistó en un día, como ella que fue para la mayoría de los hombres que la pretendían inalcanzable, o porque al igual que la bella ciudad eterna, todos los caminos partían de su persona. Porque Genoveva era el principio de un camino, era una Eva en la que parecía haber nacido una belleza incomparable y perenne.
Si en algún momento de su existencia, de su historia pasada hubiera tenido que elegir un sobrenombre, algo así como un nombre artístico está claro que ella se hubiera hecho llamar Roma. Porque Roma no se conquistó en un día, como ella que fue para la mayoría de los hombres que la pretendían inalcanzable, o porque al igual que la bella ciudad eterna, todos los caminos partían de su persona. Porque Genoveva era el principio de un camino, era una Eva en la que parecía haber nacido una belleza incomparable y perenne.
PARECIDOS DEL ALMA
Un tal Alonso Quijano perdió su cabeza leyendo libros de aventuras y Renato Abate enloqueció con el cine clásico.
Había visto mil y una vez todas aquellas películas fantásticas que pertenecían a la época dorada del cine y de todos aquellos actores maravillosos que observaba, había uno que despertaba su admiración, uno en particular era santo de su devoción, se trataba de Paul Newman.
Renato era un hombre enjuto, parecía curiosamente como el Sr. Quijano, que estuviera seco y envuelta su osamenta de piel y escasas carnes. Sus ojos eran pequeños y miraban de forma somnolienta, como con melancolía. Tal vez vagaban por todas aquellas imágenes que devoraba una y otra vez sin cansarse jamás.
Renato casi no tenía cabello, le quedaban sobre su testa unas escasas greñas que se colocaba trabajosamente para que no pareciera aquella cabeza un mundo inhóspito. Pero este loco del cine aprendió a poner la cara de condescendencia que ponía Newman en La gata sobre el tejado de Zinc. Sus ojos oscuros con mirada de pozo insondable, miraban con la idea de que eran azules y cristalinos. Tanto observó al actor, en tantas ocasiones estudió sus movimientos, su halo hermoso y varonil que cuando lo vi entrar en la sala su insignificante persona me recordó al famoso actor.
Al principio me quedé mirando al señor Abate en toda su delgadez y mi cabeza rebuscaba a quién me recordaba, y de repente, una expresión suya hizo que Paul Newman me viniera a la mente.
Pensé entonces en que existen parecidos que no son físicos, sino que son PARECIDOS DEL ALMA.
Había visto mil y una vez todas aquellas películas fantásticas que pertenecían a la época dorada del cine y de todos aquellos actores maravillosos que observaba, había uno que despertaba su admiración, uno en particular era santo de su devoción, se trataba de Paul Newman.
Renato era un hombre enjuto, parecía curiosamente como el Sr. Quijano, que estuviera seco y envuelta su osamenta de piel y escasas carnes. Sus ojos eran pequeños y miraban de forma somnolienta, como con melancolía. Tal vez vagaban por todas aquellas imágenes que devoraba una y otra vez sin cansarse jamás.
Renato casi no tenía cabello, le quedaban sobre su testa unas escasas greñas que se colocaba trabajosamente para que no pareciera aquella cabeza un mundo inhóspito. Pero este loco del cine aprendió a poner la cara de condescendencia que ponía Newman en La gata sobre el tejado de Zinc. Sus ojos oscuros con mirada de pozo insondable, miraban con la idea de que eran azules y cristalinos. Tanto observó al actor, en tantas ocasiones estudió sus movimientos, su halo hermoso y varonil que cuando lo vi entrar en la sala su insignificante persona me recordó al famoso actor.
Al principio me quedé mirando al señor Abate en toda su delgadez y mi cabeza rebuscaba a quién me recordaba, y de repente, una expresión suya hizo que Paul Newman me viniera a la mente.
