Puede ser que el que vaya a leer esto no sea una persona romántica y piense que el tema es un tostón, o que pertenezca a ese grupo de la liga "no-me-e-na-mo-ro-nun-ca-más".
Lo cierto es que en algún momento, seas del tipo que seas te has planteado algo sobre este cálido, placentero, satisfactorio, árduo, complicado e hiriente asunto, todo en uno. Tal vez estás entre los que han tenido la suerte de haber encontrado el amor verdadero. Más bien se puede decir que te encontró él a ti, sólo lo encuentra el que cree en él y arriesga. O desde pequeño has sido muy práctico y te conformaste con un sucedáneo de la pasión, a ti las cosas de Eros nunca te interesaron mucho. Otra clase son los que lo encontraron y lo perdieron, o se les acabó y entonces se plantéan:
¿Cuántos amores verdaderos se podrán encontrar a lo largo de la vida, será posible tener más de uno?
Creo que la respuesta a esta pregunta dependerá de cada individuo, y que cada uno la podrá responder sólo cuando termine la función.
Pero siempre me llama la atención esa gente que vive "dimitida" de los sentimientos y viven vidas en "simulacro". Pobres seres que quedaron heridos con algunos amores pasados y sentimentalmente hablando, sobreviven sus vidas con la incapacidad de querer. Son los discapacitados del amor, es bastante común encontrarlos en esas funciones en las que actúan como actores profesionales en las que hacen creer, que dan verdaderos "besos de amor".
A veces se aproxima uno a entenderlos porque sabemos que no es fácil, y además hay que ser muy valiente, para dejar que alguien te toque el corazón. Sin darnos cuenta vamos envueltos en capas que son como finas pieles que se nos han ido adhiriendo. Ni cuenta nos damos de que las llevamos pero ahí están, no nos dejan sentir plenamente, han mermado nuestra capacidad de vibrar con las cosas simples pero maravillosas o ¿es que no nos emocionaba esa sensación cuando teníamos quince años, y en la oscuridad de algún lugar sentíamos las manos de aquel primer amor, unidas a las nuestras?
Tan solo eso nos producía un escalofrío y nos hacía creer que estábamos viviendo la vida intensamente y así era, aún las capas no nos habían envuelto, todavía estábamos intactos por tanto, todo tenía más intensidad.
Mi postura ante todo esto es tal vez la del suicida, o sea la de "arriesgar". No me gustan los sucedáneos de nada y menos los simulacros. Tengo mis capas como todo el mundo pero también tengo los ojos abiertos y siempre me han emocionado todos esos poetas que en algún momento fueron capaces de sentir y despúes contarnos, de una forma tan hermosa, ese sentimiento llamado amor.
O ¿quién no se conmueve con todas estas frases de amor?
Francisco de Quevedo. (...) mis restos serán ceniza, más tendrán sentido, polvo serán, más polvo enamorado.
Pablo Neruda. (...) En noches como esta, la tuve entre mis brazos, ¡la besé tantas veces bajo el cielo infinito!
Antonio Gala. (...) Cualquier cosa es más segura que el amor, cualquier cosa es más firme y duradera, todo es más resistente y estable que el amor.
Gabriel García Márquez. (...) Cuando la vió, se le llenaron los huesos de espuma.
Joan Manuel Serrat. Por frías que sean mis noches tristes, no echo al fuego, ni uno solo de los besos que me diste...
Joaquín Sabina. Porque el amor, cuando no muere mata y amores que matan, nunca mueren.
Javier Marías. (...) cuando nos enamoramos, nos conformamos con oirlo, con olerlo, con vislumbrarlo, con presentirlo, con que aún esté en nuestro horizonte y no haya desaparecido del todo, con que aún, no se vea a lo lejos la polvareda de sus pies, que van huyendo.
Anónimo en la autopista. Mary Pili, aun te sigo queriendo.
Y termino con algo que se me ocurrió un día. No me incluyo en la lista de los anteriores, dios me libre de compararme con quien tanto admiro, pero ¿quién no ha jugado alguna vez en su vida a ser un pseudopoeta?
Ahí van las líneas que una mañana, me dictó mi corazón,
Yo era un satélite que giraba
como sabía, haciendo un loco zig-zag
en torno a ti.
Y ahora, que por fin he aprendido
el arte de girar elípticamente
soy una luna
que gira alrededor de tu recuerdo.
miércoles, 29 de agosto de 2012
lunes, 27 de agosto de 2012
Como insulta un canario
Leyéndome un artículo muy divertido sobre los insultos en nuestra lengua española, reflexioné sobre como agredimos verbalmente los canarios cuando estamos enfadados. Yo creo que el canario en general, no es muy agresivo dialécticamente. Nos caracterizamos por una forma de hablar pausada y podemos tener muchos defectos a la hora de usar el lenguaje oral, pero la abundancia de tacos en nuestro habla no es uno de ellos. Pero como todo "hijo de vecino" nos sulfuramos y soltamos por nuestra boquita, los improperios que en ese momento de "exaltación" nos dicta nuestro mal humor o desgracia.
