viernes, 15 de agosto de 2014

I DON'T SOUND LIKE NOBODY.

   Tenía dieciocho años y granos en la cara que eran la señal inequívoca de que todavía habitaba en la complicada adolescencia.
   Tenía dieciocho años y muchos sueños de grandeza. Soñaba con ganar mucho dinero algún día, ser descubierto por alguien que realmente tuviera la capacidad de ver en él a un maravilloso artista aclamado por el público, que sus éxitos sonaran en la radio en aquellos programas que escuchaba por las noches de sábado con su familia, su madre, su abuela y su padre, allí sentados en la salita mientras que un loco que se llamaba Dewey Phillips radiaba una música que se acercaba cada vez más a la música negra,  aquello era el Sur.
   Muchos días frente al espejo se "esculpía" el pelo, su pelo castaño, casi rubio en el que se ponía distintos aceites y hasta vaselina para mantener aquel tupé que era una tendencia, aunque todo su estilo era mucho más recargado de lo que se podía usar, así era él. En el instituto todo el mundo pensaba que era un chico estrafalario, llevaba unas pintas un poco extrañas y encima andaba todo el día cargando con una desvencijada guitarra infantil que parecía estar siempre llena de canciones, sobre todo de baladas para ser cantadas en cualquier momento. Se diría que el muchacho estaba más cómodo cantando que hablando, porque hablar hablaba poco, era un chaval muy tímido e inseguro. Pero la determinación de "ser alguien" no desaparecía de su mente.
   En esos días de soñar despierto en su habitación mientras la radio sonaba con toda aquella música maravillosa, se veía a sí mismo cantando en el auditorio que estaba tan cerca de su casa y luego  conduciendo un gran coche, un Cadillac concretamente, -¿un Cadillac?-  ¿Cómo se podría comprar ese gran carro si muchos días no tenía dinero ni para pagar una coca cola?- No importa- se decía a sí mismo.  -Algún día lo conseguiré.-
   Cuando terminó el instituto consiguió un pequeño empleo conduciendo una furgoneta en una empresa de electricidad, empezaba de esta manera su incursión en el mundo de los adultos. Un día leyó que existía un local que le llamó poderosamente la atención. Fue tal vez en el periódico local en el que se publicitaba,


MEMPHIS RECORDING SERVICE, Nº 706 , UNION AVENUE.-SUN RECORDS.  
                     Lo grabamos todo en cualquier lugar y a cualquier hora.


   Durante varias semanas pasó por delante de aquel lugar y paraba enfrente del local. No se atrevía a entrar, a preguntar, quería grabar una de sus canciones favoritas, le regalaría a su madre la grabación ella estaría encantada de que le hiciera ese regalo, pero también quería oirse  y sobre todo que lo oyeran...
   Un día se armó de valor, se abrazó a la pequeña guitarra y atravesó la puerta de SUN RECORDS. Marion Keisker la secretaria casi no lo vió entrar, sentada detrás de una mesa recibía a los clientes y en aquel momento el muchacho era el único que se encontraba en las pequeñas dependencias del estudio de grabación. Lo saludó amablemente y el chico casi balbuceando le dijo que quería hacer una grabación para regalársela a su madre, ella le informó de los tipos de grabación que se hacían allí, el escogió la más barata, 3,84 dólares por un vinilo grabado por las dos caras. Dentro estaba Sam Phillips el hombre emprendedor, amante de la música que tampoco reparó en el chico o al menos eso le pareció al muchacho.
Cuando acabó de cantar sus canciones y estas quedaron grabadas  pasó a recogerlas por la mesa de la señora Keisker.  Entonces fue cuando el chaval le dijo.- señora si algún día necesitan a un cantante para algún grupo no dude en llamarme. -Muy bien chico.- le contestó Marion Keisker. -¿Qué estilo tienes hijo?, me refiero que a quién te pareces cantando, ¿cómo suenas? .- No sueno como nadie señora.- (I don ´t sound like nobody).
El chico esa noche volvió a tener sus premonitorios sueños en los que se veía cantando y siendo aplaudido por mucha gente. Pero ni en su sueño más disparatado y más fantasioso hubiera podido adivinar todo lo que pasaría después.
No sonaba como nadie efectivamente porque de él salió un sonido nuevo que era como un cóctel de distintas músicas, las que había estado escuchando desde que nació.
Todo lo que pasó después ya lo conocen.
Antes de marcharse Marion Keisker le preguntó al chico.-¿cómo te llamas muchacho?.- Elvis Presley señora.- le contestó.
Elvis no sonaba como nadie tal vez por lo que dijo John Lenon sobre él, que antes de Elvis en la música moderna, no existía nada.

sábado, 9 de agosto de 2014

Todo lo que encontré en La elegancia del erizo.