Pensé entonces en que existen parecidos que no son físicos, sino que son PARECIDOS DEL ALMA.
domingo, 10 de enero de 2016
CORAZÓN DE CIGARRA
Aquella historia que cuentan sobre mí y la hormiga y la mala prensa que he tenido siempre me indignan. ¿ Es que acaso hay algo de malo en ser una cigarra?,¿ qué puede tener de perjudicial el ir cantando al sol o a la luna por la vida, agarrarse a una desvencijada guitarra y arrancarle unas notas, sonreírle a los desconocidos transeúntes y embaucarlos con un canto de sirena, bueno en este caso más bien de cigarra?
Como cigarra que soy me encantaría compartir con todos ustedes una declaración "cigarrera de intenciones", ahora que la hormiga no nos escucha.
Siendo un bichejo poco popular puede ser que a nadie le interesen mis quereres pero tengo que declarar que yo quisiera que me embargara la emoción y no ninguna entidad bancaria y financiera.
Quisiera poder salir despavorida hacia una pista de baile y no de un incendio. Y en esa danza salir ilesa como hizo Gene Kelly después de cantar bajo la lluvia, que no cogió ni una gripe, ni una neumonía ni ninguna enfermedad de los bronquios.
No sentir nunca el desasosiego ni la envidia, ni siquiera la sana.
Sería maravilloso poder enamorarse de algún cigarro, pero de uno que no tenga filtros, ni el corazón lleno de alquitrán. Yo optaría por algún cigarrillo de esos que te haga soñar, de los que me haga multiplicar mis pequeñas alas, multiplicar el placer de vivir.
Después de pasar la experiencia de aquel invierno crudo y cruel, aún me ratifico más en mi cometido y mi destino en la vida, cantar, cantar... cantar las cuarenta, cantar bajo la ducha, cantar a los cuatro vientos, cantar una nana, una endecha, cantar por vicio, por gusto o por un disgusto. Cantar por oficio, por beneficio, por terapia y por peteneras. Como dijo alguien en una ocasión "tal vez el verdadero movimiento del mundo proviene del canto".
Después de atravesar aquellos días de nieve y ventisca, aún estoy más segura de que nunca seré como la hormiga laboriosa y preocupada, lejana del canto, lejana de los placeres de la vida, lejana de los viajes y de los amores...
No, no hay nada de malo en tener el corazón de cigarra puede ser que se tenga una más corta existencia pero unas pocas noches y días en mi vida, valdrán por toda la existencia de mil cuadriculadas hormigas.
Como cigarra que soy me encantaría compartir con todos ustedes una declaración "cigarrera de intenciones", ahora que la hormiga no nos escucha.
Siendo un bichejo poco popular puede ser que a nadie le interesen mis quereres pero tengo que declarar que yo quisiera que me embargara la emoción y no ninguna entidad bancaria y financiera.
Quisiera poder salir despavorida hacia una pista de baile y no de un incendio. Y en esa danza salir ilesa como hizo Gene Kelly después de cantar bajo la lluvia, que no cogió ni una gripe, ni una neumonía ni ninguna enfermedad de los bronquios.
No sentir nunca el desasosiego ni la envidia, ni siquiera la sana.
Sería maravilloso poder enamorarse de algún cigarro, pero de uno que no tenga filtros, ni el corazón lleno de alquitrán. Yo optaría por algún cigarrillo de esos que te haga soñar, de los que me haga multiplicar mis pequeñas alas, multiplicar el placer de vivir.
Después de pasar la experiencia de aquel invierno crudo y cruel, aún me ratifico más en mi cometido y mi destino en la vida, cantar, cantar... cantar las cuarenta, cantar bajo la ducha, cantar a los cuatro vientos, cantar una nana, una endecha, cantar por vicio, por gusto o por un disgusto. Cantar por oficio, por beneficio, por terapia y por peteneras. Como dijo alguien en una ocasión "tal vez el verdadero movimiento del mundo proviene del canto".
Después de atravesar aquellos días de nieve y ventisca, aún estoy más segura de que nunca seré como la hormiga laboriosa y preocupada, lejana del canto, lejana de los placeres de la vida, lejana de los viajes y de los amores...
