martes, 23 de diciembre de 2014
Un paseo por la puntilla en la playa de Las Canteras.
La historia de la playa de Las Canteras comenzó en la puntilla y conociendo estos lugares podemos saber como se formó nuestra ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, desde esta zona tan particular que forman el istmo y La Isleta.
La realidad es que a finales del siglo XIX los canarios vivían de espaldas a la playa. Esa zona maravillosa, parque natural del que disfrutamos los habitantes de Gran Canaria no existía como tal porque el concepto de vida al aire libre cerca del mar era algo que aparecería más tarde. Fueron los ingleses y otras personas que provenían de fuera los que nos trajeron esas costumbres de broncearnos al sol, de prácticar deportes acuáticos y de vivir la vida disfrutando de un paisaje único que nos acompaña a todos los habitantes de esta maravillosa ciudad. Pero antes de que esto sucediera el grancanario acudía a la playa a buscar su sustento, la pesca, que en aquellos años era muy abundante en la zona. Aún ahora podemos ver las barquitas en la arena resto de lo que fue antaño una zona de pescadores. También prueba de esta actividad fue la existencia en el lugar de una fábrica de conservas , la Factoría de los Escobios, situada en donde se encuentra actualmente el restaurante La Marinera.
A principios del siglo XX con el nacimiento del Real Club Victoria como club que fomentaba los deportes, la construción de la Caseta o Casetilla de Galán, una casa de madera que estaba situada en la arena y que era como una especie de balneario y lugar para comer, que le debe su nombre al gaditano que tuvo la idea de ponerla en aquella zona, cerca de la actual calle Tenerife y la existencia del Sensat, barco que se ubicó entre la barra y la orilla, anclado en aquellas otras aguas más profundas que las que nos bañan ahora debido a la menor cantidad de arena existente en aquellos momentos en los fondos y que servía como lugar de recreo y restaurante para gente de poder adquisitivo de la época, nuestra playa empieza a formar su carácter social, lúdico y de disfrute que conocemos ahora. La vida de los canarios estaba cambiando y la zona se va poblando de una gente joven que veia muchas posibilidades en este enclave tan particular, un istmo que está bañado por dos orillas y al que llega una población nueva, con nuevas ideas y que mira a su alrededor de otra manera viendo oportunidades en donde antes sólo se veía la búsqueda del sustento.
Y va transcurriendo el tiempo y se van ubicando en la zona personas y construcciones que nos indican que las necesidades sociales van apareciendo debido a que la población va aumentando.
Encontramos así la escuela de doña Librada, mujer que hace una gran labor de alfabetización en la Puntilla. Cerca de su escuela está el Teatro de los Hermanos Millares, teatro- cine en el que se desarrolla una actividad cultural que demandaban los habitantes del lugar. En aquel escenario actuaban incipientes artistas grancanarios que entretenían las tardes a los isleteros.
El asilo-hospital escuela de San José también hace su aparición en aquellos años porque su constructor cree necesaria la existencia de un lugar para que las personas necesitadas tengan un sitio para ser atendidas e instruídas,
Así que por un lado tenemos una población que ve posibilidades, los que hacen de la playa el sitio de recreo que es hoy en día y por otro lado, la población que empieza a buscar trabajo en ese nuevo concepto que está naciendo de la vida, la idea de disfrutar de aquel enclave único y así evoluciona el sector servicios que es hoy la principal fuente de riqueza de la Playa.
Llegaron los años 60 en los que apareció el turismo, nuestra arena se llenó de hamacas necesarias para que los extranjeros se tuesten al sol, desaparece la factoria y el teatro y en su lugar se ubican hoteles como el Imperial Playa y apartamentos que van a ser ocupados por gentes del norte de Europa .
Y sé que por los años 60 había una joven que recorría aquellos lares paseando con sus amigas cada tarde, que iba al teatro Hermanos Millares a ver alguna actuación, saludaba a la maestra doña Librada y soñaba con ser feliz. En los días de sol entraba en el mar y creo que ese lugar, esa playa mágica le pintó una sonrisa para siempre en su rostro. Y yo, astilla de ese palo, salgo cada noche andando por esas mismas baldosas que ella pisó, tal vez con su mismo sueño, con su mismo rostro y con el mismo amor por la playa, un amor heredado y eterno además. Y es todo un ritual llegar hasta el final y asomarme en ese lugar en el que antaño se ubicaba la fábrica de conservas, y ver toda esa maravilla de paisaje que no deja de enamorarme cada día. La barra de materiales volcánicos y corales que es la mejor muralla natural que haya existido, las luces de la ciudad ya casi recogida... y uno respirando profundamente sin cansarse nunca de ver cada noche la misma fotografía en la que yo estoy también retratada. Y si yo algún día me fuera a vivir a otro lugar solo tendría que asomarme a alguna ventana abierta, cerrar fuertemente los ojos y entonces ya estaría en mi playa de nuevo, solo porque hay paisajes que se llevan escritos en el ADN y en el alma y La playa de Las Canteras está grabada dentro de mí como se graba algo querido. pues para siempre.
domingo, 21 de diciembre de 2014
UNA DECLARACIÓN DE BUENOS DESEOS PARA LA NAVIDAD.
Una cantinela suena por los hilos musicales de los supermercados. Es la banda sonora de esta época. "El camino que lleva a Belén. Baja hasta el valle que la nieve cubrió..." dice la letra de la canción y uno va con el carro de la compra esquivando polvorones, mazapanes y bombones que de repente han invadido las estanterías y que con sus brillantes y coloridos envoltorios sugieren una falsa felicidad efímera.
Y qué hacer cuando lo que realmente quieres es esquivar la mismísima fiesta de Navidad, cuando anhelas que esos días que todo el mundo clasifica de especiales, fueran un lunes o un martes normales, sin cena copiosa y elaborada, sin esa alegría ficticia que de repente se ha instalado alrededor convirtiéndose en una obligación.
Yo me revelo contra la algarabía impuesta, contra la cena con los huecos tan dolorosos en la mesa, contra los momentáneos y falsos buenos deseos en el mundo de tanta gente que tal vez el resto del año ni se plantea ese binomio de PAZ/AMOR que sería tan importante que estuviera en nuestros corazones. Y doy fe que se puede hacer, que uno puede hacer un paréntesis, vivir este tiempo con los ojos y los oídos cerrados a luces y sonidos navideños. Cerrarse a cal y canto a la fiesta y la tradición, a la parafernalia, a la grotesca cena de empresa, a la falsa palmadita en la espalda y a la curiosa felicitación efusiva del vecino que a duras penas te da el buenos días cada mañana. Y el hueco, que no está verdaderamente en la mesa, que está en tu corazón, se agranda tanto estos días que uno teme sucumbir entre villancicos, comilonas y regalos que nos vacían la cartera.
Tal vez cerrando los ojos a estas luces cegadoras uno encuentre otro sentido a este tiempo, otra manera más sincera de vivir estos momentos. Me quedo con la gente voluntaria que he visto en estos días en el supermercado del banco de alimentos, con la ilusión de los niños que siempre están a mi alrededor y sobre todo con la amistad y el cariño sincero de la gente que me quiere y quiero, todo lo demás me sobra.
Hubo muchas navidades gloriosas en mi vida, en las que había sobre todo mucho amor, que es el verdadero oro, incienso o mirra, esos tres preciados regalos que tres famosos y soñadores reyes ofrecieron a otro recién nacido rey, que casualmente nacía pobre. Si, soñadores porque solo los ilusos son capaces de perseguir estrellas.
A mi vida volverán a venir otras expléndidas navidades y de los huecos de ahora surgirán nuevas emociones y sentimientos de gratitud por haber compartido la vida con personas tan maravillosas como mi madre, que precisamente vivía esta época como un momento único y mágico, con su gran árbol, su deliciosa cena y su amor infinito. Sí, hay otras épocas que están ahí y que me llenarán las manos de apretones sinceros. Pero a lo que no me cierro en este tiempo, en estos días es a tener buenos deseos.
Deseo para toda la gente que quiero mucha salud y poder seguir teniendo la suerte de compartir con todos ellos muchos momentos de palabras, risas y cariño.
Como un deseo particular me encantaría poder seguir contando historias aquí o por otras vías, seguir teniendo siempre este vicio de contar y encontrar siempre a alguien que me quiera leer y conectarnos con ese maravilloso hilo invisible que forman las palabras escritas, que unen a la que humildemente escribe con el que generosamente lee.
Y qué hacer cuando lo que realmente quieres es esquivar la mismísima fiesta de Navidad, cuando anhelas que esos días que todo el mundo clasifica de especiales, fueran un lunes o un martes normales, sin cena copiosa y elaborada, sin esa alegría ficticia que de repente se ha instalado alrededor convirtiéndose en una obligación.
Yo me revelo contra la algarabía impuesta, contra la cena con los huecos tan dolorosos en la mesa, contra los momentáneos y falsos buenos deseos en el mundo de tanta gente que tal vez el resto del año ni se plantea ese binomio de PAZ/AMOR que sería tan importante que estuviera en nuestros corazones. Y doy fe que se puede hacer, que uno puede hacer un paréntesis, vivir este tiempo con los ojos y los oídos cerrados a luces y sonidos navideños. Cerrarse a cal y canto a la fiesta y la tradición, a la parafernalia, a la grotesca cena de empresa, a la falsa palmadita en la espalda y a la curiosa felicitación efusiva del vecino que a duras penas te da el buenos días cada mañana. Y el hueco, que no está verdaderamente en la mesa, que está en tu corazón, se agranda tanto estos días que uno teme sucumbir entre villancicos, comilonas y regalos que nos vacían la cartera.
Tal vez cerrando los ojos a estas luces cegadoras uno encuentre otro sentido a este tiempo, otra manera más sincera de vivir estos momentos. Me quedo con la gente voluntaria que he visto en estos días en el supermercado del banco de alimentos, con la ilusión de los niños que siempre están a mi alrededor y sobre todo con la amistad y el cariño sincero de la gente que me quiere y quiero, todo lo demás me sobra.
Hubo muchas navidades gloriosas en mi vida, en las que había sobre todo mucho amor, que es el verdadero oro, incienso o mirra, esos tres preciados regalos que tres famosos y soñadores reyes ofrecieron a otro recién nacido rey, que casualmente nacía pobre. Si, soñadores porque solo los ilusos son capaces de perseguir estrellas.