Tengo que decir que estos días atrás he tenido a mis amigos buscando "insultos" en el baul de sus recuerdos. Cada uno de ellos ha recordado que "palabreja" o expresión, se usaba y se sigue usando en sus casas para describir despectivamente a alguien e insultar, de manera "soterrada", algo además muy canario, a alguien que cae mal o que no es bien recibido. Lo cierto es que los canarios desde siempre hemos recibido visitas de gente de todo el mundo, tal vez por eso hemos desarrollado esa forma tan "metafórica" de defendernos, usando elementos que no todo el mundo pueda entender. Digo esto porque reuniendo todas las palabras que iban apareciendo, me di cuenta en seguida de que tener el mar tan cerca nos hace hacer uso de los nombres de animales marinos, aunque más bien se usan las características de estos para ofender "un poquito"-nosotros siempre en nuestra línea comedida y socarrona-.
Por ejemplo si alguien abre mucho los ojos cualquiera nos dirá que "tenemos los ojos como un cherne".
La madre de una amiga cuando aparecía una mujer muy grande decía: "parece una salema". Y siguiendo en la misma línea puedo contar que a mi madre siempre le ha encantado comparar a alguien con un antoñito, un pez de ojos saltones. "Es igual que un antoñito", describe sin compasión. Y ya te imaginabas tú a un hombre con los ojos enormes, y totalmente fuera de las órbitas.
Aunque tengo que decir que el primer premio de comparaciones, se lo lleva la fantástica madre de la amiga que mencioné al principio, mujer canariona con un humor increíble, que usó en alguna ocasión no un animal marino, pero si la extraña expresión, "es como una salea meada", para referirse al pobre individuo que aparecía con el pelo afro, y aclaro que salea es el pelo de la oveja.
Siguiendo con las investigaciones de "mis fuentes" un amigo que aportó mucho en este tema que me ocupa, mencíonó la palabra "botarate", que usamos con mucha frecuencia para referirnos al manirroto divertido que todos conocemos, alguno que incluso puede llevar dentro. También una palabra en desuso que me resultó muy graciosa fue "pilingui", que era la señorita de dudosa reputación. Esta palabra era usada no sólo en canarias sino en todo el territorio español.
Pero la palabra más barroca que aportó mi "fuente amiga" fue "sorroballao", cuya traducción debe ser algo así como "lo peor de lo peor". Más que estar en las últimas es estar en el inframundo, y sucio además.
Una palabra que encontré en mi propia casa, que también ha sido motivo de risa para mí y mi "pandilla de investigadores" es la palabra que salió de la boca de mi padre "meleguino". "Ese es un meleguino", dijo.
No le encuentro traducción a este "vocablo" la verdad. Por la entonación que empleó cuando la dijo, debe ser algo negativo. También sabemos que hay una localidad, "tan normal", llamada Las Meleguinas pero tengo la impresión de que no hay ninguna relación entre ese "triste meleguino" que menciona mi padre y el oriundo de la localidad.
No me puedo olvidar del tan usado por nuestro querido Manolo Viera en sus relatos "bobomierda", palabra que compuesta por un adjetivo y un sustantivo, no deja de ser un insulto bastante suave en comparación con otros usados en otras latitudes.
También existen palabras que no siendo insultos es decir, que teniendo un significado que está lejos de servir como una ofensa se lanzan así sin más al objeto de nuestros odios. Es el caso del conductor que ve de pronto a un peatón que cruza inoportunamente y sin pensárselo dos veces, saca la cabeza por la ventanilla y grita: ¿qué haces papafrita?
En fin que somos un poco particulares para ofender a alguien o ¿no? Pero con tanto insulto espero no poner los ojos como un cherne o un antoñito, y que del enfado no se me quede el pelo como una salea meada.
Ojalá que no lleguemos a ser unos botarates, porque esto nos podría llevar a quedarnos sorroballaos, y no es plan.
Por cierto un saludo a los meleguinos y las pilinguis, buena gente esa.
Tengo que decir que estos días atrás he tenido a mis amigos buscando "insultos" en el baul de sus recuerdos. Cada uno de ellos ha recordado que "palabreja" o expresión, se usaba y se sigue usando en sus casas para describir despectivamente a alguien e insultar, de manera "soterrada", algo además muy canario, a alguien que cae mal o que no es bien recibido. Lo cierto es que los canarios desde siempre hemos recibido visitas de gente de todo el mundo, tal vez por eso hemos desarrollado esa forma tan "metafórica" de defendernos, usando elementos que no todo el mundo pueda entender. Digo esto porque reuniendo todas las palabras que iban apareciendo, me di cuenta en seguida de que tener el mar tan cerca nos hace hacer uso de los nombres de animales marinos, aunque más bien se usan las características de estos para ofender "un poquito"-nosotros siempre en nuestra línea comedida y socarrona-.
Por ejemplo si alguien abre mucho los ojos cualquiera nos dirá que "tenemos los ojos como un cherne".
La madre de una amiga cuando aparecía una mujer muy grande decía: "parece una salema". Y siguiendo en la misma línea puedo contar que a mi madre siempre le ha encantado comparar a alguien con un antoñito, un pez de ojos saltones. "Es igual que un antoñito", describe sin compasión. Y ya te imaginabas tú a un hombre con los ojos enormes, y totalmente fuera de las órbitas.
Aunque tengo que decir que el primer premio de comparaciones, se lo lleva la fantástica madre de la amiga que mencioné al principio, mujer canariona con un humor increíble, que usó en alguna ocasión no un animal marino, pero si la extraña expresión, "es como una salea meada", para referirse al pobre individuo que aparecía con el pelo afro, y aclaro que salea es el pelo de la oveja.