No, no hay nada de malo en tener el corazón de cigarra puede ser que se tenga una más corta existencia pero unas pocas noches y días en mi vida, valdrán por toda la existencia de mil cuadriculadas hormigas.
domingo, 15 de noviembre de 2015
Siempre invierno
Aquel invierno nos separamos para siempre, pero tal vez somos como esa pareja de la canción de Mecano que se veían una vez al año aunque ya no estuvieran juntos " el siete de septiembre es nuestro aniversario y no sabemos, si besarnos en la cara o en los labios."
Hay historias que finalizan rotundamente sin dudas, sin que se mire atrás, con esa certeza que da la ausencia de amor y la tranquilidad que nace de repente de poder seguir sin ningún deseo de darse la vuelta para ver lo que se ha quedado en el camino y convertirse en estatua de sal. Pero el final de nuestro amor llevaba colgado el yunque de la duda, el del arrepentimiento y el del dolor inmenso que sólo dan los grandes amores.
Y en la caja de Pandora quedaron guardadas todas las delicias de ese cariño eterno, palabras dichas con el corazón, lágrimas de felicidad, y también todos los insoportables dolores que sólo se sienten por amor una vez en la vida.
Y jugueteamos en muchas ocasiones con la tapa de ese anhelante continente sabiendo que en él, se guarda un pasado que amenaza con arremeter contra el presente.
Pero aquel invierno nos separamos para siempre y podríamos tocarnos, y hasta entrelazar nuestras suplicantes y amantes manos, pero un enorme muro invisible nos divide, hace que entre nosotros por mucha cercanía física que exista, todo sea dolorosamente lejano.
Y puede ser que desde aquel tiempo, se haya instalado para siempre un poco de invierno en nuestras vidas.
Hay historias que finalizan rotundamente sin dudas, sin que se mire atrás, con esa certeza que da la ausencia de amor y la tranquilidad que nace de repente de poder seguir sin ningún deseo de darse la vuelta para ver lo que se ha quedado en el camino y convertirse en estatua de sal. Pero el final de nuestro amor llevaba colgado el yunque de la duda, el del arrepentimiento y el del dolor inmenso que sólo dan los grandes amores.
Y en la caja de Pandora quedaron guardadas todas las delicias de ese cariño eterno, palabras dichas con el corazón, lágrimas de felicidad, y también todos los insoportables dolores que sólo se sienten por amor una vez en la vida.
Y jugueteamos en muchas ocasiones con la tapa de ese anhelante continente sabiendo que en él, se guarda un pasado que amenaza con arremeter contra el presente.
Pero aquel invierno nos separamos para siempre y podríamos tocarnos, y hasta entrelazar nuestras suplicantes y amantes manos, pero un enorme muro invisible nos divide, hace que entre nosotros por mucha cercanía física que exista, todo sea dolorosamente lejano.
Y puede ser que desde aquel tiempo, se haya instalado para siempre un poco de invierno en nuestras vidas.
sábado, 12 de septiembre de 2015
Somnus mortem fratris est
Escuché a través de la radio que en algún pueblo del norte de Europa, un hombre había entrado en un profundo sueño del cual no había podido despertar desde hacía meses. Era un caso preocupante porque este suceso le había pasado a otras personas, que si habían podido regresar de estos extraños viajes oníricos.
El locutor de radio contaba el inquietante hecho y me vinieron a la mente las famosas palabras de Martín Luther King.Anoche tuve un sueño ... y mi mente siguió volando hasta aquel recóndito lugar y pensé en aquel hombre atrapado en un solo sueño eterno hermano de la muerte.