A mi vida volverán a venir otras expléndidas navidades y de los huecos de ahora surgirán nuevas emociones y sentimientos de gratitud por haber compartido la vida con personas tan maravillosas como mi madre, que precisamente vivía esta época como un momento único y mágico, con su gran árbol, su deliciosa cena y su amor infinito. Sí, hay otras épocas que están ahí y que me llenarán las manos de apretones sinceros. Pero a lo que no me cierro en este tiempo, en estos días es a tener buenos deseos.
Deseo para toda la gente que quiero mucha salud y poder seguir teniendo la suerte de compartir con todos ellos muchos momentos de palabras, risas y cariño.
Como un deseo particular me encantaría poder seguir contando historias aquí o por otras vías, seguir teniendo siempre este vicio de contar y encontrar siempre a alguien que me quiera leer y conectarnos con ese maravilloso hilo invisible que forman las palabras escritas, que unen a la que humildemente escribe con el que generosamente lee.
martes, 9 de diciembre de 2014
Un abrazo hasta los huesos.
Si camino hacia ti tal vez te alejes como si fueras esa sombra nuestra que nunca podemos alcanzar, por eso ahora que tengo la consigna prefiero mirarte desde lejos, desde una distancia prudencial, observarte como si fueras la primera persona que hubiera visto en mi vida.
También quisiera mirarte a través del sistema braille, usando las yemas de los dedos tan solo, descifrarte usando además todos los sentidos que no fueran la vista, como el ciego que es capaz de ver profundamente a través del tacto, así te miraría hasta que te volvieras aburrido y cansino. ¿Podría eso suceder?
Y decía el coronel Buendia que los huesos se le llenaban de espuma cuando veía a Remedios la Bella, pero yo me he convertido en abrazo y te abrazo, no ya la piel, ni los músculos o las arterias. , me abrazo a tu esqueleto con la esperanza de que mi calor te cale hasta los huesos.
También quisiera mirarte a través del sistema braille, usando las yemas de los dedos tan solo, descifrarte usando además todos los sentidos que no fueran la vista, como el ciego que es capaz de ver profundamente a través del tacto, así te miraría hasta que te volvieras aburrido y cansino. ¿Podría eso suceder?
Y decía el coronel Buendia que los huesos se le llenaban de espuma cuando veía a Remedios la Bella, pero yo me he convertido en abrazo y te abrazo, no ya la piel, ni los músculos o las arterias. , me abrazo a tu esqueleto con la esperanza de que mi calor te cale hasta los huesos.
viernes, 31 de octubre de 2014
TE COMERÍA A VERSOS.
Allá por los años 80 cantaban Golpes Bajos aquello de " malos tiempos para la lírica".
Es cierto que la poesía ha desaparecido tristemente de nuestras vidas. Para muchos los versos han pasado a ser una cosa superflua, arcaica y hasta cursi, algo sin lo que se puede vivir perfectamente. No es el pensamiento de Boamistura un colectivo de artistas urbanos que han tenido la gran sensibilidad de rescatar los versos de donde dormían para plasmarlos con unos sprays de tinta blanca en los pasos de peatones. Se trata de pintar unos micropoemas en los pasos de cebra con la intención de humanizar las tan descarnadas ciudades, traer de vuelta esas palabras encadenadas unas a otras y que nos produzcan una emoción, un sentimiento, que nos hagan evocar un momento único.
Mi más sentido bésame.
Me sentía astronauta en tus lunares.
Son algunos de los pequeños poemas que se pueden leer en el asfalto.
Puede ser que no nos guste descifrar versos pero hay que reconocer que la poesía es la vida misma impresa en palabras fantásticas y expresamente buscadas para contar el amor, todo tipo de amores el no correspondido, el fugaz amor eterno, el maravilloso amor de verano. La poesía también nos habla del brío de la salud y de la triste debilidad que provoca la enfermedad. La poesía para describir los días luminosos y los días oscuros de tormentas interiores. Y el verso que nos deja ebrios con reales borracheras llenas de palabras ininteligibles o con la sensatez de nuestro discurso del lunes por la mañana.
Decía Pablo Neruda que la poesía era del que la necesitaba y así es, muchas veces echamos mano de los lamentos o de la algarabía del poeta. Casi sin darnos cuenta utilizamos su producción y expresamos con sus palabras nuestro sentimiento, por esto es por lo que la poesía sigue siendo tan necesaria, porque tal vez nos cuenta a nosotros mismos lo que estamos viviendo, lo que estamos experimentando. De una manera certera, como el que da en una diana, el lírico escoge la palabra justa que describe magistralmente nuestra emoción.
Bécquer ha sido uno de los poetas españoles más leídos. Contaba a través de sus famosas rimas lo que era la poesía y su importancia. Él como pocos nos explicó y nos hizo ver lo necesaria que era esa palabra, inolvidable es esa rima fantástica ...¿Qué es poesía? y tú me lo preguntas... poesía eres tú. Pero es en su Rima IV, totalmente actual y que explica perfectamente el espíritu de los artistas de Boamistura es en donde el poeta nos convence:
Podrá no haber poetas pero siempre
habrá poesía.
Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista.
Mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías
mientras haya en el mundo primavera
¡habrá poesía!
Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista.
Mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa a donde camina
mientras haya un misterio para el hombre
¡habrá poesía!
Mientras sintamos que se alegra el alma
sin que los labios rían
mientras se llore sin que el llanto acuda
a nublar la pupila.
Mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan
mientras haya esperanzas y recuerdos
¡habrá poesía!
Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran
mientras respondan los labios suspirando
a los labios que suspiran.
Mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas
mientras exista una mujer hermosa
¡habrá poesía!
La pregunta que me hago ahora es cual sería mi verso favorito, el que escogería para adornar ese paso de peatones. Creo que aprovechando que en estos días el magnífico trovador y poeta Joan Manuel Serrat cumple 50 años en mundo de la canción, le "robaría" uno de sus versos, el que siempre me ha fascinado ...y por fría que sea mi noche triste, no echo al fuego ni uno solo de los besos que me diste.
¿ Y dime, cuáles serían tus versos?
martes, 30 de septiembre de 2014
Arenas movedizas
El otro día leí en un artículo del País que estábamos en la "era del individuo" que cada uno de nosotros era su propia marca, los directores de YO S.L Por lo visto ahora hay un personaje al que se le denomina con un término anglosajón, de donde vienen todos estos inventos, personal branding, ya hemos dejado atrás al coaching, y este individuo se encarga de que te posiciones, es decir que busques tus diferencias, tus dones, lo mejor que sabes hacer con el fin de que triunfes en la vida, ya sea en un trabajo, con tus amistades o en el mundo de las emociones y sentimientos. Todas estas especialidades que buscaremos en nuestro interior deben traducirse en felicidad personal y buenos ingresos.
Es curioso que me haya llegado esta información precisamente en un momento en que estaba con unos amigos, cerveza en mano, divagando sobre lo humano y lo divino y habíamos llegado a la conclusión de que no transitábamos precisamente en la era del individuo fantástico del que hablan los personal branding estos, sino en la "era de las arenas movedizas".
Ahora que tenemos a tanta gente alrededor que no tiene un trabajo digno, y si tiene algún trabajo no sabe hasta cuando le va a durar, y que vivimos en una inestabilidad constante que se respira en el aire desde hace unos años porque nuestros sistemas económicos y políticos han hecho aguas y nos indican a cada momento que hay que renovar el sistema en general, buscar otras soluciones, otras maneras de gestionar... ahora que hasta sentimentalmente nos sentimos pobres porque las familias, que antes nos hacían de pilares, han cambiado, se han transformado y tal vez no sabemos como encajar esos cambios, y el amor que parecía que iba a ser algo inalterable, el sentimiento noble que perduraría a través de los tiempos parece que tiene ahora otra consistencia, mucho más frágil porque los compromisos son efímeros, en muchas ocasiones son compromisos de hojalata, de usar y tirar, de los que si me va mal a la primera de cambio, me doy de baja y ya está... el individuo vive entre arenas movedizas.
Hay una imagen que se ha quedado en mi cabeza a lo largo de muchos años. Es la imagen de las películas de aventuras que ponían los sábados por la tarde en la tele. Esa película que veías siempre, porque tal vez no había otra cosa que ver, quizá por eso los que tuvimos la ocasión de estar sentados en esos momentos delante del televisor nos acordamos tanto de esas historias. Pues yo recuerdo una expedición por la selva de aquellos valientes aventureros que iban apartando ramas gigantes, todos caminando en fila india, avanzando con cara de miedo sin saber que se iban a encontrar en el siguiente paso... y siempre aparecían las arenas movedizas. De repente el valiente que encabezaba la expedición daba un mal paso y ¡zas! quedaba atrapado entre aquellas tierras que parecían que estaban vivas. Los demás se paraban en seco y lo intentaban ayudar pero el desgraciado hombre aquel levantaba un brazo intentando asirse a cualquier cosa y poco a poco la tierra lo engullía sin que nadie pudiera hacer nada.
Sé que es un pensamiento un poco negativo pero así nos sentimos muchas veces. Caminando entre el peligro, en fila india todos porque hemos elegido muchas veces unas relaciones en las que practicamos un autismo selectivo y vamos con el miedo de encontrarnos con esa gran inestabilidad que supone que el suelo se mueva, y lo que es peor, que te trague.
Yo creo que el encontrar los dones y las cualidades que nos adornan no es suficiente para alejarnos de esta soledad que continuamente nos está amenazando en este tiempo de crisis, económica y de todo tipo. Creo que se trata mucho más de autenticidad, de implicación, de buscar las cosas que verdaderamente nos hacen felices, las personas que nos acompañen de verdad, y una vez descubierto todo esto comprometernos sin miedo en proyectos de vida que nos vayan a enriquecer mucho más interiormente que a nuestros bolsillos, igual todo lo que digo suena a idealismo puro y duro pero creo que con lo corta que es la vida es más rentable ser feliz, que ser rico.
Me encantaría ser la directora de YO, S.L, pero sólo si esta empresa estuviera muy lejos de transitar por esas arenas movedizas que me han aterrorizado desde pequeña.
martes, 26 de agosto de 2014
Amores de Tango
En 1932 el escritor británico Aldous Huxley, un pensador y crítico de la sociedad, escribió su libro más famoso Un mundo feliz. Este fantástico libro que nos ofrece una visión pesimista de la sociedad y que predice el desarrollo de la tecnología reproductiva -las mujeres no engendran sus hijos, son engendrados fuera del útero materno- nos habla de un mundo en el que la familia, la diversidad cultural, la religión, la literatura, las ideas y sobre todo el Amor, han sido erradicados. Supuestamente este es el mundo ideal, el mundo feliz, aquel en el que no hay necesidad de pensar, de soñar y tampoco de amar.