Siguiendo con las investigaciones de "mis fuentes" un amigo que aportó mucho en este tema que me ocupa, mencíonó la palabra "botarate", que usamos con mucha frecuencia para referirnos al manirroto divertido que todos conocemos, alguno que incluso puede llevar dentro. También una palabra en desuso que me resultó muy graciosa fue "pilingui", que era la señorita de dudosa reputación. Esta palabra era usada no sólo en canarias sino en todo el territorio español.
Pero la palabra más barroca que aportó mi "fuente amiga" fue "sorroballao", cuya traducción debe ser algo así como "lo peor de lo peor". Más que estar en las últimas es estar en el inframundo, y sucio además.
Una palabra que encontré en mi propia casa, que también ha sido motivo de risa para mí y mi "pandilla de investigadores" es la palabra que salió de la boca de mi padre "meleguino". "Ese es un meleguino", dijo.
No le encuentro traducción a este "vocablo" la verdad. Por la entonación que empleó cuando la dijo, debe ser algo negativo. También sabemos que hay una localidad, "tan normal", llamada Las Meleguinas pero tengo la impresión de que no hay ninguna relación entre ese "triste meleguino" que menciona mi padre y el oriundo de la localidad.
No me puedo olvidar del tan usado por nuestro querido Manolo Viera en sus relatos "bobomierda", palabra que compuesta por un adjetivo y un sustantivo, no deja de ser un insulto bastante suave en comparación con otros usados en otras latitudes.
También existen palabras que no siendo insultos es decir, que teniendo un significado que está lejos de servir como una ofensa se lanzan así sin más al objeto de nuestros odios. Es el caso del conductor que ve de pronto a un peatón que cruza inoportunamente y sin pensárselo dos veces, saca la cabeza por la ventanilla y grita: ¿qué haces papafrita?
En fin que somos un poco particulares para ofender a alguien o ¿no? Pero con tanto insulto espero no poner los ojos como un cherne o un antoñito, y que del enfado no se me quede el pelo como una salea meada.
Ojalá que no lleguemos a ser unos botarates, porque esto nos podría llevar a quedarnos sorroballaos, y no es plan.
Por cierto un saludo a los meleguinos y las pilinguis, buena gente esa.
jueves, 23 de agosto de 2012
Cotilleos sobre Cervantes
Con un nombre como el de Miguel de Cervantes Saavedra no se podía ser mesonero, pastor o conductor de carromatos, era sin duda un nombre de literato. Aunque si nos ponemos a indagar en la vida de este gran escritor como si fuéramos Jorge Javier Vázquez en uno de sus programas "culturales" comprobaremos que D. Miguel de Cervantes fue un ser humano, que pese a representar lo máximo de las letras hispanas, llamado hoy en día "Príncipe de los Ingenios", no deja de tener una vida llena de peripecias, de altibajos y de esfuerzos por sobrevivir a la vez que de deseos de llegar a ser un gran poeta o dramaturgo, su gran sueño.
Bien dice esa frase que "la vida es lo que te sucede mientras estás planeando algo totalmente diferente", la novela moderna estaba naciendo de su mano, el autor más grande, el que más influencia tendría en la literatura universal se estaba forjando, mientras corría por sus venas el germen de la frustración, por no alcanzar con el teatro el éxito que si alcanzó su rival, Lope de Vega.
Cervantes nació ya con problemas económicos, su padre un cirujano-barbero profesional sin título, una especie de prácticante de los de antes, saltaba de provincia en provincia intentando buscarse la vida para mantener a su mujer y a sus hijos. Con semejante panorama tenemos al creador del Quijote alistándose en el ejército en busca de una vida respetable y una remuneración que le permitieran vivir dignamente.
No vamos a decir que era el hombre con más suerte del mundo la profesión de soldado le dejaría dos grandes secuelas: una mano inútil y un cautiverio durante cinco años en los que según sus palabras que dejó impresas en alguna carta, aprendió a tener paciencia.
Tuvo una única hija Isabel con la mujer de un posadero y vivió un matrimonio fugaz con Catalina de Salazar que le duró tan solo dos años. Después de este intento de ser un hombre común se hizo recaudador de impuestos y anduvo por toda Andalucía recogiendo esos dineros, pero también conociendo a todo tipo de gente de cualquier clase social lo que le hará conocer mejor la psicología humana, algo que se verá reflejado posteriormente en sus obras.
Volvió a estar en la cárcel por apropiarse de parte del dinero recaudado y también por un asunto turbio en el que estaban involucradas sus hermanas, llamadas vulgarmente "las cervantas".
Nos cuesta creer que ese hombre al que han pintado en algún cuadro tan serio, vestido de negro, cuello blanco, pluma en mano, del que tenemos la certeza de que tenía una mente maravillosamente privilegiada pudiera tener una vida llena de baches y sobresaltos.
Tal vez su genialidad partía de ahí de sus vivencias. Indudablemente era un hombre que pertenecía al mundo de los vivos, de los que son curiosos y necesitan probar todos los sabores. Miguel de Cervantes, que no era universitario, sacó lo mejor de la experiencia, de la gente que conoció y de los sitios que visitó. De ahí la importancia que siempre se le da a la escuela de la vida, en él es un hecho transformado en palabra, en novela.
Y ahí quedó toda su obra muy extensa. Aunque su novela más conocida la más alabada, traducida y por supuesto leída: El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha, nos ofrece un héroe endeble que va por los caminos resolviendo problemas imaginarios con un caballo flaco, un ayudante rechoncho con pocas luces, que se va quijotizando poco a poco y que sin saber porqué, siempre encontramos algo en ese loco con lo que nos identificamos en cada lectura.
