lunes, 29 de abril de 2013

Curiosidades y opiniones sobre El Mago de OZ.

   Se dijo que Lyman Frank Baum un padre de familia nacido en Nueva York había escrito su cuento El mago de Oz en 1899 con connotaciones político-sociales. Esta teoría  tal vez provenga de que se trata de de una historia diferente y difícil de encasillar y además de que algunos elementos que aparecen en el cuento, como son el camino de las baldosas amarillas, identificados con el oro y por lo tanto con la riqueza, y los zapatos de plata que le son dados a la protagonista Dorothy Gale por el hada - en la película de rubí rojos- así como el pueblo donde todo comienza, situado en el Estado agrícola de Kansas, hicieron pensar que la chica seguía "el sendero hacia una economía mejor y a un mundo más rico del que provenía".

   Pero lo que sí consiguió el autor, que por cierto no era escritor y este fue su primer cuento, es que todos los que  hemos disfrutado de esta maravillosa historia en alguna ocasión, nos  hemos sentido identificados con alguno o con varios de los cuatro personajes principales: el león que representaba la falta de valor, el espantapájaros que va en busca de un cerebro, el hombre de hojalata que no posee un corazón y Dorothy que al principio anhela la felicidad pero cuando sale de su casa se da cuenta de que ya era feliz y no lo sabía.

   El mago de Oz es un cuento totalmente atemporal y que no le es indiferente a nadie. Es más yo diría que en estos tiempos que corren tiene aún mayor vigencia. El valor, los sentimientos, la "buena cabeza" y la búsqueda y creación de un hogar donde sentirnos seguros son nuestras principales inquietudes, lo fueron el siglo pasado y lo siguen siendo mucho más en este, sobre todo en esta época tan complicada en la que estamos inmersos.
   El ser humano que es el animal más indefenso y frágil de todo los animales que pueblan el planeta Tierra, no solo necesita de muchos recursos psicológicos para poder sobrevivir óptimamente, además necesita de sueños que alcanzar -e incluso inalcanzables- que muchas veces son el motor que hace que continue la marcha.
   Además de identificar a los personajes con nosotros mismos, también somos capaces de ver reflejados en la historia a gente que tenemos a nuestro alrededor, como la persona que huye de las situaciones adversas y es incapaz de enfrentarse a los problemas porque no tiene el coraje suficiente, el que se insensibiliza  permanentemente por voluntad propia para no sufrir nunca más o el que vive de forma loca e irreflexiva para no tener que pensar en nada. También está el que anda buscando una quimera sin mirar lo que tiene cercano.
   En 1939 se hizo una fantástica película que es hoy una obra de culto y que casi 75 años después sigue gustando a personas de cualquier edad. Los niños quedan embaucados por la trama -doy fe de ello- y si mañana decides verla no te va a defraudar.
   Cuando descubrimos como se hizo este film nos damos cuenta de que en ocasiones una sucesion de casualidades unidas al trabajo bien hecho claro está, hacen que una obra se convierta en algo muy especial, en una obra maestra. Para mencionar algunas curiosidades de la película diré que participaron en ella cuatro directores entre ellos King Vidor -que hace también de actor- y Víctor Fleming, el mismo de Lo que el viento se llevó.
   Fue rodada en blanco y negro y en lo que antes se llamaba Tecnicolor, para diferenciar el mundo real y rural de Kansas, del mundo fantástico en donde habitaba el Mago de Oz, un efecto innovador para la época y un recurso que se sigue usando hoy en día y nos sigue sorprendiendo.
   Otro dato curioso es que la canción Somewhere over the rainbow que canta al principio de la película una joven Judy Garlan de dieciséis años, estuvo a punto de ser eliminada porque se consideraba muy lenta para un musical. Ese año ganó el Oscar a la mejor canción -la película también se llevó el Oscar a la mejor banda sonora- y ya sabemos que desde 1939 hasta hoy es la canción más cantada en EEUU.
   Por otra parte una amiga me contó que el actor que interpretaba al hombre de hojalata murió a consecuencia de la pintura tóxica, que se utilizó para caracterizarlo, y es que en esta película se puso un interés desmesurado ya que se trataba del primer cuento en el que aparecían personajes y lugares propios de Estados Unidos. Antes de que se publicara esta historia en 1900, los cuentos que se contaban en este país eran europeos.