Y por esas malas pasadas que nos juegan los recuerdos que se activan de la manera más extraña, recordé aquellas primeras noches en las que me iba a hacer un simulacro de sueño a tu cama y bien digo simulacro, porque yo decía usando mi expresión más sincera que solo pretendía dormir a tu lado. Pero el sueño nunca aparecía, huía de mí y en su lugar se instalaba el afán de atesorar todos aquellos segundos. Yo me convertía entonces en una heroína de las canciones de Michell Sardou y me repetía je vais t`aimer ... hasta hacer palidecer a todos los marqueses de Sade, hasta hacer ruborizar a todas las prostitutas del arrabal je vais t`aimer.
Cuando te dormías yo seguía vigilante guardando los momentos, sabrá dios por que mundos andabas tú cuando yo burlaba al sueño y a la muerte mientras me abrazaba a ti y no era yo entonces un dormido, ni un muerto era una persona viva con los ojos muy abiertos como mi corazón en aquellos momentos.
Me pregunto qué sucedería si como el hombre dormido, cualquier día yo entrara en ese estado y mi sueño fuera revivir cualquiera de aquellas apasionadas noches... entrar en uno de aquellos momentos y no volver a salir nunca más, y repetir de nuevo je vais t´aimer hasta que ardan infiernos en tus ojos, hasta hacer rogar y suplicar nuestras manos je vais t`aimer...
El locutor de radio contaba el inquietante hecho y me vinieron a la mente las famosas palabras de Martín Luther King.Anoche tuve un sueño ... y mi mente siguió volando hasta aquel recóndito lugar y pensé en aquel hombre atrapado en un solo sueño eterno hermano de la muerte.
Y por esas malas pasadas que nos juegan los recuerdos que se activan de la manera más extraña, recordé aquellas primeras noches en las que me iba a hacer un simulacro de sueño a tu cama y bien digo simulacro, porque yo decía usando mi expresión más sincera que solo pretendía dormir a tu lado. Pero el sueño nunca aparecía, huía de mí y en su lugar se instalaba el afán de atesorar todos aquellos segundos. Yo me convertía entonces en una heroína de las canciones de Michell Sardou y me repetía je vais t`aimer ... hasta hacer palidecer a todos los marqueses de Sade, hasta hacer ruborizar a todas las prostitutas del arrabal je vais t`aimer.
Cuando te dormías yo seguía vigilante guardando los momentos, sabrá dios por que mundos andabas tú cuando yo burlaba al sueño y a la muerte mientras me abrazaba a ti y no era yo entonces un dormido, ni un muerto era una persona viva con los ojos muy abiertos como mi corazón en aquellos momentos.
Me pregunto qué sucedería si como el hombre dormido, cualquier día yo entrara en ese estado y mi sueño fuera revivir cualquiera de aquellas apasionadas noches... entrar en uno de aquellos momentos y no volver a salir nunca más, y repetir de nuevo je vais t´aimer hasta que ardan infiernos en tus ojos, hasta hacer rogar y suplicar nuestras manos je vais t`aimer...
lunes, 15 de junio de 2015
Vida y milagros de un emoticono :)
Para un nativo digital los emoticonos forman parte de su código expresivo una manera fácil y rápida rápido de comunicarse. ¿Cambiarán estos pequeños símbolos nuestra forma de comunicarnos?
La palabra emoticono viene de la unión de los términos ingleses emotion y icon y se utilizó para definir unas pequeñas imágenes que existen desde los años 80 y que han ido proliferando hasta llegar a la era del Whatsapp en donde han encontrado un trampolín maravilloso para insertarse en nuestra comunicación cotidiana. Como dato curioso diré que muchos de ellos provienen de la cultura japonesa, son los Emojij.
Hay opiniones para todos los gustos sobre estos simpáticos simbolitos a veces muy representativos de lo que queremos transmitir y otras veces no tanto. Hay gente que opina que son imágenes que valen más que mil palabras pero ¿estamos comunicándonos bien con un emoticono? ¿Realmente dicen lo que tienen que decir o lo que queremos decir?
La pedagoga María Alberto opina que representan un lenguaje visual y emocional como eran las caligrafías maya o china.