La respuesta sobre esta similitud que encontramos entre Don Quijote y nosotros me lo dió mi padre una tarde en que le pregunté que qué tal le iba y me contestó: -aquí vamos, luchando contra los molinos.
Me hizo pensar en que todos somos un poco "quijotes" y que cada uno tiene sus propios molinos.
Bien dice esa frase que "la vida es lo que te sucede mientras estás planeando algo totalmente diferente", la novela moderna estaba naciendo de su mano, el autor más grande, el que más influencia tendría en la literatura universal se estaba forjando, mientras corría por sus venas el germen de la frustración, por no alcanzar con el teatro el éxito que si alcanzó su rival, Lope de Vega.
Cervantes nació ya con problemas económicos, su padre un cirujano-barbero profesional sin título, una especie de prácticante de los de antes, saltaba de provincia en provincia intentando buscarse la vida para mantener a su mujer y a sus hijos. Con semejante panorama tenemos al creador del Quijote alistándose en el ejército en busca de una vida respetable y una remuneración que le permitieran vivir dignamente.
No vamos a decir que era el hombre con más suerte del mundo la profesión de soldado le dejaría dos grandes secuelas: una mano inútil y un cautiverio durante cinco años en los que según sus palabras que dejó impresas en alguna carta, aprendió a tener paciencia.
Tuvo una única hija Isabel con la mujer de un posadero y vivió un matrimonio fugaz con Catalina de Salazar que le duró tan solo dos años. Después de este intento de ser un hombre común se hizo recaudador de impuestos y anduvo por toda Andalucía recogiendo esos dineros, pero también conociendo a todo tipo de gente de cualquier clase social lo que le hará conocer mejor la psicología humana, algo que se verá reflejado posteriormente en sus obras.
Volvió a estar en la cárcel por apropiarse de parte del dinero recaudado y también por un asunto turbio en el que estaban involucradas sus hermanas, llamadas vulgarmente "las cervantas".
Nos cuesta creer que ese hombre al que han pintado en algún cuadro tan serio, vestido de negro, cuello blanco, pluma en mano, del que tenemos la certeza de que tenía una mente maravillosamente privilegiada pudiera tener una vida llena de baches y sobresaltos.
Tal vez su genialidad partía de ahí de sus vivencias. Indudablemente era un hombre que pertenecía al mundo de los vivos, de los que son curiosos y necesitan probar todos los sabores. Miguel de Cervantes, que no era universitario, sacó lo mejor de la experiencia, de la gente que conoció y de los sitios que visitó. De ahí la importancia que siempre se le da a la escuela de la vida, en él es un hecho transformado en palabra, en novela.
Y ahí quedó toda su obra muy extensa. Aunque su novela más conocida la más alabada, traducida y por supuesto leída: El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha, nos ofrece un héroe endeble que va por los caminos resolviendo problemas imaginarios con un caballo flaco, un ayudante rechoncho con pocas luces, que se va quijotizando poco a poco y que sin saber porqué, siempre encontramos algo en ese loco con lo que nos identificamos en cada lectura.
La respuesta sobre esta similitud que encontramos entre Don Quijote y nosotros me lo dió mi padre una tarde en que le pregunté que qué tal le iba y me contestó: -aquí vamos, luchando contra los molinos.
Me hizo pensar en que todos somos un poco "quijotes" y que cada uno tiene sus propios molinos.
viernes, 17 de agosto de 2012
AGOSTO
Agosto es un mes para ser feliz, no puede caber otra posibilidad.
Te das cuenta enseguida cuando notas la luminosidad de las mañanas o cuando alguna noche, te encuentras una luna plena y te envuelve ese calor, que hace que tengas ganas de salir a pasear y no irte nunca a dormir.
Agosto es ideal para no tener penas, para que no haya crisis, para comer helados, sortear las olas, dejarnos acariciar por el sol, compartir almuerzo con un amigo, pasear sin prisas, mirar las estrellas, para tener amores fugaces y buenos presagios.
El resto del año soñaremos con las noches cortas y cálidas de agosto y sus lunas, que parecen pintadas con tiza sobre cartulinas negras.
El tiempo del octavo mes transcurre lento, parece que todo se ha detenido, todo está quieto e impasible, aunque sin notarlo vamos caminando lentamente hacia septiembre, que vendrá con brío lleno de otoño, de cursos que empiezan, noches que crecen y días que menguan.
Pero sin duda lo mejor de estos 30 días es el mar, esa masa inquieta de agua que de repente se vuelve cálida para acogernos y ofrecernos sensaciones que nos van a durar todo el año, incluso perdurarán durante el triste invierno, y cualquier frío día en el que el viento nos azote la cara, recordaremos esa tarde en la que sorteando las olas nos sumergimos en un agua fresca que nos hizo instantáneamente reconciliarnos con la vida, si es que teníamos algún conflicto con ella.
Últimamente he vuelto a coquetear con el mar, fiel amante siempre dispuesto. Será que del agua vino el primer atisbo de vida, o que también tengo el loco pensamiento que soy como el símbolo de mi horóscopo, un pez al que le encantaría nadar libremente mar adentro, sin fronteras de cristal como tienen otros peces, que nadan en peceras donde todo es limitado y predecible.