   Una de las tantas moralejas que posee esta fábula proviene del "particular" mago de Oz. Se trata de un falso mago al cual todos van a buscar para pedirle un deseo y conseguir sus anhelos y él es un hombre normal que utilizando algunas estratagemas, como una gran careta y un artilugio que amplifica la voz, se hace pasar por un Gurú que en realidad lo único que hace es usar el sentido común.
   La enseñanza consiste en que las soluciones están dentro de nosotros. El mago le dice a Dorothy, que deseaba volver a su casa, que ella siempre supo volver. No se trata de un acto de magia sino de buscar en nuestro interior la fuerza que necesitamos para conseguir lo que anhelamos.

   Pues usemos el sentido común del Mago de Oz. No seamos el león sin valor, rebusquemos en nuestro interior y quitemos las telas de arañas a esos sentimientos escondidos y sobre todo busquemos la felicidad bajo nuestros pies.
   Para no ser menos yo también me identifico mucho con esta historia y me he dado cuenta de que tengo una predilección extraña por los zapatos rojos. Debe ser que cada vez que me pongo unos me siento como una Dorothy que va en busca del lejano Arco Iris, donde dicen los soñadores y los locos que se encuentra la felicidad y es que no lo puedo remediar me gusta lo inalcanzable, ya lo dice la canción, SOMEWHERE OVER THE RAINBOW...

    

miércoles, 24 de abril de 2013

¡ Y por fín llegó Abril !

   Siempre me ha llamado la atención los ríos de tinta que han corrido en torno al cuarto mes del año.
Poetas, músicos y locos han cantado a este mes que parece que es único, mágico, que está cargado de lunas plenas, luminosas,  lleno de noches en las que se respira otro aroma diferente al que nos envuelve el resto del año.
   Tardes de Abril, noches de Abril, lunas de Abril... cuántas historias comenzaron de esta manera ubícándonos en ese tiempo que parece que está envuelto por una atmósfera que sólo existe ese mes.
   Se ha querido relacionar el nombre de Abril con el verbo Abrir, tal vez porque en ese tiempo se "abre" la primavera. Siempre ha sido considerado como un mes "revoltoso", cambiante. Un tiempo en el que se mezclan los días de invierno con los nuevos días soleados.
   Sube la temperatura, florecen los campos, vuelan los insectos, algunas aves retornan de su exilio invernal pero sobre todo la subida térmica desencadena un ritmo ascendente de la savia y de la sangre. El sabio refranero popular se hace eco de esta reverberación de la naturaleza: en abril cortas un cardo y te crecen mil.
   Pero ya dije que los poetas se han encargado de exaltar este momento del año en el que parece que renacemos, o al menos deberíamos renacer.
   Antonio Machado lo tenía muy presente en muchos de sus poemas al ser un hombre que amaba el campo y en su poesía encontramos estos versos:
      Abril florecía
      frente a mi ventana
      entre los jazmines
      y las rosas blancas.
   En otro de sus poemas nos imaginamos ese día lluvioso y melancólico:
      Son de abril las agual mil.
      Sopla el viento achubascado
      y entre nublado y nublado
      hay trozos de cielo añil.
   Parece que este mes es un personaje más en la poesía del poeta andaluz:
      Era una mañana y abril sonreía
      frente al horizonte dorado moría
      la luna, muy blanca y opaca.
   Pero no fue el único Antonio Machado el que se enamoró del mes de Abril. Otro andaluz Federico García Lorca vuelve a personificar este mes en su poesía :
      ¡ Abril divino, que vienes
      cargado de sol y esencias
      llena con nidos de oro
      las floridas calaveras!
   Y de los poetas andaluces a la poesía chilena con su máximo exponente Pablo Neruda. También se dejó hechizar por el mes de Abril pero no para reflejar el explendor de la vida, sino para expresar que cuando el amor se pierde siempre es peor que suceda en Abril. Con estos hermosos versos el poeta le dice a la amada:
      Yo estaré tan lejano que tus manos de cera
      ararán el recuerdo de mis ruinas desnudas.
      Comprenderás que puede nevar en Primavera
      y que en Abril las nieves son más crudas.
   En este poema precisamente  de Pablo Neruda se inspiró Joan Manuel Serrat al componer una de sus canciones más optimistas y poéticas:
      Especialmente en Abril
      se echa a la calle la vida,
     y al corazón, como al sol,
      se le alegra la mirada.
      Especialmente en Abril
      la razón se indisciplina
      y como una serpentina
      se enmaraña por ahí.
   Tampoco este mes le fue indiferente al compositor de coplas granadino Carlos Cano, esta canción con una música que mezcla el fado portugués y la copla andaluza siempre me ha fascinado, ahí va un trocito de la letra, es otro canto a la vida y al mes más loado del calendario:
      Abril para vivir, abril para cantar
      Abril flor de la vida al corazón.
      Abril para sentir abril para soñar,
     Abril la primavera amaneció
      la luna fue en abril, en Abril fue el amor
      que un día entre rosas despertó.
      Abril para vivir, Abril para soñar
      Abril para encontrar un nuevo amor.
   Y termino este recorrido poético con un poeta urbano que escribe su poesía en forma de canción y que identificó a este cuarto mes con la mismísima felicidad. ¿Quién no conoce esta letra archiconocida?
      ¿Quién me ha robado el mes de Abril?
      ¡Cómo pudo sucederme a mí! pero,
      ¿Quién me ha robado el mes de Abril?
      lo guardaba en el cajón, donde guardo el corazón.
  