   Me llamo Renée. Tengo 54 años y soy portera. Soy viuda, bajita, fea, rechoncha y tengo callos en los pies.
   Así se presenta la protagonista de un libro que me ha cautivado este verano La elegancia del erizo, tal vez con esta descripción tan grotesca nadie pensaría que hay una historia fascinante detrás de una persona que se define a sí misma como el estandarte de la fealdad, pero reconozco que siento debilidad por estos personajes que parecen que no brillan en la sociedad, los olvidados y bien digo "parece" porque Renée Michel es uno de los personajes  más entrañables, inteligentes y maravillosamente sensibles que haya podido crear un escritor. En este caso se trata de una escritora Muriel Barbery,  una profesora de filosofía de la que he podido averiguar poquísimo tan solo que cuenta con  dos títulos en su carrera literaria y que este libro que me ocupa, ha alcanzado un éxito muy grande en todo el mundo.
   Hace tiempo leí en la novela La historia interminable de Michael Ende la definición de la pasión por leer. Sí, esa pasión que te hace llorar amargamente porque una historia maravillosa acaba y habías corrido aventuras con esas personas a las que habías admirado o por las que habías temido, esas personas que habitan entre las hojas de un libro. Eso me ha ocurrido con esta novela, es esa clase de libro que te hace reconciliarte con la literatura si los últimos ejemplares que habían llegado a ti en los últimos tiempos no te hicieron recorrer las líneas con deleite sino con pesadumbre y tedio.
   Pero ¿qué tiene esta historia que hace que te enganches? Pues es un relato que trata de muchos temas importantes para el ser humano. A través de los personajes, sobre todo de la portera Renée y de Paloma, una niña extremadamente inteligente que habita en el edificio en el que trabaja la señora Michel, hacemos un recorrido por el significado de la amistad, del Arte, de los libros, de la vejez o de la muerte. Ahí van varios ejemplos de cada uno de estos temas, en algunas de las líneas magistralmente escritas.

   El significado de la amistad para Madame Renée nos llega a través de una descripción hermosa y  así habla de su amiga Manuela, una mujer humilde pero que ella describe como una aristócrata por su elegancia innata, ¿qué es una aristócrata? -se pregunta Renée-, para ella una aristócrata es una mujer a la que la vulgaridad no alcanza pese a acecharla por todas partes. Y nos cuenta:
 Manuela es esa gran dama desnuda sin adorno ni palacios, sin la cual yo no habría sido más que una portera, mientras que por contagio, porque la aristocracia del corazón es una afección contagiosa, Manuela ha hecho de mí una mujer capaz de cultivar la  amistad.

   La portera hace esta reflexión sobre el arte:
   El arte es la vida, pero con otro ritmo. Sirve para darnos la breve pero fulgurante ilusión de la camelia (...) y nace de la capacidad que tiene la mente de esculpir el ámbito sensorial. Da forma y hace visibles nuestras emociones y, al hacerlo, les atribuye este sello de eternidad que llevan todas las obras que, a través de una forma particular saben encarnar el universo de los afectos humanos.

   Renée pese a su destino lleno de carencias y obstáculos era una autodidacta y una devoradora de libros y su experiencia cuando aprendió a leer se convirtió en algo apasionante...
   Por primera vez toqué un libro en mi vida. Había visto a los mayores de la clase mirar en ellos invisibles rostros, como si una fuerza los moviera a todos y, sumiéndose en el silencio, extraer del papel muerto algo que parecía vivo. Aprendí a leer sin que nadie se enterara. (...) La niña frágil se había convertido entonces en un alma hambrienta.

