sábado, 30 de abril de 2016

GENOVEVA VS ROMA

   Genoveva adoraba el pasado. En las paredes de su casa lucían colgados almanaques caducos de épocas lejanas que se habían quedado atrás dejando una brillante estela, tiempos felices en los que la belleza y la alegría  hacían acto de presencia cada  mañana, en ese momento crucial en el que uno se mira en el espejo para asomarse al abismo de la verdad.
   Si en algún momento de su existencia, de su historia pasada hubiera tenido que elegir un  sobrenombre, algo así como un nombre artístico está claro que ella se hubiera hecho llamar Roma. Porque Roma no se conquistó en un día, como ella que fue para la mayoría de los hombres que la pretendían inalcanzable, o porque al igual que la bella ciudad eterna, todos los caminos partían de su persona. Porque Genoveva era el principio de un camino, era una Eva en la que parecía haber nacido una belleza incomparable y perenne.

No hay comentarios:

Publicar un comentario