   Pues mundo nos queda tan sólo una semana para que Abril "expire" y que no vuelva más hasta el año que viene. Así que salgamos a la calle, respiremos hondo, agudicemos todos los sentidos para percibir esa sensación, para impregnarnos de esa algarabía de la que hablan Machado, Lorca y Serrat.
Tengamos bien abiertos "los móviles" para recibir todos esos whatssaps de las personas que como nosotros, han entrado en "el trance de Abril", que la vida se vive una vez y que si tanta gente ha cantado a esta época, debe ser que algo nos rodea y hay que disfrutarlo.
   Abril aunque yo no sea  poeta, muéstrame a mí también tu cara complaciente.









jueves, 21 de marzo de 2013

Relaciones@.com

   Un día una amiga se me plantó delante y con ojos de drama me dijo: me ha bloqueado.
   Tengo que admitir que me costó un poco ubicar la afirmación porque en principio pensé en un bloqueo sentimental, tal vez ella y su pareja no hablaban lo suficiente, también podría ser un bloqueo sexual, intenté imaginar, las cosas entre dos son muy complicadas. Pero mi amiga tuvo que haber adivinado todas mis elucubraciones y añadió la palabra mágica,-del whatssap, me ha bloqueado en el whatssap-.
   Pues si que era peliaguda la cosa porque ¿qué puedes hacer en ese caso? Comunicación cortada, borrada del ciberespacio si no borrada, "acallada". Me recordó ese estado a una película de Superman en la que los malos fueron incrustados en un cristal y vagaban errantes por el universo, metidos en un grito. Esto era algo parecido, un bloqueo comunicativo no puedes decir ni ¡ay!  ni  ¡Yo no fui! Y lo peor de todo no puedes ver a qué hora se conecta o desde cuándo no se conecta, porque la bendita aplicación nos ha convertido a todos  en espías sin quererlo. Es curioso como alguien ve que te has conectado por última vez a las cinco de la mañana, a uno que le gusta trasnochar, y a las ocho te manda un mensaje diciendo ¿qué hacías despierto a esa hora? Y yo pregunto, si sabes que me acosté tarde porque te lo dijo el chivato,¿a qué me despiertas con un whatssap mañanero?
Por otra parte están los whatssap de grupo, esos chats imposibles que son una nueva manera de comunicarse y expresar "tonterías escritas". Y no porque las personas que los utilicen sean tontas, sino porque no te vas a poner a escribir grandes pensamientos con ese mini teclado incómodo, en el que solo te dan ganas de poner abreviaturas o expresiones como ¡ah!
   Pero es muy frecuente estar esperando un whatssap de alguien que tal vez te interesa más de lo normal, mirar el móvil, ver ese circuito verde en la parte superior izquierda del aparato, abrir la aplicación y ¡zas!, el grupo que se denomina "los mudos en bicicleta" tiene 80 mensajes que tú ni has leído, ni piensas leer porque las últimas intervenciones son algo así como:
-yo te lo dije.
-Jajjjajaja.
-Ya me parecía a mí.
-Jajjjajaja.
   Ante esta conversación tan inteligente ni te planteas ir hacía atrás, a leerte los setenta y pico mensajes anteriores y te sientes reconfortado de no entrar en semejante comunicación. Te vas a dormir tranquilamente y a la una de la madrugada te suena el whatssap. Lo abres pensando en algo importante y te aparece la risa enlatada de uno de "los mudos" que acaba de llegar a su casa y sí, se acaba de leer los 80 mensajes y le han hecho gracia.
   Además de la situación de mi amiga, también hay otra similar que es que alguien te borre del facebook, que deje definitivamente de ver tus fotos desde el año 2009 en que abriste la cuenta para no poderla cerrar jamás en la vida, porque es muy difícil desaparecer de una cuenta de esa red social. Que por cierto para los que lo necesiten, hay una empresa que se llama teborro.com un dato muy significativo y que nos hace comprender como se está poniendo de complicado  desaparecer totalmente de internet.
  Pero si alguien te ha desterrado de su vida y ya no formas parte de sus contactos del whatssap ni de sus amigos del facebook, pues tal vez sea hora de volver a la prehistoria y probar a tener relaciones antiguas en las que la gente hablaba cara a cara, y no a través de emoticonos y pictogramas, en las que dábamos palmaditas en la espalda, apretones de manos, picábamos un ojo, mirábamos con picardía y deseo o hasta con desprecio. El mundo en que nos visitábamos para compartir café y conversación, teníamos vidas individuales no conectadas a máquina alguna. Y si nos sucedían cosas no le sacábamos fotos al suceso para mandárselas corriendo a alguien, sino que teníamos que esperar a llegar a casa y ante la cena, contábamos lo acontecido en el día.
   Y tal vez sea yo la persona menos indicada para hablar de esto ya que soy una consumidora de todas las redes y aplicaciones existentes, pero si es en cuestión de relaciones personales, prefiero mil veces lo real a lo virtual.
   En la copla andaluza  que me apasiona "Las cinco farolas" del maestro Juan Solano, la amante hablaba de la vereda que su amor tomaba para visitarla y decía:
"Entre su casa y mi casa la vereda madre, no cría hierba".
Cuando su amor la abandona llora desconsolada:
"La veredita madre, está cuajada de hierba, cuaja de hierba". El amor ya no la visita, ya no la escucha ni la quiere.
   Esto es lo mismo que me dijo mi amiga con lágrimas en los ojos pero con el lenguaje de este siglo XXI -Me ha bloqueado en el Whatssap-.
   Si el maestro Juan Solano levantara la cabeza y oyera esta conversación no sabría de lo que estamos hablando, aunque curiosamente sea de lo mismo que él escribió en su fantástica copla.

domingo, 3 de marzo de 2013

Microcuentos III. La Mudanza.