  La niña Paloma reflexiona sobre la vejez  (...) no hay que olvidarlo. Hay que vivir con la certeza de que envejeceremos y que no será algo bonito, ni bueno, ni alegre. Y decirse que lo que importa es el ahora, construir, ahora, algo, a toda costa, con todas nuestras fuerzas. Tener siempre en mente la residencia de ancianos para hacer que cada día sea imperecedero. Escalar cada uno su propio Everest y hacerlo de manera que cada paso sea una pizca de eternidad. Para eso sirve el futuro para conseguir el presente con verdaderos proyectos de seres vivos.

   Y la muerte como el destino definitivo pero también como la separación de nuestros seres queridos...
(...)esta mañana he comprendido lo que morir significa: en el momento de desaparecer quienes mueren para nosotros son los demás (...) Pero nunca más volveré a ver a los que quiero y si morir es eso, desde luego es la tragedia que dicen que es. 

   Aquí dejo estas maravillosas palabras encadenadas unas a otras. Como dijo Michael Ende yo sentí la pasión de leer al recorrer estas líneas. Reflexioné con lo que me transmitían los personajes, viví algo de sus vidas cuando iba pasando las páginas, llegaba cada mañana y cada tarde deseando proseguir con la lectura para reencontrarme con toda esa gente buena o no que me hicieron llorar, que me hicieron pensar en mi vida y me hicieron sentir tristezas, las mías, las de ellos...Pero sobre todo creo que la lectura de La elegancia del Erizo no puede dejar indiferente a nadie, porque después de leer este libro maravilloso es posible que algo dentro de nosotros haya cambiado.

viernes, 25 de julio de 2014

Según Billy Wilder, Nadie es perfecto.





  Se ha dicho que en el mundo de Billy Wilder puede haber situaciones desesperadas pero jamás serias. Así es en todas las obras de este mago del cine, un austriaco que huyendo de la persecución nazi desembarcó en los Estados Unidos en donde se convirtió en uno de los directores de cine más importantes de todos los tiempos. Un director cuyo lema era simplemente: no aburrir jamás al espectador. 
    Samuel Wilder salió de Europa y dejó atrás a su famililia judía, que fue aniquilada en Auschwitz. En el país de las oportunidades Billy, que fue llamado así porque le fascinaba el personaje de búfalo Bill, empezó su trayectoria en el séptimo arte  como guionista. Es increíble como se fue abriendo paso una persona que ni siquiera dominaba el idioma del país al que había llegado, pero evidentemente sus historias eran maravillosas,  llenas de chispa, con personajes fascinantes que nos embaucan, toda una colección de sinverguenzas que van por el mundo escapando de sus destinos y de la cruda realidad.
   Una de sus películas más reconocidas por la que recibió varios Oscar fue  El apartamento, protagonizada por uno de sus actores fetiche y uno de los mejores actores que ha conocido Hollywood, Jack Lemmon. Wilder contó que pensó en crear este personaje Baxter, un empleado de una gran empresa de seguros que le presta su casa de soltero a varios directivos  para que la frecuenten con sus amantes con la intención de ascender,  después de ver una película europea en la que unos amantes utilizaban para sus reuniones secretas la casa de un amigo en común. El director salió del cine pensando en aquel generoso personaje, en cómo  sería su vida, a qué se dedicaría... Siempre echaba una mirada a las vidas de los perdedores, de los tramposos, de los antihéroes  a los que nadie tiene en cuenta y tal vez en eso radica la genialidad de sus películas, sus personajes no son personas brillantes, triunfadores de la vida, modelos a seguir. Son esas otras personas que sobreviven, que han fracasado, que a duras penas llevan una existencia que es fiel a un dicho que leí una vez en alguna parte que decía: si quieres una vida, róbala.
   Jack Lemmon encajaba perfectamente en ese papel. Fue protagonista de muchos de sus títulos: El apartamento.  (con Shirley Mclaine), En bandeja de plata (junto a Walter Mathau con quien formaría una pareja muy exitosa en muchas películas), Irma la dulce (en donde de nuevo repetiría con Shirley Mclain), la archifamosa Con faldas y a lo loco (con Marylin Monroe y Tony Curtis), o una película deliciosa rodada en Italia que a mí me fascina y que tuve la suerte de conocer porque mi madre me sugirió que la viera ¿Qué sucedió entre tu padre y mi madre? Una historia rocambolesca en la que dos personas se encuentran en un lugar paradisíaco de Europa, porque van a recoger los cadáveres de sus padres muertos en un extraño accidente, y que se encuentran con que aquellos habían llevado una doble vida secreta durante muchos años.
    Este actor tenía la maravillosa capacidad de meterse en la piel del tipo corriente que entre torpe e inteligente suele llevar siempre las de perder. Sus interpretaciones nos conmovían y creo que este dúo maravilloso de actor/director, que además disfrutaron de una gran amistad en la vida real, nos ha dejado unas escenas con unos diálogos y unas historias inolvidables.
   No nos cansamos de ver las películas de Mr. Wilder porque están llenas de humanidad, de frases y diálogos inteligentes, porque tal vez en muchas de ellas nos vemos reflejados en algún momento de nuestras vidas en los que no hemos destacado o en los que hemos perdido irremediablemente. Esos fracasos son parte de nuestra existencia también y seguramente son los momentos de los que más hemos aprendido. Tal vez la moraleja de todas estas historias sea la misma, pase lo que pase que no cunda el pánico, siempre hay una carcajada que soltar en cada situación por muy desesperada que sea y como decía el travestido personaje que interpretó Jack Lemmon  en la fantástica  Con faldas y a lo loco, en inglés Some like it hot, una frase que además creo que nos tranquiliza bastante a los seres humanos y nos protege de ese ejército de gente perfeccionista y cuasi perfecta: Nobody is perfect.
   Gracias Billy Wilder por haber hecho un cine tan maravilloso.
 