Y sólo estando en mar abierto vuelvo a sentir que Agosto no ofrece otra posibilidad que no sea la de sonreirle a la vida, a pesar de que exista una ausencia o un desconsuelo.
Te das cuenta enseguida cuando notas la luminosidad de las mañanas o cuando alguna noche, te encuentras una luna plena y te envuelve ese calor, que hace que tengas ganas de salir a pasear y no irte nunca a dormir.
Agosto es ideal para no tener penas, para que no haya crisis, para comer helados, sortear las olas, dejarnos acariciar por el sol, compartir almuerzo con un amigo, pasear sin prisas, mirar las estrellas, para tener amores fugaces y buenos presagios.
El resto del año soñaremos con las noches cortas y cálidas de agosto y sus lunas, que parecen pintadas con tiza sobre cartulinas negras.
El tiempo del octavo mes transcurre lento, parece que todo se ha detenido, todo está quieto e impasible, aunque sin notarlo vamos caminando lentamente hacia septiembre, que vendrá con brío lleno de otoño, de cursos que empiezan, noches que crecen y días que menguan.
Pero sin duda lo mejor de estos 30 días es el mar, esa masa inquieta de agua que de repente se vuelve cálida para acogernos y ofrecernos sensaciones que nos van a durar todo el año, incluso perdurarán durante el triste invierno, y cualquier frío día en el que el viento nos azote la cara, recordaremos esa tarde en la que sorteando las olas nos sumergimos en un agua fresca que nos hizo instantáneamente reconciliarnos con la vida, si es que teníamos algún conflicto con ella.
Últimamente he vuelto a coquetear con el mar, fiel amante siempre dispuesto. Será que del agua vino el primer atisbo de vida, o que también tengo el loco pensamiento que soy como el símbolo de mi horóscopo, un pez al que le encantaría nadar libremente mar adentro, sin fronteras de cristal como tienen otros peces, que nadan en peceras donde todo es limitado y predecible.
Y sólo estando en mar abierto vuelvo a sentir que Agosto no ofrece otra posibilidad que no sea la de sonreirle a la vida, a pesar de que exista una ausencia o un desconsuelo.
viernes, 10 de agosto de 2012
¡A Dios pongo por testigo!
Si digo que siempre me gustó mucho la escritora Margaret Mitchell y su única obra, probablemente nadie sepa de que escritora y obra estoy hablando. Pero si digo que Margaret Mitchell fue una autora americana, nacida en Atlanta y que su novela publicada en 1936 fue un best seller de la época y ganadora del famoso premio Pulitzer de literatura, que todo el mundo conoce más por la modalidad de fotografía, y que el nombre de este libro tan leído es Lo que el viento se llevó, (Gone with the wind), pues ya la información es más clara.
M.Mitchell escribió un solo libro en su corta vida -murió muy joven atropellada por un coche- pero conoció la fama porque esa novela tuvo desde el principio una conexión con los lectores. Es curioso que la propia autora no se considerara una buena escritora, pero lo cierto es que su obra tuvo ese conjunto de ingredientes que hacen que un libro llegue a mucha gente, al margen de la calidad literaria que pueda o no tener.
Evidentemente es un gran relato, un drama en el que se narra una parte importantísima de la historia norteamericana, su famosa guerra civil entre el norte y el sur. Nos cuenta además un gran romance y también nos presenta a multitud de personajes que en una época complicada, sobreviven como pueden.
En 1939 se adaptó esta novela al cine y eso consiguió que este drama, se difundiera aún más, en esta ocasión por todo el mundo. Es una película excepcional en la historia del cine por múltiples razones. Fue el film en el que más dinero se había invertido hasta aquel entonces y su rodaje fue tan conflictivo que el resultado de esos problemas, hizo que tres directores -entre ellos George Cukor y Víctor Fleming- participaran en su realización. También fue complicado encontrar a la actriz protagonista, e incluso la película se comenzó a grabar mientras se hacían castings a todas las actrices de la época. Finalmente apareció la actriz inglesa Vivien Leight, que encarnó como nadie a la señorita sureña dueña de Tara.
Tanto esfuerzo y tantas peripecias se vieron recompensados con los resultados. Esta película que dura cuatro horas, fue durante 20 años la película más premiada en la historia de la gran pantalla. Además 40 años después cuando se volvió a proyectar de nuevo en todos los cines del mundo, volvió a batir records de taquilla.
Fue por esa época en los años 80, cuando yo con trece años, fui al cine inducida por mi madre que adora el cine clásico y sobre todo esa película en concreto. Un año más tarde pude leer la novela, que también circulaba por mi casa, comprobando que de manera extraña la película se ciñó fielmente al libro alejándose muy poco de la historia.
Con el tiempo todos los que hemos visto el largometraje nos hemos quedado con el recuerdo del personaje principal, Escarlata OHara. ¿Quién no quiere tener la tenacidad, la valentía, esa capacidad de resurgir de las cenizas de esa mujer, que sacó un maravilloso vestido de unas cortinas de terciopelo para salir a la calle a buscar recursos y emprender una nueva vida después de una cruel guerra?
En los oídos nos retumban sus palabras: ¡a Dios pongo por testigo!