Hubo una época en la que mi sueño más feliz era mudarme. Mi paraíso onírico consistía en ver una pila de cajas embaladas y un montón de hombres fuertes vestidos de riguroso azul, cargándolas y llevándolas a un gran camión que me llevaba a "Villa Libertad". Y el momento había llegado. Allí me encontraba yo en medio de aquel salón ya vacío, de paredes desconchadas y desnudas buscando en ellas como una arqueóloga los restos de mi pasado. La imagen desoladora que había adquirido la casa al quedarse vacía y el sonido de mis pasos que resonaban en todo aquel triste espacio me causaron pena. Me acordé entonces de un día en que paseando por una calle leí en la pared de una antigua casa una frase que alguien había escrito con un spray de tinta: "en esta casa se ha amado mucho". ¿Qué pondría yo en estas paredes para que alguien supiera cómo se ha vivido aquí? Tal vez escribiría: "esta casa ha sido mi hogar y mi prisión". Es el único espacio que ha sido mío y sin embargo es el único cautiverio que he conocido en mi vida. Pero no iba a escribir nada en las paredes, en aquel lugar todo estaba dicho y vivido. Con todos estos pensamientos en la mente me fui acercando a la puerta en la que me detuve para echar el último vistazo, la última mirada intentando no convertirme en estatua de sal. Entre lágrimas y suspiros logré cerrar la puerta por fin. Nunca he sabido si aquel llanto era de pena o de felicidad. Siendo animales de costumbres como somos a veces estamos aferrados a los cautiverios en los que vamos cayendo en la vida sin darnos cuenta. Aceleré el paso después de cerrar aquella puerta para siempre y entonces mi percaté de que me sentía más ligera, notaba como si me hubieran salido alas en los talones como Aquiles, aquel héroe que estaba tocado por la mano de los dioses. Yo también empezaba a notar que mi suerte había cambiado, los dioses por fin estaban de mi parte y me sentí bendecida por ellos.

miércoles, 13 de febrero de 2013

De pequeña quería ser mayor.

   En una excursión que hice el otro día con mis alumnos desde Maspalomas a Telde le dije a una pequeña alumna, con la intención de que permaneciera sentada  tranquila todo el trayecto, que mirara por la ventana atentamente que a mí me habían dicho que muchos osos pululaban a sus anchas por la zona. Así que si ella se quedaba quietecita en el sillón de la guagua, no tardaría en ver a alguno de aquellos animales. También le dije a la niña que si veía a uno de aquellos peludos ositos, que no dudara en avisarme, que yo también quería disfrutar de ese momento especial.
   Me senté convencida de que la niña ya no intentaría moverse del asiento y que se quedaría mirando el seco paisaje de nuestro trayecto, que era  lo que yo también pretendía, pero mi sorpresa y la gracia que me produjeron sus palabras diez minutos después fueron enormes cuando con su dulce vocecita me avisó con gran entusiasmo: Bea un oso.