 



viernes, 27 de junio de 2014

Impresiones de una maestra

   A lo largo de mi vida intenté no ejercer esta profesión. Sí, evité por todos los medios tomar el camino que me llevara a una escuela. A mí me deslumbraban otras vías, otros senderos luminosos que me sonaban más rimbombantes y me parecían más atractivos. Las escuelas me parecían lugares grises llenos de normas y seres circunspectos, que eran los maestros claro está, que marcaban las pautas a unos pobres alumnos que se sentían encerrados entre aquellas serias paredes.
   Puede ser que yo llevara muy dentro el recuerdo de mi escuela en la que unas religiosas de toca y hábito azul se pasaban el día cortándome las alas y enumerando todas las cosas que eran pecado y no se podían hacer,  que por cierto eran muchísimas. Tal vez por ese motivo el camino del magisterio para mí era un atajo para acudir a otro lugar o simplemente un sitio al que no llegar.
   Pero ya sabemos como es la vida, basta que te empeñes en eludir algo, lo que sea, un amor, un deseo, en este caso una profesión para que todos esos dioses caprichosos y juguetones se confabulen y ¡voilà!  ahí estás tú, en donde no querías estar.
   Y hoy diez años después se me  llena la boca diciendo que soy Maestra. Que me levanto por las mañanas, recorro un largo camino y solo al empezar el día estrecho manitas y recibo abrazos que son gratuitos. Y ya sé que esto  lo han dicho muchos maestros anteriormente pero es algo que me maravilla cada día en este mundo en el que vivo, donde se dan muchos pisotones.
   Y me siento una persona privilegiada por hacer algo que me gusta tanto ¡un gran descubrimiento para mi! por tener la posibilidad de contribuir con mi pequeño granito de arena en la formación de un ser humano. En poder observar a cada niño o niña y adelantarme a esa dificultad que pueda surgir en un futuro en el aprendizaje y buscar la manera de que ese problema tenga solución lo antes posible, porque esa es una de las cosas que le dan calidad a la enseñanza, algo de lo que se habla tanto ahora, detectar de manera precoz las dificultades en los alumnos y la intervención sobre estos lo antes posible. Formar un tándem estupendo con las familias, como si de cómplices se tratara que conspiran para que alguien avance en la vida, siempre en la medida de sus posibilidades tanto físicas como intelectuales. Respetar a todo el mundo sin mirar a qué país, religión o cultura pertenece porque la Escuela en la que creo ejerce un poder igualatorio maravilloso en el que se aprende a vivir con paz, algo tan necesario para el desarrollo integral del ser humano.
   Y voy moviendo esas manitas por las pizarras, ahora digitales, y cuadernos de cuadros, de rayas y de ilusión por aprender. Y me encantaría remover ese pensamiento también que yo creo, como decía la magistral Ana María Matute, tristemente desarparecida estos días, que "el que no inventa no vive". Aprender a pensar, a opinar, a ser uno mismo en cada situación en la que nos coloca la vida con sus encrucijadas. 
   Puede ser que haya otros senderos más brillantes que tal vez yo no llegue a explorar nunca en mi vida y puede ser que haya adquirido un aspecto circunspecto, ojalá que no, ese que le veía yo a los enseñantes hace tiempo, pero en un día como hoy en el que el curso finaliza y me he ido a mi casa llena de abrazos de niños y padres, firmo por diez años más. Y sobre todo le doy gracias a la vida por no haberme hecho caso.