La especialista en semiótica Cristina Peñamartín cree que tantos dibujos afectivos están abaratando la expresión de los sentimientos, decir te quiero con todas las letras va a ser importante en el futuro.
Mara Torres la periodista del programa de radio Hablar por Hablar cree que tendremos que utilizar en breve un diccionario del emoticono porque mal empleados o sin querer pueden dar pie a interpretaciones erróneas. La CIA tiene ya un departamento dedicado a interpretar emoticonos en millones de mensajes que espían.
Las estadísticas también los estudian. Se han clasificado por países y se ha descubierto que España utiliza muchos símbolos relacionados con la fiesta, como no. Francia es el país que utiliza más emoticonos de tipo afectivo y los países musulmanes no usan los dibujos relacionados con bebidas alcohólicas que sin embargo si utilizan mucho los rusos, será por el frío digo yo.
Pero ¿qué es para mí un emoticono? Pues algo que utilizo cuando no quiero implicarme, cuando quiero o tengo que comunicarme y no quiero decir nada, a veces es como dar una palmada, una simple llamada de atención. Me sirven para no tener que buscar la palabra acertada, la frase apropiada que describa exactamente lo que estoy pensando o sintiendo y puedo esconderme detrás de uno de esos pequeños simbolitos como el que está detrás de un biombo y enseña una mano enguantada porque detrás de una de esas caritas sonrientes hay muchas palabras que no se dirán, incluso tal vez puede haber una persona que no es "happy" o "smily" sino alguien cercano al famoso "caballero de la triste figura".
Si quiero expresar mis afectos con ellos pues suelo poner muchos, un solo corazón, un solo beso me resultan pobres para decirle a alguien que de verdad lo aprecio, aunque reconozco que es una de las cosas positivas que tienen estos iconos, el poder ser más cariñoso en una conversación y me explico, siempre solemos terminar los diálogos con corazones o besos algo que no hacemos tanto en persona. No le decimos a nuestros amigos al despedirnos: besos, besos, besos, corazones, corazones, más un beso volado, más flores.
En fín creo que los emoticonos deben ser un complemento de nuestra comunicación, no una sustitución de nada.
El otro día hablando con unos amigos de lo complicado que es a veces la comunicación por Whatsapp, decíamos que en ocasiones teníamos que releer las conversaciones para ver el verdadero sentido del mensaje recibido. ¿Qué hacíamos cuando no quedaba constancia de lo que se decía, cuando afortunadamente o desafortunadamente a las palabras se las llevaba el viento? Pues recordábamos, hacíamos memoria de todo lo dicho, Ahora que un mensaje se puede utilizar como prueba en un juicio, nos vamos dando cuenta de que la cosa no es pasajera, que el Whatsapp con todos sus emoticonos, ha llegado para instalarse por siempre en nuestras vidas y esto va a cambiar, me guste a mí o no, la forma de comunicarnos.
En una conocida emisora de radio proponían el otro día que los escuchantes tradujeran con emoticonos la letra de una canción. Creo que me despido de este post de esta manera, les robo la idea a los de la emisora de radio.
Yo con todo mi corazón ( aquí iría ahora un corazón ) brindo ( póngase una copa en este lugar ) porque cada día seamos más expresivos ( coloque una carita de asombro ) y no nos volvamos seres inertes e incomunicados ( aquí ahora va la carita que lleva la boca tapada,¿saben cuál es? ) poseedores de símbolos sin sentido ( ahora preparados porque llegan ... corazones, flores, caramelos, copas de vino, vasos de cerveza, gitanillas y hasta el papa ).
La palabra emoticono viene de la unión de los términos ingleses emotion y icon y se utilizó para definir unas pequeñas imágenes que existen desde los años 80 y que han ido proliferando hasta llegar a la era del Whatsapp en donde han encontrado un trampolín maravilloso para insertarse en nuestra comunicación cotidiana. Como dato curioso diré que muchos de ellos provienen de la cultura japonesa, son los Emojij.