   Hasta que llegamos a Telde aparecieron diez osos que por los visto, paseaban a sus anchas por Juan Grande, el Polígono de Arinaga y El Goro. Diez osos que yo con mis ojos de adulta no pude ver desgraciadamente, aunque la imaginación de la niña los iba vislumbrando uno a uno y además fue contagiando a sus compañeros que se pusieron a mirar con más detenimiento por los ventanales del autobús y empezaron a avisarme de la aparición de otros animales que extrañamente paseaban también por el hábitat sureño. Me avisaron de la existencia de lagartos, algún caballo y creo recordar que alguien fue capaz de ver un pulpo, que no sé si fue visto vivo o muerto. 
   Y reflexionando sobre ese maravilloso momento que viví con los niños me acordé de que yo cuando era pequeña quería ser mayor. Tenía mucha prisa por dejar atrás el mundo de los niños, quería ponerme zapatos de mayor y recorrer con ellos todo el camino que me fuera posible. 
   Trabajar como hacían los adultos y tener mi dinero y no la paga semanal. Conducir un coche que me llevara muy lejos, como hacía mi padre que cogía el volante con una mano y apoyaba el codo en la ventanilla transmitiendo la seguridad de que para él, conducir estaba "chupado".
   Darle un beso a alguien que me pareciera muy guapo, muy listo y muy simpático y cerrar los ojos en ese momento y ver cientos de estrellitas, como veía yo que les pasaba a los protagonistas de alguna película romántica que me habían dejado ver. Si, el mundo de los adultos para mis ojos de niña era lo mejor que me podía ocurrir y no veía el momento de llegar a ese punto que adelanté todo lo que puede cuando  llegué a la adolescencia y utilicé esa etapa como un trampolín para saltar a la vida real, sin mirar atrás.
   Y ahora desde esta posición de mayor veo que algunas veces los caminos, aquellos que yo quería recorrer, en ocasiones tienen límites, que mi coche conducido a la manera de mi padre, ¡por supuesto! no puede llevarme tan lejos como yo quisiera,  que el dinero que me dan por mi trabajo, que adoro, no es el tesoro que yo pensaba cuando era niña.
   También me he percatado aunque nunca renuncio a ellos, que los besos que vienen "con estrellitas" tienen efectos secundarios y a veces después de experimentarlos producen un extraño dolor entre el pecho y el estómago, algo que nunca nadie me contó ni que salió en película alguna.
   Pero afortunadamente la vida siempre da oportunidades de volver atrás o al menos me la da a mí cada día cuando voy a mi trabajo y  los niños me dan la lección del otro día y  me enseñan que nunca hay que perder la imaginación y dejar de soñar. Ver la vida a través de otros cristales que no sean sólo los de la realidad  pura y dura.
   Puede ser que si uno es capaz de seguir soñando cuando ya hace tiempo que has dejado de ser un niño, todo lo que sueñes se te puede convertir en realidad aunque sea algo tan inverosímil como la existencia de osos en el sur de Gran Canaria.