A veces me pregunto si no sólo en el tema de la reproducción Huxley ha sido un vidente, porque todos conocemos la existencia de muchas aplicaciones a las que podemos tener acceso a golpe de teclado, en las que es posible encontrar sexo virtual o citas sin ton ni son. Habrá excepciones como en todas las cosas de esta vida pero lo cierto es que queremos un mundo feliz, quedar con alguien a la carta después de ver un catálogo de caras y cuerpos de personas reales que se muestran con o sin pudor, tener sexo sin que exista la seducción, el cortejo ni el romanticismo. Y después intentar no tener ningún tipo de sentimiento por esos individuos que pasan por nuestras vidas sin pena ni gloria, que la incertidumbre y el vértigo que da el amor no genera felicidad. También está el sexo virtual parte de nuestro mundo actual "felicísimo".
-Hola mi amor ¿estás sola?.- pregunta él al otro lado del teclado.- ¿Dime cómo estás vestida? -continúa el amante virtual...
El maestro Sabina cantaba en una canción , todos se miran, nadie se toca, y de eso se trata de no tocarse, sobre todo de no tocarse el corazón.
Yo debo ser un poco básica porque siempre me han encantado los amores de tango. El tango, ese maravilloso género musical de alma nostálgica que a ritmo de bandoneón nos emociona, y nos saca la pasión, refleja como ninguna otra música o melodía la capacidad que tiene el ser humano de apasionarse, enloquecerse y soñar con el amado.
Prueben a sentir un amor de tango es muy triste pero es inolvidable, volar sin alas, vivir intensamente viendo el final a la vuelta de la esquina. No existe la virtualidad, los amantes desnudos se visten de caricias.
Dice un tango evocando un recuerdo:
la esquina del herrero,
barro y pampa
tu melena de novia en el recuerdo,
y tu nombre flotando en el adiós.
No se pierdan el amor de tango, genera lágrimas y desconsuelo pero te hace sentir vivo. Cinco días de amor de tango son suficientes para espantar la rutina , el aburrimiento y el vacío existencial. La medicina contra lo virtual, contra el mundo feliz de Aldous Huxley, contra el mundo que nos va amenazando cada día más.
miércoles, 20 de agosto de 2014
La magia del Cabo de Trafalgar.

El sol se va poniendo y no puedo dejar de mirar el tranquilo y embelesante paisaje, la mirada queda fijada en el horizonte y parece que quiere uno descubrir allá a lo lejos los restos de la historia, siendo este el camino de tanta gente que ha pasado por aquí. Yo también he pasado por esta tierra muchas veces y vuelvo a ella una vez más, preguntándome como no había vuelto antes, porque te reconcilia con la vida esta luz y este mar.
Y pasaron por aquí los fenicios y cartagineses incansables navegantes... y luego los romanos que trajeron a su diosa Juno, que dio nombre al mes de Junio, diosa de la fertilidad y el matrimonio, hija de Saturno y esposa celosa de Júpiter. En su templo se hacían sacrificios tan cerca del mar que el mismo santuario también hacía las veces de faro.
Los árabes también quisieron dejar aquí su huella y en el sigo IX , construyeron una torre almenara de vigilancia. Pero el episodio que marcaría a este lugar para siempre es un suceso terrorífico y sangriento que contaré a continuación.
En octubre de 1805 a las seis de la tarde comenzó una contienda en estas aguas entre las armada franco-española y la inglesa. Más de cincuenta barcos, miles de hombres se disponían a luchar en una batalla feroz y sin sentido, como todas las batallas. Cosme Damián Churruca y Federico de Gravina entre otros resultarían muertos en este episodio bélico, la mayor derrota que había sufrido la flota española, la gran derrota de la que nunca más se recuperaría. Por la noche una terrible tormenta haría el resto y muchas naves ya naufragaron definitivamente frente a aquella costa que había visto pasar a tantos pueblos. Los habitantes del lugar, gaditanos generosos, corrieron a socorrer a los miles de heridos que flotaban desesperados en las aguas. También pereció el almirante inglés Nelson, que luchaba con todas sus condecoraciones, era muy fácil distinguirlo entre todos los demás combatientes porque las medallas en su casaca brillaban en la distancia y le dispararon desde uno de los barcos contrarios en el combate. Su cuerpo muerto fue conservado en un barril lleno de vino hasta que llegó a Inglaterra y se hicieron los funerales con todos los honores. Pero para los ingleses, a pesar de perder a su mayor héroe naval y de las pérdidas de tantos hombres y barcos, aquella contienda significó el hacerse con la hegemonia del mar en aquella época, un triunfo cuyo eco duraría más de un siglo al derrotar a la grande y felicísima armada, como había llamado Felipe II a la armada española en otras batallas navales del pasado glorioso de España.
La mayor y más importante plaza de la capital de Inglaterra se llamó a partir de entonces Trafalgar Square.
Aun hoy dicen los que observan los fondos marinos que quedan restos de todo ese horrible episodio, tétricos restos de barcos que descansan en los fondos del Cabo de Trafalgar.
Benito Pérez Galdós narra la batalla en el primer capítulo de sus Episodios Nacionales, y habla Galdós con su magistral pluma de "ataúdes flotantes" refiriéndose a aquella masacre sin sentido.
Y Luego vendría la construcción del faro, una torre de 34 metros de altura que vigilaría para siempre el cabo de Trafalgar. En 1860 este estandarte de la comunicación, en una época sin GPS en la que esas torres de vigilancias tan recias y mágicas alumbraban a los navegantes y marinos que no se cansaban de buscar, explorar otras tierras y conocer otras gentes, se erigió blanco e imponente ante aquella costa llena de historia y de crueles tormentas del tiempo y de la vida.
Volver a Cádiz es siempre volver a un lugar lleno de olor a mar, de gente amable y de luz, es como volver a un sentimiento que siempre está dentro, guardado como un tesoro y una noche bajamos a la playa de madrugada para contemplar todo aquel escenario, que además a esas tardías horas está coronado de cientos de estrellas y a lo lejos se divisan las luces de África que parece que se encuentra a un paso de esta costa. Nos tumbamos sobre la arena de la playa a contemplar el cielo y el faro, a lo lejos, seguía iluminando incansablemente. A la vuelta encontramos a un misterioso hombre que fumaba solitaria y silenciosamente en la arena. Me pregunto ahora, si no sería algún alma en pena de cualquiera de los episodios que ha transcurrido en este lugar este fascinante y mágico cabo de Trafalgar.
viernes, 15 de agosto de 2014
I DON'T SOUND LIKE NOBODY.
Tenía dieciocho años y granos en la cara que eran la señal inequívoca de que todavía habitaba en la complicada adolescencia.
Tenía dieciocho años y muchos sueños de grandeza. Soñaba con ganar mucho dinero algún día, ser descubierto por alguien que realmente tuviera la capacidad de ver en él a un maravilloso artista aclamado por el público, que sus éxitos sonaran en la radio en aquellos programas que escuchaba por las noches de sábado con su familia, su madre, su abuela y su padre, allí sentados en la salita mientras que un loco que se llamaba Dewey Phillips radiaba una música que se acercaba cada vez más a la música negra, aquello era el Sur.
Muchos días frente al espejo se "esculpía" el pelo, su pelo castaño, casi rubio en el que se ponía distintos aceites y hasta vaselina para mantener aquel tupé que era una tendencia, aunque todo su estilo era mucho más recargado de lo que se podía usar, así era él. En el instituto todo el mundo pensaba que era un chico estrafalario, llevaba unas pintas un poco extrañas y encima andaba todo el día cargando con una desvencijada guitarra infantil que parecía estar siempre llena de canciones, sobre todo de baladas para ser cantadas en cualquier momento. Se diría que el muchacho estaba más cómodo cantando que hablando, porque hablar hablaba poco, era un chaval muy tímido e inseguro. Pero la determinación de "ser alguien" no desaparecía de su mente.
En esos días de soñar despierto en su habitación mientras la radio sonaba con toda aquella música maravillosa, se veía a sí mismo cantando en el auditorio que estaba tan cerca de su casa y luego conduciendo un gran coche, un Cadillac concretamente, -¿un Cadillac?- ¿Cómo se podría comprar ese gran carro si muchos días no tenía dinero ni para pagar una coca cola?- No importa- se decía a sí mismo. -Algún día lo conseguiré.-
Cuando terminó el instituto consiguió un pequeño empleo conduciendo una furgoneta en una empresa de electricidad, empezaba de esta manera su incursión en el mundo de los adultos. Un día leyó que existía un local que le llamó poderosamente la atención. Fue tal vez en el periódico local en el que se publicitaba,
MEMPHIS RECORDING SERVICE, Nº 706 , UNION AVENUE.-SUN RECORDS.
Lo grabamos todo en cualquier lugar y a cualquier hora.
Durante varias semanas pasó por delante de aquel lugar y paraba enfrente del local. No se atrevía a entrar, a preguntar, quería grabar una de sus canciones favoritas, le regalaría a su madre la grabación ella estaría encantada de que le hiciera ese regalo, pero también quería oirse y sobre todo que lo oyeran...
Un día se armó de valor, se abrazó a la pequeña guitarra y atravesó la puerta de SUN RECORDS. Marion Keisker la secretaria casi no lo vió entrar, sentada detrás de una mesa recibía a los clientes y en aquel momento el muchacho era el único que se encontraba en las pequeñas dependencias del estudio de grabación. Lo saludó amablemente y el chico casi balbuceando le dijo que quería hacer una grabación para regalársela a su madre, ella le informó de los tipos de grabación que se hacían allí, el escogió la más barata, 3,84 dólares por un vinilo grabado por las dos caras. Dentro estaba Sam Phillips el hombre emprendedor, amante de la música que tampoco reparó en el chico o al menos eso le pareció al muchacho.
Cuando acabó de cantar sus canciones y estas quedaron grabadas pasó a recogerlas por la mesa de la señora Keisker. Entonces fue cuando el chaval le dijo.- señora si algún día necesitan a un cantante para algún grupo no dude en llamarme. -Muy bien chico.- le contestó Marion Keisker. -¿Qué estilo tienes hijo?, me refiero que a quién te pareces cantando, ¿cómo suenas? .- No sueno como nadie señora.- (I don ´t sound like nobody).
El chico esa noche volvió a tener sus premonitorios sueños en los que se veía cantando y siendo aplaudido por mucha gente. Pero ni en su sueño más disparatado y más fantasioso hubiera podido adivinar todo lo que pasaría después.
No sonaba como nadie efectivamente porque de él salió un sonido nuevo que era como un cóctel de distintas músicas, las que había estado escuchando desde que nació.