sábado, 31 de mayo de 2014

¿Desayunamos en Tiffany? Truman Capote su literatura y la maravillosa pelicula de Blake Edward.



    En un viaje imaginario que hice a Nueva York en mi Vicio de Contar muchos meses atrás pasé por el escaparate de Tiffany. Era una mañana un poco gris y al igual que Holly yo también me llevé algo de comer mientras disfrutaba de la visión de ese suntuoso escaparate. Puede ser que yo tuviera uno de esos días rojos de los que ella hablaba, que no son días negros, tristes ni lluviosos, sino son días en los que el miedo se apodera de uno sin que nada se pueda hacer. Como antídoto a ese pánico incontrolable Holly se acercaba a Tiffany porque le daba la sensación de que allí nada malo podía pasarle. Yo quise hacer lo mismo en ese viaje de mi imaginación, probar a sentirme segura en aquel emblemático lugar. Desayunar en Tiffany es un sueño que todos hemos tenido después de ver la inolvidable película.
   Fue el escritor sureño Truman Capote el que creó el personaje de Holly Golightly. Pero en su novela esta mujer no era la versión edulcorada que nos ofrece la película de ella, en cuyo guión también intervino el escritor norteamericano, sino que se trata de un personaje mucho más torturado por la vida. Una mujer de vida liberal, que ejerce una prostitución encubierta hasta para ella misma, -se plantéa si el hecho de haber tenido once amantes es ya un indicativo de que está inmersa en ese antiguo oficio ya sin remisión-. La historia está contada por un escritor que se muda al edificio de la chica y que la observa desde la cercanía pero que al contrario de lo que ocurre en el film, nunca tiene nada con ella. Holly termina huyendo sin que nadie descubra su paradero porque ha estado relacionada con un delincuente y la justicia la busca por su complicidad en el delito de su amante.
   Truman Capote ha sido un escritor importante en la literatura norteamericana. Sus novelas retratan a personajes complicados con historias poco comunes. Su libro más reconocido fue una novela que está basada en un caso real A sangre fria que cuenta el asesinato de la familia Clutters de Kansas. Una historia para la que el autor estuvo más de cinco años investigando e indagando haciendo un trabajo que está entre la literatura y el periodismo. Este relato influyó posteriormente en el mundo de la prensa escrita  y se consideró el germen del género de la novela de no-ficción.
   Además de todo esto el personaje que me ocupa fue una persona integrada en la sociedad y la farándula americana, al igual que el artista contemporáneo Andy Warhol.
   El director de cine Blake Edward contó con la colaboración de Truman Capote para escribir el guión de la entrañable película. Edward está considerado como un director magistral de comedias, y aunque haya tocado muchos géneros diferentes en su cine, dirigió la trágica historia Días de Vino y Rosas que protagonizaron Jack Lemon y Lee Remick, es cierto que es en la comedia en donde más ha destacado y desde luego  siempre es más recordado por la película que me ocupa Breakfast at Tiffany`s, así como también por la saga de películas de La Pantera Rosa, las buenas y las malas y la magistral comedia protagonizada por Peter Seller, uno de sus actores fetiche, El guateque.