¿Cuál es tu diminutivo?

Una de las cosas por las que nos caracterizamos los seres humanos es porque cuando vivimos en pareja solemos ponerle al objeto de nuestros deseos un gracioso diminutivo, que es personal e intransferible como las tarjetas de crédito. Ese nombre cortito, ridículo la mayoría de las veces y que sin saber porqué cuando comenzamos una relación con alguien nos llena de "orgullo y satisfacción", es como un sello semántico que nos coloca nuestro amor o que ponemos nosotros y que nos va a acompañar a lo largo de toda nuestra andadura amorosa. Yo creo que hay tantos diminutivos cariñosos como tipo de personas existen. Y si no hagamos un pequeño análisis del asunto. Están los clásicos que se adoptan así, sin pensarlo mucho y que los suelen decir personas comedidas y hasta yo diría con poca imaginación son el CARIÑO o CARI, AMOR, CORAZÓN, etc. De este tipo hay una variante que siempre me ha llamado la atención y que no sé si me hace gracia o me causa desespero, se trata del diminutivo clásico pero con modificaciones. Por ejemplo en vez de decir AMOR, los cariñosos amantes se dicen MO. Espero no ofender a nadie pero yo sobre ese sonido nasal, porque los que lo dicen suelen expulsar el aire por la nariz cuando pronuncian la amorosa sílaba. Siempre he tenido mis dudas ¿cómo te puede querer alguien que te llama así? Otros a los que suele recurrir mucho la gente son todos aquellos que tienen la letra CH, esa que ha aniquilado la Academia de la lengua (RAE). Son el CHURRI, PICHURRI, CACHULI, CHUCHI... y demás familia. De este tipo hay uno que es bastante sospechoso porque aunque parezca inofensivo no creo que lo sea tanto y es CHUKI, ¿no se llamaba así el muñeco diabólico? Cuidado, cuidado con aquellos que te llaman así porque eso no puede traer nada bueno. Luego hay otros vocablos que son ideados por gente original y que piensa, son los se que crean exclusivamente para ti porque nadie en el mundo tiene el honor de llamarse de esa manera. Paso a describir una situación concreta que lleva a alguien a hacer una creación tan original. Un verano has ido a la playa y te has puesto negro como un tizón y tu amorcito con el que acabas de comenzar un idilio te bautiza con el nombre de conguito, y conguito te quedas durante 20 años. Escucharás aquello de : --conguito te quiero mucho, conguito no puedo vivir sin ti, o conguito te lo dije-. Da igual que lleguen los inviernos y tu piel esté amarilla como la yema de un huevo el conguito se lleva con orgullo hasta el último día de la relación. Y ahí viene el problema en el final de la relación, porque en esos instantes ese diminutivo fantástico se va quedando descolorido y toda la ridiculez que no vimos al principio, aparece de repente. Es patético cuando en pleno epicentro de la ruptura oyes a tu alrededor la palabra PICHURRILITA y un lagrimón rueda por tu mejilla porque sabes que nunca más, nadie, jamás de los jamases te va a llamar así. Y en vez de sentirte contento porque te han quitado ese INRI de encima te sientes desdichado. Pero sabiendo como sé, que la realidad supera la ficción ¿serías capaz de decirme como te llaman a ti y cuál es tu diminutivo?