Hay opiniones para todos los gustos sobre estos simpáticos simbolitos a veces muy representativos de lo que queremos transmitir y otras veces no tanto. Hay gente que opina que son imágenes que valen más que mil palabras pero ¿estamos comunicándonos bien con un emoticono? ¿Realmente dicen lo que tienen que decir o lo que queremos decir?
La pedagoga María Alberto opina que representan un lenguaje visual y emocional como eran las caligrafías maya o china.
La especialista en semiótica Cristina Peñamartín cree que tantos dibujos afectivos están abaratando la expresión de los sentimientos, decir te quiero con todas las letras va a ser importante en el futuro.
Mara Torres la periodista del programa de radio Hablar por Hablar cree que tendremos que utilizar en breve un diccionario del emoticono porque mal empleados o sin querer pueden dar pie a interpretaciones erróneas. La CIA tiene ya un departamento dedicado a interpretar emoticonos en millones de mensajes que espían.
Las estadísticas también los estudian. Se han clasificado por países y se ha descubierto que España utiliza muchos símbolos relacionados con la fiesta, como no. Francia es el país que utiliza más emoticonos de tipo afectivo y los países musulmanes no usan los dibujos relacionados con bebidas alcohólicas que sin embargo si utilizan mucho los rusos, será por el frío digo yo.
Pero ¿qué es para mí un emoticono? Pues algo que utilizo cuando no quiero implicarme, cuando quiero o tengo que comunicarme y no quiero decir nada, a veces es como dar una palmada, una simple llamada de atención. Me sirven para no tener que buscar la palabra acertada, la frase apropiada que describa exactamente lo que estoy pensando o sintiendo y puedo esconderme detrás de uno de esos pequeños simbolitos como el que está detrás de un biombo y enseña una mano enguantada porque detrás de una de esas caritas sonrientes hay muchas palabras que no se dirán, incluso tal vez puede haber una persona que no es "happy" o "smily" sino alguien cercano al famoso "caballero de la triste figura".
Si quiero expresar mis afectos con ellos pues suelo poner muchos, un solo corazón, un solo beso me resultan pobres para decirle a alguien que de verdad lo aprecio, aunque reconozco que es una de las cosas positivas que tienen estos iconos, el poder ser más cariñoso en una conversación y me explico, siempre solemos terminar los diálogos con corazones o besos algo que no hacemos tanto en persona. No le decimos a nuestros amigos al despedirnos: besos, besos, besos, corazones, corazones, más un beso volado, más flores.
En fín creo que los emoticonos deben ser un complemento de nuestra comunicación, no una sustitución de nada.
El otro día hablando con unos amigos de lo complicado que es a veces la comunicación por Whatsapp, decíamos que en ocasiones teníamos que releer las conversaciones para ver el verdadero sentido del mensaje recibido. ¿Qué hacíamos cuando no quedaba constancia de lo que se decía, cuando afortunadamente o desafortunadamente a las palabras se las llevaba el viento? Pues recordábamos, hacíamos memoria de todo lo dicho, Ahora que un mensaje se puede utilizar como prueba en un juicio, nos vamos dando cuenta de que la cosa no es pasajera, que el Whatsapp con todos sus emoticonos, ha llegado para instalarse por siempre en nuestras vidas y esto va a cambiar, me guste a mí o no, la forma de comunicarnos.
En una conocida emisora de radio proponían el otro día que los escuchantes tradujeran con emoticonos la letra de una canción. Creo que me despido de este post de esta manera, les robo la idea a los de la emisora de radio.
Yo con todo mi corazón ( aquí iría ahora un corazón ) brindo ( póngase una copa en este lugar ) porque cada día seamos más expresivos ( coloque una carita de asombro ) y no nos volvamos seres inertes e incomunicados ( aquí ahora va la carita que lleva la boca tapada,¿saben cuál es? ) poseedores de símbolos sin sentido ( ahora preparados porque llegan ... corazones, flores, caramelos, copas de vino, vasos de cerveza, gitanillas y hasta el papa ).
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