   Hay muchas curiosidades relacionadas con este largometraje que como siempre, hacen que su realización se convirtiera entre las casualidades y la genialidad de los que intervienen en  ella, en una película única.        Truman Capote propone como protagonista femenina a su gran amiga Marylin Monroe. Evidentemente el resultado hubiera sido bien diferente si  la sensual Marylin hubiera interpretado a este personaje alocado. Porque lo mágico de la historia es que la actriz protagonista no es una mujer  con aspecto de chica alegre, al contrario representa la fragilidad y la vulnerabilidad, hasta vemos en ella cierta pureza y enseguida nos solidarizamos con el personaje. Hay que pensar que en 1961, año en el que se estrena la película, el mundo no veía con buenos ojos a una mujer con una vida desordenada  pero a Audrey Hepburn se le podía perdonar todo con su aspecto angelical.
   Dicen que la rubia más famosa de la historia rechazó el papel porque ya no quería hacer de mujer "ligera de cascos" y Audrey Hepburn de entrada dudaba entre si aceptar o no porque no se veía en esa piel. Afortunadamente aceptó y ahí queda ese icono maravilloso de estilo que tantas veces vemos en fotografías y objetos de decoración, la imagen de la actriz, de origen belga por cierto, con su moño italiano y su vestido de Givenchy.
   El diseñador había realizado el vestuario de la película pensando en Katherin Hepburn, que no tiene nada que ver con Audrey, y cuando supo cual era la verdadera protagonista dicen que tuvo un enfado tremendo porque creía que aquella mujer era muy delgada para sus diseños. Pero hubo después de esta película una relación que duraría para siempre entre la casa de modas Givenchy y Audrey Herpburn, que era la elegancia y el estilo personificados.
   Otra relación mágica que comenzó en esta película fue la de el director Blake Edward y el fantástico compositor de origen italiano Henry Mancini.  Es en esta película en donde ambos trabajan juntos por primera vez y lo harían después en muchas ocasiones más. No olvidemos que Mancini compondría después la famosa banda sonora de la Pantera Rosa. Pero la canción Moon River  compuesta por el músico no es menos famosa. Como dato a destacar la película obtuvo dos oscar por la banda sonora y por mejor canción. Versionada hasta la saciedad, todos los mejores cantantes de la historia de la música la han cantado,  dicen que la mejor versión es la que canta Holly en la ventana, pequeña guitarra en mano, un turbante en la cabeza y ese aspecto triste bellísimo.
   Holly dice que en Tiffany nada malo puede suceder, pues te invito a desayunar allí. Cuando tengamos un día rojo, ya sabes, corramos a esa gran avenida y ante ese explendido escaparate soñaremos que todo lo malo está desterrado de nuestras vidas. Soñar es gratis y nuestros sueños nos dan libertad para vivir otras vidas.