Todo lo que pasó después ya lo conocen.
Antes de marcharse Marion Keisker le preguntó al chico.-¿cómo te llamas muchacho?.- Elvis Presley señora.- le contestó.
Elvis no sonaba como nadie tal vez por lo que dijo John Lenon sobre él, que antes de Elvis en la música moderna, no existía nada.
Tenía dieciocho años y muchos sueños de grandeza. Soñaba con ganar mucho dinero algún día, ser descubierto por alguien que realmente tuviera la capacidad de ver en él a un maravilloso artista aclamado por el público, que sus éxitos sonaran en la radio en aquellos programas que escuchaba por las noches de sábado con su familia, su madre, su abuela y su padre, allí sentados en la salita mientras que un loco que se llamaba Dewey Phillips radiaba una música que se acercaba cada vez más a la música negra, aquello era el Sur.
Muchos días frente al espejo se "esculpía" el pelo, su pelo castaño, casi rubio en el que se ponía distintos aceites y hasta vaselina para mantener aquel tupé que era una tendencia, aunque todo su estilo era mucho más recargado de lo que se podía usar, así era él. En el instituto todo el mundo pensaba que era un chico estrafalario, llevaba unas pintas un poco extrañas y encima andaba todo el día cargando con una desvencijada guitarra infantil que parecía estar siempre llena de canciones, sobre todo de baladas para ser cantadas en cualquier momento. Se diría que el muchacho estaba más cómodo cantando que hablando, porque hablar hablaba poco, era un chaval muy tímido e inseguro. Pero la determinación de "ser alguien" no desaparecía de su mente.
En esos días de soñar despierto en su habitación mientras la radio sonaba con toda aquella música maravillosa, se veía a sí mismo cantando en el auditorio que estaba tan cerca de su casa y luego conduciendo un gran coche, un Cadillac concretamente, -¿un Cadillac?- ¿Cómo se podría comprar ese gran carro si muchos días no tenía dinero ni para pagar una coca cola?- No importa- se decía a sí mismo. -Algún día lo conseguiré.-
Cuando terminó el instituto consiguió un pequeño empleo conduciendo una furgoneta en una empresa de electricidad, empezaba de esta manera su incursión en el mundo de los adultos. Un día leyó que existía un local que le llamó poderosamente la atención. Fue tal vez en el periódico local en el que se publicitaba,
MEMPHIS RECORDING SERVICE, Nº 706 , UNION AVENUE.-SUN RECORDS.
Lo grabamos todo en cualquier lugar y a cualquier hora.
Durante varias semanas pasó por delante de aquel lugar y paraba enfrente del local. No se atrevía a entrar, a preguntar, quería grabar una de sus canciones favoritas, le regalaría a su madre la grabación ella estaría encantada de que le hiciera ese regalo, pero también quería oirse y sobre todo que lo oyeran...
Un día se armó de valor, se abrazó a la pequeña guitarra y atravesó la puerta de SUN RECORDS. Marion Keisker la secretaria casi no lo vió entrar, sentada detrás de una mesa recibía a los clientes y en aquel momento el muchacho era el único que se encontraba en las pequeñas dependencias del estudio de grabación. Lo saludó amablemente y el chico casi balbuceando le dijo que quería hacer una grabación para regalársela a su madre, ella le informó de los tipos de grabación que se hacían allí, el escogió la más barata, 3,84 dólares por un vinilo grabado por las dos caras. Dentro estaba Sam Phillips el hombre emprendedor, amante de la música que tampoco reparó en el chico o al menos eso le pareció al muchacho.
Cuando acabó de cantar sus canciones y estas quedaron grabadas pasó a recogerlas por la mesa de la señora Keisker. Entonces fue cuando el chaval le dijo.- señora si algún día necesitan a un cantante para algún grupo no dude en llamarme. -Muy bien chico.- le contestó Marion Keisker. -¿Qué estilo tienes hijo?, me refiero que a quién te pareces cantando, ¿cómo suenas? .- No sueno como nadie señora.- (I don ´t sound like nobody).
El chico esa noche volvió a tener sus premonitorios sueños en los que se veía cantando y siendo aplaudido por mucha gente. Pero ni en su sueño más disparatado y más fantasioso hubiera podido adivinar todo lo que pasaría después.
No sonaba como nadie efectivamente porque de él salió un sonido nuevo que era como un cóctel de distintas músicas, las que había estado escuchando desde que nació.
Todo lo que pasó después ya lo conocen.
Antes de marcharse Marion Keisker le preguntó al chico.-¿cómo te llamas muchacho?.- Elvis Presley señora.- le contestó.
Elvis no sonaba como nadie tal vez por lo que dijo John Lenon sobre él, que antes de Elvis en la música moderna, no existía nada.
sábado, 9 de agosto de 2014
Todo lo que encontré en La elegancia del erizo.
Me llamo Renée. Tengo 54 años y soy portera. Soy viuda, bajita, fea, rechoncha y tengo callos en los pies.
Así se presenta la protagonista de un libro que me ha cautivado este verano La elegancia del erizo, tal vez con esta descripción tan grotesca nadie pensaría que hay una historia fascinante detrás de una persona que se define a sí misma como el estandarte de la fealdad, pero reconozco que siento debilidad por estos personajes que parecen que no brillan en la sociedad, los olvidados y bien digo "parece" porque Renée Michel es uno de los personajes más entrañables, inteligentes y maravillosamente sensibles que haya podido crear un escritor. En este caso se trata de una escritora Muriel Barbery, una profesora de filosofía de la que he podido averiguar poquísimo tan solo que cuenta con dos títulos en su carrera literaria y que este libro que me ocupa, ha alcanzado un éxito muy grande en todo el mundo.
Hace tiempo leí en la novela La historia interminable de Michael Ende la definición de la pasión por leer. Sí, esa pasión que te hace llorar amargamente porque una historia maravillosa acaba y habías corrido aventuras con esas personas a las que habías admirado o por las que habías temido, esas personas que habitan entre las hojas de un libro. Eso me ha ocurrido con esta novela, es esa clase de libro que te hace reconciliarte con la literatura si los últimos ejemplares que habían llegado a ti en los últimos tiempos no te hicieron recorrer las líneas con deleite sino con pesadumbre y tedio.
Pero ¿qué tiene esta historia que hace que te enganches? Pues es un relato que trata de muchos temas importantes para el ser humano. A través de los personajes, sobre todo de la portera Renée y de Paloma, una niña extremadamente inteligente que habita en el edificio en el que trabaja la señora Michel, hacemos un recorrido por el significado de la amistad, del Arte, de los libros, de la vejez o de la muerte. Ahí van varios ejemplos de cada uno de estos temas, en algunas de las líneas magistralmente escritas.
El significado de la amistad para Madame Renée nos llega a través de una descripción hermosa y así habla de su amiga Manuela, una mujer humilde pero que ella describe como una aristócrata por su elegancia innata, ¿qué es una aristócrata? -se pregunta Renée-, para ella una aristócrata es una mujer a la que la vulgaridad no alcanza pese a acecharla por todas partes. Y nos cuenta:
Manuela es esa gran dama desnuda sin adorno ni palacios, sin la cual yo no habría sido más que una portera, mientras que por contagio, porque la aristocracia del corazón es una afección contagiosa, Manuela ha hecho de mí una mujer capaz de cultivar la amistad.
La portera hace esta reflexión sobre el arte:
El arte es la vida, pero con otro ritmo. Sirve para darnos la breve pero fulgurante ilusión de la camelia (...) y nace de la capacidad que tiene la mente de esculpir el ámbito sensorial. Da forma y hace visibles nuestras emociones y, al hacerlo, les atribuye este sello de eternidad que llevan todas las obras que, a través de una forma particular saben encarnar el universo de los afectos humanos.
Renée pese a su destino lleno de carencias y obstáculos era una autodidacta y una devoradora de libros y su experiencia cuando aprendió a leer se convirtió en algo apasionante...
Por primera vez toqué un libro en mi vida. Había visto a los mayores de la clase mirar en ellos invisibles rostros, como si una fuerza los moviera a todos y, sumiéndose en el silencio, extraer del papel muerto algo que parecía vivo. Aprendí a leer sin que nadie se enterara. (...) La niña frágil se había convertido entonces en un alma hambrienta.
La niña Paloma reflexiona sobre la vejez (...) no hay que olvidarlo. Hay que vivir con la certeza de que envejeceremos y que no será algo bonito, ni bueno, ni alegre. Y decirse que lo que importa es el ahora, construir, ahora, algo, a toda costa, con todas nuestras fuerzas. Tener siempre en mente la residencia de ancianos para hacer que cada día sea imperecedero. Escalar cada uno su propio Everest y hacerlo de manera que cada paso sea una pizca de eternidad. Para eso sirve el futuro para conseguir el presente con verdaderos proyectos de seres vivos.
Y la muerte como el destino definitivo pero también como la separación de nuestros seres queridos...
(...)esta mañana he comprendido lo que morir significa: en el momento de desaparecer quienes mueren para nosotros son los demás (...) Pero nunca más volveré a ver a los que quiero y si morir es eso, desde luego es la tragedia que dicen que es.
Aquí dejo estas maravillosas palabras encadenadas unas a otras. Como dijo Michael Ende yo sentí la pasión de leer al recorrer estas líneas. Reflexioné con lo que me transmitían los personajes, viví algo de sus vidas cuando iba pasando las páginas, llegaba cada mañana y cada tarde deseando proseguir con la lectura para reencontrarme con toda esa gente buena o no que me hicieron llorar, que me hicieron pensar en mi vida y me hicieron sentir tristezas, las mías, las de ellos...Pero sobre todo creo que la lectura de La elegancia del Erizo no puede dejar indiferente a nadie, porque después de leer este libro maravilloso es posible que algo dentro de nosotros haya cambiado.
Hace tiempo leí en la novela La historia interminable de Michael Ende la definición de la pasión por leer. Sí, esa pasión que te hace llorar amargamente porque una historia maravillosa acaba y habías corrido aventuras con esas personas a las que habías admirado o por las que habías temido, esas personas que habitan entre las hojas de un libro. Eso me ha ocurrido con esta novela, es esa clase de libro que te hace reconciliarte con la literatura si los últimos ejemplares que habían llegado a ti en los últimos tiempos no te hicieron recorrer las líneas con deleite sino con pesadumbre y tedio.