Lo cierto es que estas palabras las usamos mucho en la vida cotidiana todos, o ¿quién no ha dicho después de una monumental borrachera?:
-¡A Dios pongo por testigo, que no me vuelvo a tomar nunca más, tres copas!.- Esto se suele decir el día de la resaca. O peor aun:
- ¡A Dios pongo por testigo que no me vuelvo a tomar seis copas -la cuenta de antes estaba mal sacada- y además ya nunca más me dedico a mandar mensajes con el móvil, en esas condiciones! -Esto suele ser dos días después de la resaca, cuando aparece nuestro "yo" sereno que estuvo un par de días ausente.
Hay otros ¡A Dios pongo por testigo! más serios como ese de:
-no vuelvo a convivir con nadie.-Cuando te acabas de separar o el otro de:
-no me vuelven a suspender el carnet de conducir. -Que clama el pobre al que lo han suspendido por quinta vez.
Pero en mi casa lo que ha quedado de esa fascinación de mi madre por esta película, es algo que me hace mucha gracia, y es su manera burlesca de llamarme cuando me ve aparecer y si está hablando por teléfono, interrumpe la conversación para decirle a la amiga de turno que está al otro lado del auricular:
-acaba de llegar la señorita Escarlata, y es que hay historias que dejan huella.
M.Mitchell escribió un solo libro en su corta vida -murió muy joven atropellada por un coche- pero conoció la fama porque esa novela tuvo desde el principio una conexión con los lectores. Es curioso que la propia autora no se considerara una buena escritora, pero lo cierto es que su obra tuvo ese conjunto de ingredientes que hacen que un libro llegue a mucha gente, al margen de la calidad literaria que pueda o no tener.
Evidentemente es un gran relato, un drama en el que se narra una parte importantísima de la historia norteamericana, su famosa guerra civil entre el norte y el sur. Nos cuenta además un gran romance y también nos presenta a multitud de personajes que en una época complicada, sobreviven como pueden.
En 1939 se adaptó esta novela al cine y eso consiguió que este drama, se difundiera aún más, en esta ocasión por todo el mundo. Es una película excepcional en la historia del cine por múltiples razones. Fue el film en el que más dinero se había invertido hasta aquel entonces y su rodaje fue tan conflictivo que el resultado de esos problemas, hizo que tres directores -entre ellos George Cukor y Víctor Fleming- participaran en su realización. También fue complicado encontrar a la actriz protagonista, e incluso la película se comenzó a grabar mientras se hacían castings a todas las actrices de la época. Finalmente apareció la actriz inglesa Vivien Leight, que encarnó como nadie a la señorita sureña dueña de Tara.
Tanto esfuerzo y tantas peripecias se vieron recompensados con los resultados. Esta película que dura cuatro horas, fue durante 20 años la película más premiada en la historia de la gran pantalla. Además 40 años después cuando se volvió a proyectar de nuevo en todos los cines del mundo, volvió a batir records de taquilla.
Fue por esa época en los años 80, cuando yo con trece años, fui al cine inducida por mi madre que adora el cine clásico y sobre todo esa película en concreto. Un año más tarde pude leer la novela, que también circulaba por mi casa, comprobando que de manera extraña la película se ciñó fielmente al libro alejándose muy poco de la historia.
Con el tiempo todos los que hemos visto el largometraje nos hemos quedado con el recuerdo del personaje principal, Escarlata OHara. ¿Quién no quiere tener la tenacidad, la valentía, esa capacidad de resurgir de las cenizas de esa mujer, que sacó un maravilloso vestido de unas cortinas de terciopelo para salir a la calle a buscar recursos y emprender una nueva vida después de una cruel guerra?
En los oídos nos retumban sus palabras: ¡a Dios pongo por testigo!
Lo cierto es que estas palabras las usamos mucho en la vida cotidiana todos, o ¿quién no ha dicho después de una monumental borrachera?:
-¡A Dios pongo por testigo, que no me vuelvo a tomar nunca más, tres copas!.- Esto se suele decir el día de la resaca. O peor aun:
- ¡A Dios pongo por testigo que no me vuelvo a tomar seis copas -la cuenta de antes estaba mal sacada- y además ya nunca más me dedico a mandar mensajes con el móvil, en esas condiciones! -Esto suele ser dos días después de la resaca, cuando aparece nuestro "yo" sereno que estuvo un par de días ausente.
Hay otros ¡A Dios pongo por testigo! más serios como ese de:
-no vuelvo a convivir con nadie.-Cuando te acabas de separar o el otro de:
-no me vuelven a suspender el carnet de conducir. -Que clama el pobre al que lo han suspendido por quinta vez.
Pero en mi casa lo que ha quedado de esa fascinación de mi madre por esta película, es algo que me hace mucha gracia, y es su manera burlesca de llamarme cuando me ve aparecer y si está hablando por teléfono, interrumpe la conversación para decirle a la amiga de turno que está al otro lado del auricular:
-acaba de llegar la señorita Escarlata, y es que hay historias que dejan huella.
viernes, 3 de agosto de 2012
¿Y qué es un Blog?
No nos damos cuenta de que vivimos tan rápido que incorporamos las nuevas tecnologías a nuestra vida sin ningún tipo de planteamiento. Llegó Internet y nos cambió nuestra visión del mundo porque metió todo un universo dentro de nuestra casa tanto, que los televisores aunque tuvieran 30 pulgadas se quedaron enanos frente a la magnitud de información a la que de repente tuvimos acceso.
Dentro de ese universo se encuentran los Blogs, publicaciones digitales. Un forma concreta y diferente de comunicarnos, de encontrar información o transmitirla. También una manera muy libre y sencilla de poner nuestro pensamiento a circular por la red en forma de palabra escrita. Si además esta información va acompañada de ímágenes, música o proyecciones, nuestros sentidos estarán mucho más estimulados y nuestros conocimientos se ampliarán con más facilidad.