lunes, 12 de mayo de 2014

Facebook, Twitter, Whatsapp, Instagram...¿ Qué red prefieres?

   Tengo que reconocer que soy adicta entre otras muchas cosas a los Blogs. Además de tener este espacio tan mío, este vicio de contar, navego por los mundos de otros bloggers que me aportan mucha información de todo tipo. Ya en un post que colgué en el  2012, Y ¿qué es un Blog?  hablé de las características de  estos, cortos, amenos, relacionados con temas concretos normalmente, que no es el caso de mi vicio de contar, pero si es la generalidad. Por eso me gustan, en cualquier sitio te puedes leer ese texto que es como un flash de información, o un pensamiento de alguien que por un momento te engancha y te deja reflexionando. Este ha sido el caso del Blog que descubrí esta semana de la periodista Karelia Vázquez.  
   Se trata de un Blog que habla de las redes sociales y sus consecuencias. Es una persona muy documentada sobre el tema, además de una consumidora activa de este tipo de comunicación, que caracteriza a estas primeras décadas del siglo XXI. También en Marzo del 2013 en el post  Relaciones @.com. divagué sobre el whatsapp y la manera en que este sistema de mensajería instantánea nos estaba modificando la vida, porque no nos engañemos, todo está cambiando aunque seamos reacios a creer y a pensar en que las redes sociales están modificando nuestra manera de relacionarnos.
   De todos los post que pude leer de este estupendo Blog, cuyo  nombre es El Antigurú, refiriéndose al hecho de que nadie en las redes sociales puede ser un experto porque se trata de un fenómeno nuevo y cambiante, he anotado algunas cosas que me gustaría compartir aquí, porque  mucha gente y yo consumimos, nos relacionamos y vivimos esa vida virtual, paralela a nuestra vida real.
   Empiezo con las notas curiosas que encontré sobre el Facebook.  Marck Zuckrberg creó esta red social  a la que por cierto, le dan solo tres años más de vida, con la intención de que fuera un conector. Se trata de que los que tienen una cuenta abierta, pasen el mayor tiempo posible conectados. Es una comunidad instantánea, en esa comunidad hay amigos, conocidos, familiares, ex-novios, vecinos y demás especímenes. Se puede decir que el Facebook nos divide en dos tipos de personas, los que interactuamos  y los que no interactúan. Los primeros tienen un punto de exhibicionistas. Cuelgan fotos, muestran sus vidas, expresan  sus deseos.. "ya soy la superjefa" por ejemplo, como si internet fuera un oráculo en el que rezar y pedir lo que uno anhela fervientemente. Los segundos son aquellos que tienen una cuenta abierta pero no dicen ni mu. Parece que no están, pero sí están. Son los nuevos cotillas, portería on-line. Cotilleo digital pero ahora este cotilleo no es descubierto. Antaño había una cortina que se movía lentamente en un cuarto piso y detrás de aquella tela vaporosa, había una persona oculta mirando  la hora en que llegaba la vecina alocada. En estos momentos millones de personas en el mundo están entrando en el muro de su ex pareja, ex amigo o ex jefe y nadie lo sabrá. Así que como decía la autora del Blog al que me referí al principio de este artículo, la tecnología se ha puesto al lado del cotilleo.
   Sobre el Whatsapp ya hablé como dije antes el año pasado, cuando me llamó la atención el comentario de una amiga que me decía que el chico que le gustaba, la había bloqueado y por tanto la había expulsado de su vida, asi, silenciosamente. Parece que estar bloqueado por alguien es estar en un limbo, estar en ningún lugar y no estar en el mundo del whatsapp, esta mensajería instantánea con la que practicamos la cháchara virtual, es como no existir. Las llamadas telefónicas empiezan a ser formas de comunicación arcaicas, o manifestaciones infinitas de amor, ¿qué sería de nosotros sin los emoticonos? porque  hay cosas que no se pueden expresar con palabras, necesitamos un emoticono para decir que estamos contentos,  tristes o aburridos... Esas conversaciones interminables de grupos que empezaron el dos de Enero y todavía no han terminado, ni terminarán... que además las podemos volver a leer en cualquier momento,¡ qué horror!, que quede constancia de todo lo que uno dice, como si estuviéramos en un juicio o en el Congreso de los Diputados.
   ¿Saben que se ha hecho un estudio en la Universidad Autónoma de México sobre la risa que se escribe en la mensajería instantánea? Pues sí como lo oyen, si ponemos jaja eso quiere decir que es una risa falsa. Si ponemos tres jajaja, la risa es auténtica, pero si escribimos jajajajaja es que estamos intentando adular a la persona con la que hablamos. Estos Ciberpsicólogos analizan todos los elementos que intervienen en nuestras ciberrelaciones, con nuestros ciberamigos en el ciberespacio.
   Al igual que mucha gente, hoy en día una mayoría,  yo también esculpí una imagen on line, y tengo esas chácharas interminables por el whatsapp con personas que se denominan lazy contacts (contactos perezosos sería la traducción) o sea amigos que no se lo curran, que utilizan muchos emoticonos para no mojarse  por ese carácter indefinido que tienen esos machanguitos. Pero me siguen encantando los bares, los lugares donde le puedes mirar  a alguien a los ojos, chocar su copa con la tuya y todas esas cosas que hacemos en los lugares en donde no hay WIFI, solo gente. Pero bueno si me dan a elegir, yo como Dios, quiero estar en todos lados.

 

domingo, 4 de mayo de 2014

Billie Holiday, Ella Fitzgerald, y Nina Simone las damas del jazz. Almas de Blues.