Pero ¿qué tiene esta historia que hace que te enganches? Pues es un relato que trata de muchos temas importantes para el ser humano. A través de los personajes, sobre todo de la portera Renée y de Paloma, una niña extremadamente inteligente que habita en el edificio en el que trabaja la señora Michel, hacemos un recorrido por el significado de la amistad, del Arte, de los libros, de la vejez o de la muerte. Ahí van varios ejemplos de cada uno de estos temas, en algunas de las líneas magistralmente escritas.
El significado de la amistad para Madame Renée nos llega a través de una descripción hermosa y así habla de su amiga Manuela, una mujer humilde pero que ella describe como una aristócrata por su elegancia innata, ¿qué es una aristócrata? -se pregunta Renée-, para ella una aristócrata es una mujer a la que la vulgaridad no alcanza pese a acecharla por todas partes. Y nos cuenta:
Manuela es esa gran dama desnuda sin adorno ni palacios, sin la cual yo no habría sido más que una portera, mientras que por contagio, porque la aristocracia del corazón es una afección contagiosa, Manuela ha hecho de mí una mujer capaz de cultivar la amistad.
La portera hace esta reflexión sobre el arte:
El arte es la vida, pero con otro ritmo. Sirve para darnos la breve pero fulgurante ilusión de la camelia (...) y nace de la capacidad que tiene la mente de esculpir el ámbito sensorial. Da forma y hace visibles nuestras emociones y, al hacerlo, les atribuye este sello de eternidad que llevan todas las obras que, a través de una forma particular saben encarnar el universo de los afectos humanos.
Renée pese a su destino lleno de carencias y obstáculos era una autodidacta y una devoradora de libros y su experiencia cuando aprendió a leer se convirtió en algo apasionante...
Por primera vez toqué un libro en mi vida. Había visto a los mayores de la clase mirar en ellos invisibles rostros, como si una fuerza los moviera a todos y, sumiéndose en el silencio, extraer del papel muerto algo que parecía vivo. Aprendí a leer sin que nadie se enterara. (...) La niña frágil se había convertido entonces en un alma hambrienta.
La niña Paloma reflexiona sobre la vejez (...) no hay que olvidarlo. Hay que vivir con la certeza de que envejeceremos y que no será algo bonito, ni bueno, ni alegre. Y decirse que lo que importa es el ahora, construir, ahora, algo, a toda costa, con todas nuestras fuerzas. Tener siempre en mente la residencia de ancianos para hacer que cada día sea imperecedero. Escalar cada uno su propio Everest y hacerlo de manera que cada paso sea una pizca de eternidad. Para eso sirve el futuro para conseguir el presente con verdaderos proyectos de seres vivos.
Y la muerte como el destino definitivo pero también como la separación de nuestros seres queridos...
(...)esta mañana he comprendido lo que morir significa: en el momento de desaparecer quienes mueren para nosotros son los demás (...) Pero nunca más volveré a ver a los que quiero y si morir es eso, desde luego es la tragedia que dicen que es.
Aquí dejo estas maravillosas palabras encadenadas unas a otras. Como dijo Michael Ende yo sentí la pasión de leer al recorrer estas líneas. Reflexioné con lo que me transmitían los personajes, viví algo de sus vidas cuando iba pasando las páginas, llegaba cada mañana y cada tarde deseando proseguir con la lectura para reencontrarme con toda esa gente buena o no que me hicieron llorar, que me hicieron pensar en mi vida y me hicieron sentir tristezas, las mías, las de ellos...Pero sobre todo creo que la lectura de La elegancia del Erizo no puede dejar indiferente a nadie, porque después de leer este libro maravilloso es posible que algo dentro de nosotros haya cambiado.
viernes, 25 de julio de 2014
Según Billy Wilder, Nadie es perfecto.
Se ha dicho que en el mundo de Billy Wilder puede haber situaciones desesperadas pero jamás serias. Así es en todas las obras de este mago del cine, un austriaco que huyendo de la persecución nazi desembarcó en los Estados Unidos en donde se convirtió en uno de los directores de cine más importantes de todos los tiempos. Un director cuyo lema era simplemente: no aburrir jamás al espectador.
Samuel Wilder salió de Europa y dejó atrás a su famililia judía, que fue aniquilada en Auschwitz. En el país de las oportunidades Billy, que fue llamado así porque le fascinaba el personaje de búfalo Bill, empezó su trayectoria en el séptimo arte como guionista. Es increíble como se fue abriendo paso una persona que ni siquiera dominaba el idioma del país al que había llegado, pero evidentemente sus historias eran maravillosas, llenas de chispa, con personajes fascinantes que nos embaucan, toda una colección de sinverguenzas que van por el mundo escapando de sus destinos y de la cruda realidad.
Una de sus películas más reconocidas por la que recibió varios Oscar fue El apartamento, protagonizada por uno de sus actores fetiche y uno de los mejores actores que ha conocido Hollywood, Jack Lemmon. Wilder contó que pensó en crear este personaje Baxter, un empleado de una gran empresa de seguros que le presta su casa de soltero a varios directivos para que la frecuenten con sus amantes con la intención de ascender, después de ver una película europea en la que unos amantes utilizaban para sus reuniones secretas la casa de un amigo en común. El director salió del cine pensando en aquel generoso personaje, en cómo sería su vida, a qué se dedicaría... Siempre echaba una mirada a las vidas de los perdedores, de los tramposos, de los antihéroes a los que nadie tiene en cuenta y tal vez en eso radica la genialidad de sus películas, sus personajes no son personas brillantes, triunfadores de la vida, modelos a seguir. Son esas otras personas que sobreviven, que han fracasado, que a duras penas llevan una existencia que es fiel a un dicho que leí una vez en alguna parte que decía: si quieres una vida, róbala.
Jack Lemmon encajaba perfectamente en ese papel. Fue protagonista de muchos de sus títulos: El apartamento. (con Shirley Mclaine), En bandeja de plata (junto a Walter Mathau con quien formaría una pareja muy exitosa en muchas películas), Irma la dulce (en donde de nuevo repetiría con Shirley Mclain), la archifamosa Con faldas y a lo loco (con Marylin Monroe y Tony Curtis), o una película deliciosa rodada en Italia que a mí me fascina y que tuve la suerte de conocer porque mi madre me sugirió que la viera ¿Qué sucedió entre tu padre y mi madre? Una historia rocambolesca en la que dos personas se encuentran en un lugar paradisíaco de Europa, porque van a recoger los cadáveres de sus padres muertos en un extraño accidente, y que se encuentran con que aquellos habían llevado una doble vida secreta durante muchos años.
Este actor tenía la maravillosa capacidad de meterse en la piel del tipo corriente que entre torpe e inteligente suele llevar siempre las de perder. Sus interpretaciones nos conmovían y creo que este dúo maravilloso de actor/director, que además disfrutaron de una gran amistad en la vida real, nos ha dejado unas escenas con unos diálogos y unas historias inolvidables.
No nos cansamos de ver las películas de Mr. Wilder porque están llenas de humanidad, de frases y diálogos inteligentes, porque tal vez en muchas de ellas nos vemos reflejados en algún momento de nuestras vidas en los que no hemos destacado o en los que hemos perdido irremediablemente. Esos fracasos son parte de nuestra existencia también y seguramente son los momentos de los que más hemos aprendido. Tal vez la moraleja de todas estas historias sea la misma, pase lo que pase que no cunda el pánico, siempre hay una carcajada que soltar en cada situación por muy desesperada que sea y como decía el travestido personaje que interpretó Jack Lemmon en la fantástica Con faldas y a lo loco, en inglés Some like it hot, una frase que además creo que nos tranquiliza bastante a los seres humanos y nos protege de ese ejército de gente perfeccionista y cuasi perfecta: Nobody is perfect.
Gracias Billy Wilder por haber hecho un cine tan maravilloso.
viernes, 27 de junio de 2014
Impresiones de una maestra
A lo largo de mi vida intenté no ejercer esta profesión. Sí, evité por todos los medios tomar el camino que me llevara a una escuela. A mí me deslumbraban otras vías, otros senderos luminosos que me sonaban más rimbombantes y me parecían más atractivos. Las escuelas me parecían lugares grises llenos de normas y seres circunspectos, que eran los maestros claro está, que marcaban las pautas a unos pobres alumnos que se sentían encerrados entre aquellas serias paredes.
Puede ser que yo llevara muy dentro el recuerdo de mi escuela en la que unas religiosas de toca y hábito azul se pasaban el día cortándome las alas y enumerando todas las cosas que eran pecado y no se podían hacer, que por cierto eran muchísimas. Tal vez por ese motivo el camino del magisterio para mí era un atajo para acudir a otro lugar o simplemente un sitio al que no llegar.
Pero ya sabemos como es la vida, basta que te empeñes en eludir algo, lo que sea, un amor, un deseo, en este caso una profesión para que todos esos dioses caprichosos y juguetones se confabulen y ¡voilà! ahí estás tú, en donde no querías estar.
Y hoy diez años después se me llena la boca diciendo que soy Maestra. Que me levanto por las mañanas, recorro un largo camino y solo al empezar el día estrecho manitas y recibo abrazos que son gratuitos. Y ya sé que esto lo han dicho muchos maestros anteriormente pero es algo que me maravilla cada día en este mundo en el que vivo, donde se dan muchos pisotones.
Y me siento una persona privilegiada por hacer algo que me gusta tanto ¡un gran descubrimiento para mi! por tener la posibilidad de contribuir con mi pequeño granito de arena en la formación de un ser humano. En poder observar a cada niño o niña y adelantarme a esa dificultad que pueda surgir en un futuro en el aprendizaje y buscar la manera de que ese problema tenga solución lo antes posible, porque esa es una de las cosas que le dan calidad a la enseñanza, algo de lo que se habla tanto ahora, detectar de manera precoz las dificultades en los alumnos y la intervención sobre estos lo antes posible. Formar un tándem estupendo con las familias, como si de cómplices se tratara que conspiran para que alguien avance en la vida, siempre en la medida de sus posibilidades tanto físicas como intelectuales. Respetar a todo el mundo sin mirar a qué país, religión o cultura pertenece porque la Escuela en la que creo ejerce un poder igualatorio maravilloso en el que se aprende a vivir con paz, algo tan necesario para el desarrollo integral del ser humano.
Y voy moviendo esas manitas por las pizarras, ahora digitales, y cuadernos de cuadros, de rayas y de ilusión por aprender. Y me encantaría remover ese pensamiento también que yo creo, como decía la magistral Ana María Matute, tristemente desarparecida estos días, que "el que no inventa no vive". Aprender a pensar, a opinar, a ser uno mismo en cada situación en la que nos coloca la vida con sus encrucijadas.