Aunque hay que decir que hay Blogs de todo tipo, para todos los gustos desde "el Blog de Manolo", hasta "el Blog de la Parroquia" pasando por los de bricolage, maquillaje y demás.
Si hacemos un repaso por la historia reciente de este tipo de comunicación entre el Blogger o Bloguero, persona que escribe el Blog y la persona que recibe la información vemos que fue en 1997 la primera vez que se utilizó el término Blog, que fue una palabra que surgió de la unión del vocablo WEB más LOG (diario en inglés), WEBLOG derivó posteriormente en BLOG.
A partir de ahí hasta hoy en día han surgido millones de Blogs en la red, siendo Estados Unidos el país líder en este tipo de publicaciones digitales.
El Blog se caracteriza principalmente por algo muy curioso y es que los consumidores de estas publicaciones digitales, tienen una capacidad de atención muy corta, de muy poca duración, como la de un niño de 5 años. Sí, los usuarios de estas publicaciones tanto por el tipo de soporte en que se encuentran, el monitor del ordenador, la pantalla del móvil y ahora en las tabletas, así como por la cantidad de estímulos que recibimos a la vez que estamos leyendo el Blog -mensajes electrónicos, facebook, etc.- le prestarán una atención muy limitada a estos escritos o a esta información.
Alguien en estos días me ha dicho que ha mirado por encima mi Blog y yo me he preguntado, que cómo se puede mirar por encima un texto ¿te lees la primera y la última línea? o sea, lo mismo que hacías cuando no te estudiabas un examen algo en lo que yo, y está mal que lo diga, era una experta.
El vicio de contar surge de las ganas de disfrutar compartiendo palabras que enredadas unas con otras puedan provocar cualquier tipo de reacción positiva. Y aunque sé que es muy complicado mantener la atención de los que abren la ventana de este vicio, e incluso mantener en el tiempo a "esa estupenda pandilla de amigos "viciosos", para mí es un estímulo tremendo, un reto, buscar un tema que me seduzca y me ayude a viciar a alguien nuevo o a los de siempre, aunque sea tan solo tres días más.
Así que distanciémonos del Blog de la Parroquia, con todos mis respetos para la Parroquia y busquemos más vicios que tengamos en común y aquí entre nosotros, vamos a contarlos.
Dentro de ese universo se encuentran los Blogs, publicaciones digitales. Un forma concreta y diferente de comunicarnos, de encontrar información o transmitirla. También una manera muy libre y sencilla de poner nuestro pensamiento a circular por la red en forma de palabra escrita. Si además esta información va acompañada de ímágenes, música o proyecciones, nuestros sentidos estarán mucho más estimulados y nuestros conocimientos se ampliarán con más facilidad.
Aunque hay que decir que hay Blogs de todo tipo, para todos los gustos desde "el Blog de Manolo", hasta "el Blog de la Parroquia" pasando por los de bricolage, maquillaje y demás.
Si hacemos un repaso por la historia reciente de este tipo de comunicación entre el Blogger o Bloguero, persona que escribe el Blog y la persona que recibe la información vemos que fue en 1997 la primera vez que se utilizó el término Blog, que fue una palabra que surgió de la unión del vocablo WEB más LOG (diario en inglés), WEBLOG derivó posteriormente en BLOG.
A partir de ahí hasta hoy en día han surgido millones de Blogs en la red, siendo Estados Unidos el país líder en este tipo de publicaciones digitales.
El Blog se caracteriza principalmente por algo muy curioso y es que los consumidores de estas publicaciones digitales, tienen una capacidad de atención muy corta, de muy poca duración, como la de un niño de 5 años. Sí, los usuarios de estas publicaciones tanto por el tipo de soporte en que se encuentran, el monitor del ordenador, la pantalla del móvil y ahora en las tabletas, así como por la cantidad de estímulos que recibimos a la vez que estamos leyendo el Blog -mensajes electrónicos, facebook, etc.- le prestarán una atención muy limitada a estos escritos o a esta información.
Alguien en estos días me ha dicho que ha mirado por encima mi Blog y yo me he preguntado, que cómo se puede mirar por encima un texto ¿te lees la primera y la última línea? o sea, lo mismo que hacías cuando no te estudiabas un examen algo en lo que yo, y está mal que lo diga, era una experta.
El vicio de contar surge de las ganas de disfrutar compartiendo palabras que enredadas unas con otras puedan provocar cualquier tipo de reacción positiva. Y aunque sé que es muy complicado mantener la atención de los que abren la ventana de este vicio, e incluso mantener en el tiempo a "esa estupenda pandilla de amigos "viciosos", para mí es un estímulo tremendo, un reto, buscar un tema que me seduzca y me ayude a viciar a alguien nuevo o a los de siempre, aunque sea tan solo tres días más.
Así que distanciémonos del Blog de la Parroquia, con todos mis respetos para la Parroquia y busquemos más vicios que tengamos en común y aquí entre nosotros, vamos a contarlos.
sábado, 28 de julio de 2012
Lengua y Pensamiento
Javier Marías es un autor maravilloso y uno de mis favoritos. Es un escritor madrileño muy notable, que ha ganado multitud de premios literarios entre ellos el premio Estatal de Literatura europea 2011, premio que dicho sea de paso, sólo tenía un escritor español antes que Marías y que demuestra que es muy reconocido fuera de las fronteras españolas.
