Y la vida que empuja al primer amor maravilloso, al primer baile, al primer beso ...y mis manos que se agarran a esas otras hermosas manos, tan recias y frágiles.
Y la vida que sigue con sus robos y sus recompensas, con sus lágrimas y sus risas, y yo estrecho esas manos para continuar el camino, para poder levantarme en las caídas. Y siempre están ahí para mi, me hacen fuerte, son el antídoto de la soledad y el desconsuelo.
El recuerdo más cercano e intenso que poseo es el de mis manos amantes, tristes y temblorosas acariciando tu cabeza de anciana que se esfuerza por existir un día más.
Y a partir de ahí de nuevo la vida...
porque ese amor ha sido mucho y bueno, porque al final tus manos me hicieron fuerte, alegre y cálida.
Y le canto a la vida porque tus manos siempre tenderán a las mías y porque la vida maravillosa que tú me enseñaste a vivir, no se acaba con la muerte.
lo mas bonito que le puedes haber dedicado tanto a ella como a ti..... precioso!!!
ResponderEliminarGracias Bea por compartir esto conmigo. Tuvimos la suerte de tener madres maravillosas. Tuvimos la mala suerte de perderlas pronto. Porque siempre es pronto para perder a una madre.
ResponderEliminarPero somos afortunados por su legado, por el infinito amor que dejaron en nosotros.
Ellas siguen aquí. De otra forma, pero siguen.
En la habitación de al lado...