Puede ser que haya otros senderos más brillantes que tal vez yo no llegue a explorar nunca en mi vida y puede ser que haya adquirido un aspecto circunspecto, ojalá que no, ese que le veía yo a los enseñantes hace tiempo, pero en un día como hoy en el que el curso finaliza y me he ido a mi casa llena de abrazos de niños y padres, firmo por diez años más. Y sobre todo le doy gracias a la vida por no haberme hecho caso.
sábado, 31 de mayo de 2014
¿Desayunamos en Tiffany? Truman Capote su literatura y la maravillosa pelicula de Blake Edward.
En un viaje imaginario que hice a Nueva York en mi Vicio de Contar muchos meses atrás pasé por el escaparate de Tiffany. Era una mañana un poco gris y al igual que Holly yo también me llevé algo de comer mientras disfrutaba de la visión de ese suntuoso escaparate. Puede ser que yo tuviera uno de esos días rojos de los que ella hablaba, que no son días negros, tristes ni lluviosos, sino son días en los que el miedo se apodera de uno sin que nada se pueda hacer. Como antídoto a ese pánico incontrolable Holly se acercaba a Tiffany porque le daba la sensación de que allí nada malo podía pasarle. Yo quise hacer lo mismo en ese viaje de mi imaginación, probar a sentirme segura en aquel emblemático lugar. Desayunar en Tiffany es un sueño que todos hemos tenido después de ver la inolvidable película.
Fue el escritor sureño Truman Capote el que creó el personaje de Holly Golightly. Pero en su novela esta mujer no era la versión edulcorada que nos ofrece la película de ella, en cuyo guión también intervino el escritor norteamericano, sino que se trata de un personaje mucho más torturado por la vida. Una mujer de vida liberal, que ejerce una prostitución encubierta hasta para ella misma, -se plantéa si el hecho de haber tenido once amantes es ya un indicativo de que está inmersa en ese antiguo oficio ya sin remisión-. La historia está contada por un escritor que se muda al edificio de la chica y que la observa desde la cercanía pero que al contrario de lo que ocurre en el film, nunca tiene nada con ella. Holly termina huyendo sin que nadie descubra su paradero porque ha estado relacionada con un delincuente y la justicia la busca por su complicidad en el delito de su amante.
Truman Capote ha sido un escritor importante en la literatura norteamericana. Sus novelas retratan a personajes complicados con historias poco comunes. Su libro más reconocido fue una novela que está basada en un caso real A sangre fria que cuenta el asesinato de la familia Clutters de Kansas. Una historia para la que el autor estuvo más de cinco años investigando e indagando haciendo un trabajo que está entre la literatura y el periodismo. Este relato influyó posteriormente en el mundo de la prensa escrita y se consideró el germen del género de la novela de no-ficción.
Además de todo esto el personaje que me ocupa fue una persona integrada en la sociedad y la farándula americana, al igual que el artista contemporáneo Andy Warhol.
El director de cine Blake Edward contó con la colaboración de Truman Capote para escribir el guión de la entrañable película. Edward está considerado como un director magistral de comedias, y aunque haya tocado muchos géneros diferentes en su cine, dirigió la trágica historia Días de Vino y Rosas que protagonizaron Jack Lemon y Lee Remick, es cierto que es en la comedia en donde más ha destacado y desde luego siempre es más recordado por la película que me ocupa Breakfast at Tiffany`s, así como también por la saga de películas de La Pantera Rosa, las buenas y las malas y la magistral comedia protagonizada por Peter Seller, uno de sus actores fetiche, El guateque.
Hay muchas curiosidades relacionadas con este largometraje que como siempre, hacen que su realización se convirtiera entre las casualidades y la genialidad de los que intervienen en ella, en una película única. Truman Capote propone como protagonista femenina a su gran amiga Marylin Monroe. Evidentemente el resultado hubiera sido bien diferente si la sensual Marylin hubiera interpretado a este personaje alocado. Porque lo mágico de la historia es que la actriz protagonista no es una mujer con aspecto de chica alegre, al contrario representa la fragilidad y la vulnerabilidad, hasta vemos en ella cierta pureza y enseguida nos solidarizamos con el personaje. Hay que pensar que en 1961, año en el que se estrena la película, el mundo no veía con buenos ojos a una mujer con una vida desordenada pero a Audrey Hepburn se le podía perdonar todo con su aspecto angelical.
Dicen que la rubia más famosa de la historia rechazó el papel porque ya no quería hacer de mujer "ligera de cascos" y Audrey Hepburn de entrada dudaba entre si aceptar o no porque no se veía en esa piel. Afortunadamente aceptó y ahí queda ese icono maravilloso de estilo que tantas veces vemos en fotografías y objetos de decoración, la imagen de la actriz, de origen belga por cierto, con su moño italiano y su vestido de Givenchy.
El diseñador había realizado el vestuario de la película pensando en Katherin Hepburn, que no tiene nada que ver con Audrey, y cuando supo cual era la verdadera protagonista dicen que tuvo un enfado tremendo porque creía que aquella mujer era muy delgada para sus diseños. Pero hubo después de esta película una relación que duraría para siempre entre la casa de modas Givenchy y Audrey Herpburn, que era la elegancia y el estilo personificados.
Otra relación mágica que comenzó en esta película fue la de el director Blake Edward y el fantástico compositor de origen italiano Henry Mancini. Es en esta película en donde ambos trabajan juntos por primera vez y lo harían después en muchas ocasiones más. No olvidemos que Mancini compondría después la famosa banda sonora de la Pantera Rosa. Pero la canción Moon River compuesta por el músico no es menos famosa. Como dato a destacar la película obtuvo dos oscar por la banda sonora y por mejor canción. Versionada hasta la saciedad, todos los mejores cantantes de la historia de la música la han cantado, dicen que la mejor versión es la que canta Holly en la ventana, pequeña guitarra en mano, un turbante en la cabeza y ese aspecto triste bellísimo.
Holly dice que en Tiffany nada malo puede suceder, pues te invito a desayunar allí. Cuando tengamos un día rojo, ya sabes, corramos a esa gran avenida y ante ese explendido escaparate soñaremos que todo lo malo está desterrado de nuestras vidas. Soñar es gratis y nuestros sueños nos dan libertad para vivir otras vidas.
lunes, 12 de mayo de 2014
Facebook, Twitter, Whatsapp, Instagram...¿ Qué red prefieres?
Tengo que reconocer que soy adicta entre otras muchas cosas a los Blogs. Además de tener este espacio tan mío, este vicio de contar, navego por los mundos de otros bloggers que me aportan mucha información de todo tipo. Ya en un post que colgué en el 2012, Y ¿qué es un Blog? hablé de las características de estos, cortos, amenos, relacionados con temas concretos normalmente, que no es el caso de mi vicio de contar, pero si es la generalidad. Por eso me gustan, en cualquier sitio te puedes leer ese texto que es como un flash de información, o un pensamiento de alguien que por un momento te engancha y te deja reflexionando. Este ha sido el caso del Blog que descubrí esta semana de la periodista Karelia Vázquez.
Se trata de un Blog que habla de las redes sociales y sus consecuencias. Es una persona muy documentada sobre el tema, además de una consumidora activa de este tipo de comunicación, que caracteriza a estas primeras décadas del siglo XXI. También en Marzo del 2013 en el post Relaciones @.com. divagué sobre el whatsapp y la manera en que este sistema de mensajería instantánea nos estaba modificando la vida, porque no nos engañemos, todo está cambiando aunque seamos reacios a creer y a pensar en que las redes sociales están modificando nuestra manera de relacionarnos.
De todos los post que pude leer de este estupendo Blog, cuyo nombre es El Antigurú, refiriéndose al hecho de que nadie en las redes sociales puede ser un experto porque se trata de un fenómeno nuevo y cambiante, he anotado algunas cosas que me gustaría compartir aquí, porque mucha gente y yo consumimos, nos relacionamos y vivimos esa vida virtual, paralela a nuestra vida real.
Empiezo con las notas curiosas que encontré sobre el Facebook. Marck Zuckrberg creó esta red social a la que por cierto, le dan solo tres años más de vida, con la intención de que fuera un conector. Se trata de que los que tienen una cuenta abierta, pasen el mayor tiempo posible conectados. Es una comunidad instantánea, en esa comunidad hay amigos, conocidos, familiares, ex-novios, vecinos y demás especímenes. Se puede decir que el Facebook nos divide en dos tipos de personas, los que interactuamos y los que no interactúan. Los primeros tienen un punto de exhibicionistas. Cuelgan fotos, muestran sus vidas, expresan sus deseos.. "ya soy la superjefa" por ejemplo, como si internet fuera un oráculo en el que rezar y pedir lo que uno anhela fervientemente. Los segundos son aquellos que tienen una cuenta abierta pero no dicen ni mu. Parece que no están, pero sí están. Son los nuevos cotillas, portería on-line. Cotilleo digital pero ahora este cotilleo no es descubierto. Antaño había una cortina que se movía lentamente en un cuarto piso y detrás de aquella tela vaporosa, había una persona oculta mirando la hora en que llegaba la vecina alocada. En estos momentos millones de personas en el mundo están entrando en el muro de su ex pareja, ex amigo o ex jefe y nadie lo sabrá. Así que como decía la autora del Blog al que me referí al principio de este artículo, la tecnología se ha puesto al lado del cotilleo.
Sobre el Whatsapp ya hablé como dije antes el año pasado, cuando me llamó la atención el comentario de una amiga que me decía que el chico que le gustaba, la había bloqueado y por tanto la había expulsado de su vida, asi, silenciosamente. Parece que estar bloqueado por alguien es estar en un limbo, estar en ningún lugar y no estar en el mundo del whatsapp, esta mensajería instantánea con la que practicamos la cháchara virtual, es como no existir. Las llamadas telefónicas empiezan a ser formas de comunicación arcaicas, o manifestaciones infinitas de amor, ¿qué sería de nosotros sin los emoticonos? porque hay cosas que no se pueden expresar con palabras, necesitamos un emoticono para decir que estamos contentos, tristes o aburridos... Esas conversaciones interminables de grupos que empezaron el dos de Enero y todavía no han terminado, ni terminarán... que además las podemos volver a leer en cualquier momento,¡ qué horror!, que quede constancia de todo lo que uno dice, como si estuviéramos en un juicio o en el Congreso de los Diputados.