Como nadie es profeta en su tierra aún la crítica española dice de él que es "una joven promesa", pero lo cierto es que ni es joven, ni tampoco una promesa. Es un hombre que se encuentra en una estupenda madurez y un escritor consagrado, con una prosa inteligente, culta y que además cuenta historias que nos embaucan y que describen la psicología humana de una forma muy profunda.
En el libro que me estoy leyendo Una lección pasada de moda, recopilación de artículos suyos publicados en la prensa, hallé uno que me pareció especialmente interesante, habla sobre la lengua y el pensamiento. El autor se plantea en dicho artículo:
(...)es raro e incomprensible que haya diferentes idiomas para decir esencialmente lo mismo y nombrar los mismos objetos y los mismos sentimientos y pensamientos.
¿Por qué todos hablamos en una lengua u otra, cuando lo lógico y lo fácil sería que simplemente habláramos a secas, igual que tan solo pensamos?
Pues sí que sería mucho más fácil. Ya nos resulta bastante complicado traducir el pensamiento a la lengua como encima además como dice el autor, cada uno utilizar bien o mal su lengua materna, nosotros los canarios nuestro dulce dialecto canario, de eses aspiradas y no silvantessssh.
El otro día sentada con una amiga en un banco frente a la peña de la Vieja, con una luna maravillosa que proyectaba su luz sobre la espectacular barra y hablando del tema que contiene este artículo, nos dimos cuenta de que el vocablo pensamiento contiene la palabra miento. Y juro que el helado que nos estábamos comiendo, no contenía ninguna sustancia alucinógena.
Será por eso por lo que cuando pasa alguien que conocemos y decimos con la boca pequeña:
-es un buen chico. Es probable que nuestra lengua, esté traduciendo falsamente a nuestro pensamiento:
-me cae fatal.
Pero donde vemos claramente lo difícil que es hacer estas traducciónes de la mente a la palabra, es en estos dos ejemplos. Uno es cuando nos enamoramos de alguien.
Cuando nuestro pensamiento capta que nos están temblando las rodillas, que el corazón nos late fuertemente y que casi nos falta la repiración, nuestra traducción de todo este terremoto interior, pasa a ser un pobre:
-me gustas y mucho. Quedándonos tan contentos con semejante declaración inexacta.
El otro ejemplo es el caso contrario, cuando habiendo descubierto que nuestro amor ya dejó de ser un amor y no sabemos en que parte del camino dejamos la pasión y toda aquella agridulce inquietud del principio. Que queremos proseguir el camino solos... convertimos toda esa decepción en la escueta canción de un bolero que dice: ya no te quiero, ¡ya no te quiero!, perdóname y ¡adiós!
Como nadie es profeta en su tierra aún la crítica española dice de él que es "una joven promesa", pero lo cierto es que ni es joven, ni tampoco una promesa. Es un hombre que se encuentra en una estupenda madurez y un escritor consagrado, con una prosa inteligente, culta y que además cuenta historias que nos embaucan y que describen la psicología humana de una forma muy profunda.
En el libro que me estoy leyendo Una lección pasada de moda, recopilación de artículos suyos publicados en la prensa, hallé uno que me pareció especialmente interesante, habla sobre la lengua y el pensamiento. El autor se plantea en dicho artículo:
(...)es raro e incomprensible que haya diferentes idiomas para decir esencialmente lo mismo y nombrar los mismos objetos y los mismos sentimientos y pensamientos.
¿Por qué todos hablamos en una lengua u otra, cuando lo lógico y lo fácil sería que simplemente habláramos a secas, igual que tan solo pensamos?
Pues sí que sería mucho más fácil. Ya nos resulta bastante complicado traducir el pensamiento a la lengua como encima además como dice el autor, cada uno utilizar bien o mal su lengua materna, nosotros los canarios nuestro dulce dialecto canario, de eses aspiradas y no silvantessssh.
El otro día sentada con una amiga en un banco frente a la peña de la Vieja, con una luna maravillosa que proyectaba su luz sobre la espectacular barra y hablando del tema que contiene este artículo, nos dimos cuenta de que el vocablo pensamiento contiene la palabra miento. Y juro que el helado que nos estábamos comiendo, no contenía ninguna sustancia alucinógena.
Será por eso por lo que cuando pasa alguien que conocemos y decimos con la boca pequeña:
-es un buen chico. Es probable que nuestra lengua, esté traduciendo falsamente a nuestro pensamiento:
-me cae fatal.
Pero donde vemos claramente lo difícil que es hacer estas traducciónes de la mente a la palabra, es en estos dos ejemplos. Uno es cuando nos enamoramos de alguien.
Cuando nuestro pensamiento capta que nos están temblando las rodillas, que el corazón nos late fuertemente y que casi nos falta la repiración, nuestra traducción de todo este terremoto interior, pasa a ser un pobre:
-me gustas y mucho. Quedándonos tan contentos con semejante declaración inexacta.
El otro ejemplo es el caso contrario, cuando habiendo descubierto que nuestro amor ya dejó de ser un amor y no sabemos en que parte del camino dejamos la pasión y toda aquella agridulce inquietud del principio. Que queremos proseguir el camino solos... convertimos toda esa decepción en la escueta canción de un bolero que dice: ya no te quiero, ¡ya no te quiero!, perdóname y ¡adiós!
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