martes, 27 de noviembre de 2012

Si lo sé me callo.

   Cualquier persona que se relacione con niños, bien porque sea padre o madre o porque se dedique a la enseñanza ha podido comprobar que las niñas adquieren la capacidad de hablar antes que los varones, maduran linguísticamente con anterioridad. Es decir, que desde pequeñas las mujeres vamos haciendo prácticas en ese aspecto de una manera precoz. Por tanto si hay un género que verdaderamente tiene el vicio de contar ese es el género femenino. Tal vez por eso llegamos a la madurez con esa "incontinencia verbal" que tanto mal nos puede hacer a veces y me explico.
   Lo cierto es que las mujeres tenemos la "manía" de aclararlo todo hasta lo imposible de aclarar, lo que no se debe esclarecer, lo que hay que dejar en el olvido y no volverlo a sacar a colación nunca más.
   Una vez le escuché decir a Gabriel García Márquez en una entrevista, que él adoraba a las mujeres y las admiraba muchísimo, pero que no entendía esa manera que teníamos de "descuartizar" la información hasta el punto de que queríamos esclarecerlo absolutamente todo.
  Es muy probable que este hombre al que admiro tanto pueda tener razón. Es muy común escuchar de nuestros labios frases como:
-Cariño tenemos que hablar. Quiero hablar contigo-. O en el peor de los casos, ya a la desesperada:       Necesito hablar de lo nuestro-. A todos estos reclamos "el interlocutor" o sea "el otro", te mira con cara de artista de cine mudo, pensando además que él ni quiere ni necesita hablar, -¿HABLAR? ¿HABLAR DE QUÉ? si va a empezar la segunda parte del partido y no es el momento. Yo que estaba tan tranquilo y no tenía ganas de discutir-. Porque para él, HABLAR a veces es sinónimo de DISCUTIR. Él piensa: -ya verás, empezaremos bien y esto se convertirá en la historia interminable-.
   Y entonces comenzamos nuestra retahila, una de esas aclaraciones que se empieza a convertir en monólogo, que cuando  nos embarcamos en ella no sabemos ni a donde nos va a llevar pero  que nosotras seguimos adelante con el "mitin" PORQUE LO QUE SE EMPIEZA, SE ACABA.
   A él le sale en ese momento la mejor interpretación de todos los tiempos como actor de cine "no sonoro", o sea silencioso que es capaz de callarse ante incluso la afirmación más rocambolesca y punzante que a ti se te pueda ocurrir.
   Y siempre me he preguntado como lo hacen, como pueden tener la capacidad de mirarte, poner cara de pócker e incluso de preguntarte en uno de esos momentos críticos:-¿tú no tienes hambre?-, haciendo de esa manera el mejor intento de "la historia" de cambiar de tema, con un giro que ríete tú de los giros que daban los ovnis en el "espacio infinito".
   Bromas aparte creo que las mujeres tenemos una capacidad de comunicación extraordinaria, algo que en nosotras es muy valioso y que nos hace ser conciliadoras, en la mayoría de los casos. Y que de los hombres debemos aprender ese lado práctico que le aplican a todo, ese eslogan que parece que tienen de "si tiene solución no te preocupes por ello y si no tiene solución tampoco porque nada se puede hacer".
   Está claro que el binomio hombre/mujer ya sea como pareja o como amigos, es una combinación maravillosa y calladas o enfrascadas en nuestros mejores circunloquios, necesitamos de esos "mudos fantásticos".