¿Saben que se ha hecho un estudio en la Universidad Autónoma de México sobre la risa que se escribe en la mensajería instantánea? Pues sí como lo oyen, si ponemos jaja eso quiere decir que es una risa falsa. Si ponemos tres jajaja, la risa es auténtica, pero si escribimos jajajajaja es que estamos intentando adular a la persona con la que hablamos. Estos Ciberpsicólogos analizan todos los elementos que intervienen en nuestras ciberrelaciones, con nuestros ciberamigos en el ciberespacio.
Al igual que mucha gente, hoy en día una mayoría, yo también esculpí una imagen on line, y tengo esas chácharas interminables por el whatsapp con personas que se denominan lazy contacts (contactos perezosos sería la traducción) o sea amigos que no se lo curran, que utilizan muchos emoticonos para no mojarse por ese carácter indefinido que tienen esos machanguitos. Pero me siguen encantando los bares, los lugares donde le puedes mirar a alguien a los ojos, chocar su copa con la tuya y todas esas cosas que hacemos en los lugares en donde no hay WIFI, solo gente. Pero bueno si me dan a elegir, yo como Dios, quiero estar en todos lados.
Se trata de un Blog que habla de las redes sociales y sus consecuencias. Es una persona muy documentada sobre el tema, además de una consumidora activa de este tipo de comunicación, que caracteriza a estas primeras décadas del siglo XXI. También en Marzo del 2013 en el post Relaciones @.com. divagué sobre el whatsapp y la manera en que este sistema de mensajería instantánea nos estaba modificando la vida, porque no nos engañemos, todo está cambiando aunque seamos reacios a creer y a pensar en que las redes sociales están modificando nuestra manera de relacionarnos.
De todos los post que pude leer de este estupendo Blog, cuyo nombre es El Antigurú, refiriéndose al hecho de que nadie en las redes sociales puede ser un experto porque se trata de un fenómeno nuevo y cambiante, he anotado algunas cosas que me gustaría compartir aquí, porque mucha gente y yo consumimos, nos relacionamos y vivimos esa vida virtual, paralela a nuestra vida real.
Empiezo con las notas curiosas que encontré sobre el Facebook. Marck Zuckrberg creó esta red social a la que por cierto, le dan solo tres años más de vida, con la intención de que fuera un conector. Se trata de que los que tienen una cuenta abierta, pasen el mayor tiempo posible conectados. Es una comunidad instantánea, en esa comunidad hay amigos, conocidos, familiares, ex-novios, vecinos y demás especímenes. Se puede decir que el Facebook nos divide en dos tipos de personas, los que interactuamos y los que no interactúan. Los primeros tienen un punto de exhibicionistas. Cuelgan fotos, muestran sus vidas, expresan sus deseos.. "ya soy la superjefa" por ejemplo, como si internet fuera un oráculo en el que rezar y pedir lo que uno anhela fervientemente. Los segundos son aquellos que tienen una cuenta abierta pero no dicen ni mu. Parece que no están, pero sí están. Son los nuevos cotillas, portería on-line. Cotilleo digital pero ahora este cotilleo no es descubierto. Antaño había una cortina que se movía lentamente en un cuarto piso y detrás de aquella tela vaporosa, había una persona oculta mirando la hora en que llegaba la vecina alocada. En estos momentos millones de personas en el mundo están entrando en el muro de su ex pareja, ex amigo o ex jefe y nadie lo sabrá. Así que como decía la autora del Blog al que me referí al principio de este artículo, la tecnología se ha puesto al lado del cotilleo.
Sobre el Whatsapp ya hablé como dije antes el año pasado, cuando me llamó la atención el comentario de una amiga que me decía que el chico que le gustaba, la había bloqueado y por tanto la había expulsado de su vida, asi, silenciosamente. Parece que estar bloqueado por alguien es estar en un limbo, estar en ningún lugar y no estar en el mundo del whatsapp, esta mensajería instantánea con la que practicamos la cháchara virtual, es como no existir. Las llamadas telefónicas empiezan a ser formas de comunicación arcaicas, o manifestaciones infinitas de amor, ¿qué sería de nosotros sin los emoticonos? porque hay cosas que no se pueden expresar con palabras, necesitamos un emoticono para decir que estamos contentos, tristes o aburridos... Esas conversaciones interminables de grupos que empezaron el dos de Enero y todavía no han terminado, ni terminarán... que además las podemos volver a leer en cualquier momento,¡ qué horror!, que quede constancia de todo lo que uno dice, como si estuviéramos en un juicio o en el Congreso de los Diputados.
¿Saben que se ha hecho un estudio en la Universidad Autónoma de México sobre la risa que se escribe en la mensajería instantánea? Pues sí como lo oyen, si ponemos jaja eso quiere decir que es una risa falsa. Si ponemos tres jajaja, la risa es auténtica, pero si escribimos jajajajaja es que estamos intentando adular a la persona con la que hablamos. Estos Ciberpsicólogos analizan todos los elementos que intervienen en nuestras ciberrelaciones, con nuestros ciberamigos en el ciberespacio.
Al igual que mucha gente, hoy en día una mayoría, yo también esculpí una imagen on line, y tengo esas chácharas interminables por el whatsapp con personas que se denominan lazy contacts (contactos perezosos sería la traducción) o sea amigos que no se lo curran, que utilizan muchos emoticonos para no mojarse por ese carácter indefinido que tienen esos machanguitos. Pero me siguen encantando los bares, los lugares donde le puedes mirar a alguien a los ojos, chocar su copa con la tuya y todas esas cosas que hacemos en los lugares en donde no hay WIFI, solo gente. Pero bueno si me dan a elegir, yo como Dios, quiero estar en todos lados.
domingo, 4 de mayo de 2014
Billie Holiday, Ella Fitzgerald, y Nina Simone las damas del jazz. Almas de Blues.
No es ningún secreto que la música negra ha sido la que más ha influído en la música moderna desde el pasado siglo. Los cantos tribales de los esclavos, que fueron traídos al nuevo mundo transformados luego en canciones religiosas cantadas en esas misas de los domingos de las iglesias del sur de Estados Unidos, traspasaron el sentido religioso que poseían para hacerse eco en las ondas de la radio y llegar a todos los que las escuchaban en los años cincuenta, década en la que empezaron a forjarse los nuevos estilos musicales como el Blues, el Rhythm and Blues, el Soul y el Rock and Roll. Como dato curioso de esa época puedo mencionar la denominada autopista del Gospel. Una vía por la que se llegaba a los pueblos que recibían a cuartetos vocales compuestos por hombres y mujeres, que cantaban a cuatro voces una música religiosa. Gente que ganaba mucho dinero estos actuaban ante las comunidades negras principalmente, aunque también había cuartetos de blancos, y tenían el cielo ganado. Me explico, aunque su vida en aquellos caminos fuera estupendamente pecaminosa, Dios los recibiría con gusto en el último momento. Los ritmos ancestrales africanos, la música Country con esencias de la música celta, el Pop que empezaba a formarse en aquellos tiempos en los que en aquella parte del mundo, la bonanza económica hacía su aparición después de una segunda guerra mundial devastadora, se metieron en la misma coctelera y dieron lugar a todo lo que hoy conocemos y que sigue evolucionando interminablemente. No podemos olvidarnos de los estilos que han surgido en los últimos treinta años como el Funky, el Hip-Hop y el Rap.
En todas estas fuentes han bebido las damas del jazz. Tres mujeres que pertenecieron a esta época y a estas comunidades negras en un mundo en que la que la segregación racial era una puerta cerrada a las oportunidades en el país donde se decía que los sueños se hacían realidad. Faltaba decir que esos sueños solo podían ser realizados por blancos. Pero ya sabemos desde la época de Jericó y sus murallas, que cayeron religiosamente cuando por indicación divina sonaron unas trompetas, que no hay paredes que la música no pueda derrumbar.
Billie Holiday nació en Filadelfia su nombre real era Eleanora Fagan pero siempre fue conocida como Lady Day. Una mujer que vivió cuarenta y cuatro años tan intensos como su manera de cantar, principal característica de su voz, no tan privilegiada como la de Ella Fitzgerald pero pocas cantantes han transmitido tanto en este arte. De niña ejerció la prostitución y al poco tiempo empezó a actuar en clubs nocturnos de Nueva York. Siempre fue consumidora de drogas y la imagen que tenemos de ella con flores blancas en el pelo y esa expresión ida en su mirada nos recuerda que tuvo una gran influencia en la desaparecida Amy Winehouse, aunque también fue admirada por cantantes tan distintos como Frank Sinatra o Janis Joplin.
Decían que cantaba despacio, como si estuviera cansada y probablemente fuera así, saboreaba cada nota y sentía ese cansancio eterno de los que viven tan deprisa.
La canción Strange Fruit, elegida por la revista Time como una de las canciones mas importantes del siglo XX, la llevó al éxito. Se trata de un poema triste y amargo que habla de la gente del sur.
Ella Fitzgerald nació en Newport News, la llamaban The first lady of Song. Cantante con una perfecta técnica vocal aunque falta de la pasión de Lady Day en canciones con contenido dramatico. De vida difícil también desde los dieciséis años empieza a actuar en clubs y enseguida fue descubierta y tuvo mucho éxito. Ganadora de trece premios Grammy, su repertorio es inmenso y cantó todo tipo de música no solo jazz también Blues, Bossa nova, Calipso o Pop.
Finalmente Nina Simone nacida en Carolina del Norte como Eunice Waymon le debe su nombre artístico a un apodo cariñoso de un novio hispanoparlante que la llamaba Niña y al nombre de la actriz francesa Simone Signoret. Niña prodigio que toca el piano desde los cuatro años, no escapa de la influencia de la música religiosa desde pequeña en la comunidad a la que pertenecía, también de estilo apasionado, voz muy particular y personalidad altanera. Abandonó Estados Unidos desde que mataron a Martin Luther King, cansada del racismo.
Tres mujeres negras que han marcado a muchos artistas de épocas posteriores pero que se caracterizan por utilizar la música como un medio de salvación, de comunicación a través del cual poder expulsar los demonios que nos invaden a todos a lo largo de nuestra vida, en eso tal vez radicaba su arte... cantar para no morir, para mostrar el desacuerdo con el mundo y sus injusticias, para expresar el desamor y la pasión y para después de morir no ser olvidado.
En todas estas fuentes han bebido las damas del jazz. Tres mujeres que pertenecieron a esta época y a estas comunidades negras en un mundo en que la que la segregación racial era una puerta cerrada a las oportunidades en el país donde se decía que los sueños se hacían realidad. Faltaba decir que esos sueños solo podían ser realizados por blancos. Pero ya sabemos desde la época de Jericó y sus murallas, que cayeron religiosamente cuando por indicación divina sonaron unas trompetas, que no hay paredes que la música no pueda derrumbar.