   No es ningún secreto que la música negra ha sido la que más ha influído en la música moderna desde el pasado siglo. Los cantos tribales de los esclavos, que fueron traídos al nuevo mundo transformados luego en canciones religiosas cantadas en esas misas de los domingos de las iglesias del sur de Estados Unidos, traspasaron el sentido religioso que poseían para hacerse eco en las ondas de la radio y llegar a todos los que las escuchaban en los años cincuenta, década en la que empezaron a forjarse los nuevos estilos musicales como el Blues, el Rhythm and Blues, el Soul y el Rock and Roll. Como dato curioso de esa época puedo mencionar la denominada autopista del Gospel. Una vía por la que se llegaba a los pueblos que recibían a cuartetos vocales compuestos por hombres y mujeres, que cantaban a cuatro voces una música religiosa. Gente que ganaba mucho dinero estos actuaban ante las comunidades negras principalmente, aunque también había cuartetos de blancos, y  tenían el cielo ganado. Me explico, aunque su vida en aquellos caminos fuera estupendamente pecaminosa, Dios los recibiría con gusto en el último momento.   Los ritmos ancestrales africanos, la música Country con esencias de la música celta, el Pop que empezaba a formarse en aquellos tiempos en los que en aquella parte del mundo, la bonanza económica hacía su aparición después de una segunda guerra mundial devastadora, se metieron en la misma coctelera y dieron lugar a todo lo que hoy conocemos y que sigue evolucionando interminablemente. No podemos olvidarnos de los estilos que han surgido en los últimos treinta años como el Funky, el Hip-Hop y el Rap.

   En todas estas fuentes han bebido las damas del jazz. Tres mujeres que pertenecieron a esta época y a estas comunidades negras en un mundo en que la que la segregación racial era una puerta cerrada a las oportunidades en el país donde se decía que los sueños se hacían realidad. Faltaba decir que esos sueños solo podían ser realizados por blancos. Pero ya sabemos desde la época de Jericó y sus murallas, que cayeron religiosamente cuando por indicación divina sonaron unas trompetas, que no hay paredes que la música no pueda derrumbar.

   Billie Holiday nació en Filadelfia su nombre real era Eleanora Fagan pero siempre fue conocida como Lady Day. Una mujer que vivió cuarenta y cuatro años tan intensos como su manera de cantar, principal característica de su voz, no tan privilegiada como la de Ella Fitzgerald pero pocas cantantes han transmitido tanto en este arte. De niña ejerció la prostitución y al poco tiempo empezó a actuar en clubs nocturnos de Nueva York. Siempre fue consumidora de drogas y la imagen que tenemos de ella con flores blancas en el pelo y esa expresión ida en su mirada nos recuerda que tuvo una gran influencia en la desaparecida Amy Winehouse, aunque también fue admirada por cantantes tan distintos como Frank Sinatra o Janis Joplin.
Decían que cantaba despacio, como si estuviera cansada y probablemente fuera así, saboreaba cada nota y sentía ese cansancio eterno de los que viven tan deprisa.
La canción Strange Fruit, elegida por la revista Time como una de las canciones mas importantes del siglo XX, la llevó al éxito. Se trata de un poema triste y amargo que habla de la gente del sur.

   Ella Fitzgerald nació en Newport News, la llamaban The first lady of Song. Cantante con una perfecta técnica vocal aunque falta de la pasión de Lady Day en canciones con contenido dramatico. De vida difícil también desde los dieciséis años empieza a actuar en clubs y enseguida fue descubierta y tuvo mucho éxito. Ganadora de trece premios  Grammy, su repertorio es inmenso y cantó todo tipo de música no solo jazz también Blues, Bossa nova, Calipso o Pop.

   Finalmente Nina Simone nacida en Carolina del Norte como Eunice Waymon le debe su nombre artístico a un apodo cariñoso de un novio hispanoparlante que la llamaba Niña y al nombre de la actriz francesa Simone Signoret. Niña prodigio que toca el piano desde los cuatro años, no escapa de la influencia de la música religiosa desde pequeña en la comunidad a la que pertenecía, también de estilo apasionado, voz muy particular y personalidad altanera. Abandonó Estados Unidos desde que mataron a Martin Luther King, cansada del racismo.
 
   Tres mujeres negras que han marcado a muchos artistas de épocas posteriores pero que se caracterizan por utilizar la música como un medio de salvación, de comunicación a través del cual poder expulsar los demonios que nos invaden a todos a lo largo de nuestra vida, en eso tal vez radicaba su arte... cantar para no morir, para mostrar el desacuerdo con el mundo y sus injusticias, para expresar el desamor y la pasión  y para después de morir no ser olvidado.