Billie Holiday nació en Filadelfia su nombre real era Eleanora Fagan pero siempre fue conocida como Lady Day. Una mujer que vivió cuarenta y cuatro años tan intensos como su manera de cantar, principal característica de su voz, no tan privilegiada como la de Ella Fitzgerald pero pocas cantantes han transmitido tanto en este arte. De niña ejerció la prostitución y al poco tiempo empezó a actuar en clubs nocturnos de Nueva York. Siempre fue consumidora de drogas y la imagen que tenemos de ella con flores blancas en el pelo y esa expresión ida en su mirada nos recuerda que tuvo una gran influencia en la desaparecida Amy Winehouse, aunque también fue admirada por cantantes tan distintos como Frank Sinatra o Janis Joplin.
Decían que cantaba despacio, como si estuviera cansada y probablemente fuera así, saboreaba cada nota y sentía ese cansancio eterno de los que viven tan deprisa.
La canción Strange Fruit, elegida por la revista Time como una de las canciones mas importantes del siglo XX, la llevó al éxito. Se trata de un poema triste y amargo que habla de la gente del sur.
Ella Fitzgerald nació en Newport News, la llamaban The first lady of Song. Cantante con una perfecta técnica vocal aunque falta de la pasión de Lady Day en canciones con contenido dramatico. De vida difícil también desde los dieciséis años empieza a actuar en clubs y enseguida fue descubierta y tuvo mucho éxito. Ganadora de trece premios Grammy, su repertorio es inmenso y cantó todo tipo de música no solo jazz también Blues, Bossa nova, Calipso o Pop.
Finalmente Nina Simone nacida en Carolina del Norte como Eunice Waymon le debe su nombre artístico a un apodo cariñoso de un novio hispanoparlante que la llamaba Niña y al nombre de la actriz francesa Simone Signoret. Niña prodigio que toca el piano desde los cuatro años, no escapa de la influencia de la música religiosa desde pequeña en la comunidad a la que pertenecía, también de estilo apasionado, voz muy particular y personalidad altanera. Abandonó Estados Unidos desde que mataron a Martin Luther King, cansada del racismo.
lunes, 14 de abril de 2014
CANTO A LA VIDA.
El recuerdo más lejano que mi mente puede alcanzar es el de unas manos cálidas y amorosas que acariciaban mi cabeza de niña que dormitaba en una pequeña cuna. Y a partir de ahí, la vida...ilusiones infantiles, tardes de juegos, días de mar y sol y esas manos siempre proporcionándome ese carburante,el calor para que mi motor no fallara nunca.
Y la vida que empuja al primer amor maravilloso, al primer baile, al primer beso ...y mis manos que se agarran a esas otras hermosas manos, tan recias y frágiles.
Y la vida que sigue con sus robos y sus recompensas, con sus lágrimas y sus risas, y yo estrecho esas manos para continuar el camino, para poder levantarme en las caídas. Y siempre están ahí para mi, me hacen fuerte, son el antídoto de la soledad y el desconsuelo.
El recuerdo más cercano e intenso que poseo es el de mis manos amantes, tristes y temblorosas acariciando tu cabeza de anciana que se esfuerza por existir un día más.
Y a partir de ahí de nuevo la vida...
porque ese amor ha sido mucho y bueno, porque al final tus manos me hicieron fuerte, alegre y cálida.
Y le canto a la vida porque tus manos siempre tenderán a las mías y porque la vida maravillosa que tú me enseñaste a vivir, no se acaba con la muerte.
LAS CARTAS
Él aquel día tenía una cita, una cita a la que no asistiría la persona con la que había concertado ese encuentro. Cuando llegó a la cafetería y se dio cuenta de que aquella persona no aparecería pensó en lo estúpido que había sido y se dispuso a tomar un café, ¡que se le iba a hacer! Al fondo, en esa mesa del rincón en la que en alguna ocasión hemos estado sentados tú y yo estaba sentada ella.
Cuando la miró pensó que aquella mujer era demasiado hermosa para estar sola y no esperar a nadie y que nadie la esperara, aun así sin pensárselo mucho se dirigió a ella para decirle no sabía qué. Aprovechando que la mujer tenía un libro en sus manos, le preguntó por el título y desgraciadamente resultó que no había oído hablar jamás de la obra y de su autor, pero nuestro hombre era una persona de recursos y comenzó a buscar otros temas que le hicieran acercarse de alguna manera a aquella fascinante mujer.
No tenían los mismos gustos literarios pero sí coincidieron en otras cosas como en el cine o en la música y de esta manera quedaron para ir juntos al cine. Y volvieron a concertar una cita, la segunda esta vez para asistir a un concierto. En aquel concierto cuando el cantante interpretó una canción con tintes románticos, de repente sus manos se unieron. Una mañana se despertaron y se dieron cuenta de que el amor se había colado por alguna rendija.
Cuando celebraron el primer aniversario de esa costumbre a la que llamamos "amor" decidieron ir a aquella cafetería en la que se habían conocido. En aquel romántico rincón, en el que hemos estado sentados tú y yo en alguna ocasión él quiso abrir su corazón y decirle tantas cosas... pero entonces ella le tapó la boca con sus manos y le dijo: sé lo que me vas a decir, que me quieres más que a nada. Yo también te quiero pero tengo que marcharme lejos. Te echaré de menos. Él desconcertado le replicó que no quería que ella se marchara, que quería tenerla siempre cerca, amanecer con ella cada mañana. Pero nada sirvió para convencerla, ella se marchó pero le prometió que le escribiría, que cada quince días le mandaría una carta de amor en la que le contaría lo que había hecho, lo que no había hecho, lo que lo quería y lo mucho que lo había echado de menos.
Ella se marchó y cuando pasaron dos semanas y la primera carta llegó, él recibió la carta ansiosamente, en ella su amor le contaba lo que había hecho, lo que no había hecho, lo que lo quería y lo que lo había echado de menos.
Pasaron otros quince días y la segunda carta llegó. Él se deleitaba leyendo cada una de aquellas palabras que se habían convertido en la razón de su vida.
El tiempo fue pasando, las cartas iban llegando puntuales a su cita, cada quince días religiosamente ella le contaba lo que había hecho, lo que no había hecho, lo que lo quería y cuánto lo había echado de menos.
Pasaron díez años y él se había instalado cómodamente en esa costumbre a la que llamamos "amor" a través de las cartas de su amada, que no lo olvidaba, que lo amaba a través de cada una de aquellas líneas finamente escritas, con una delicada caligrafía. Después de todo aquel tiempo ya podía descifrar su estado de humor, sus malos días, su alegría o su tristeza tan solo con mirar el trazo de su letra.
Y un aciago día la carta esperada no llegó. Al principio pensó que podía ser un error de correos pero cuando pasaron dos meses ya cayó en la cuenta de que aquella relación epistolar, hermosa y loca había acabado.
Sin sus palabras la vida se le hacía insoportable algo tenía que hacer, pensaba cada día. Y finalmente encontró una solución. Decidió que podía volver a leer las cartas de nuevo. Tenía cientos de ellas que había guardado celosamente en una caja fuerte. Su mayor tesoro eran todas aquellas palabras en las que ella le contaba lo que había hecho, lo que no había hecho, lo que lo quería y lo que lo echaba de menos.
Así empezó a leer una a una cada quince días las cartas. Una noche unos ladrones entraron en su casa y no encontrando nada de valor que llevarse vieron aquella caja fuerte y se marcharon con ella. Su desolación fue tremenda. La rabia de los ladrones cuando abrieron la caja fuerte fue total.
Él se volvió loco buscando a aquellos que le habían quitado su gran tesoro, su costumbre de amor. Pero daba vueltas por las calles y llegaba cada noche a su casa más triste, más viejo y acabado.
Uno de los ladrones que sintió esa curiosidad que nos entra a los seres humanos por las palabras ajenas, empezó a leer las cartas y decidió no quemarlas, como había pensado en un principio, sino enviarlas a su destinatario, como las había recibido.
Y él que nunca había perdido el hábito de abrir cada quince días el buzón, encontró un día la primera carta. Ese día volvió a la vida, ahí estaba de nuevo su costumbre de amor. Abrió desesperadamente el sobre y recorrió todas aquellas líneas escritas en esas hojas ya amarillentas. Esas palabras le hablaban de lo que ella había hecho, de lo que no había hecho, de cuánto lo quería y cuánto lo echaba de menos.
Cuando la miró pensó que aquella mujer era demasiado hermosa para estar sola y no esperar a nadie y que nadie la esperara, aun así sin pensárselo mucho se dirigió a ella para decirle no sabía qué. Aprovechando que la mujer tenía un libro en sus manos, le preguntó por el título y desgraciadamente resultó que no había oído hablar jamás de la obra y de su autor, pero nuestro hombre era una persona de recursos y comenzó a buscar otros temas que le hicieran acercarse de alguna manera a aquella fascinante mujer.
No tenían los mismos gustos literarios pero sí coincidieron en otras cosas como en el cine o en la música y de esta manera quedaron para ir juntos al cine. Y volvieron a concertar una cita, la segunda esta vez para asistir a un concierto. En aquel concierto cuando el cantante interpretó una canción con tintes románticos, de repente sus manos se unieron. Una mañana se despertaron y se dieron cuenta de que el amor se había colado por alguna rendija.
Cuando celebraron el primer aniversario de esa costumbre a la que llamamos "amor" decidieron ir a aquella cafetería en la que se habían conocido. En aquel romántico rincón, en el que hemos estado sentados tú y yo en alguna ocasión él quiso abrir su corazón y decirle tantas cosas... pero entonces ella le tapó la boca con sus manos y le dijo: sé lo que me vas a decir, que me quieres más que a nada. Yo también te quiero pero tengo que marcharme lejos. Te echaré de menos. Él desconcertado le replicó que no quería que ella se marchara, que quería tenerla siempre cerca, amanecer con ella cada mañana. Pero nada sirvió para convencerla, ella se marchó pero le prometió que le escribiría, que cada quince días le mandaría una carta de amor en la que le contaría lo que había hecho, lo que no había hecho, lo que lo quería y lo mucho que lo había echado de menos.
Ella se marchó y cuando pasaron dos semanas y la primera carta llegó, él recibió la carta ansiosamente, en ella su amor le contaba lo que había hecho, lo que no había hecho, lo que lo quería y lo que lo había echado de menos.
Pasaron otros quince días y la segunda carta llegó. Él se deleitaba leyendo cada una de aquellas palabras que se habían convertido en la razón de su vida.
El tiempo fue pasando, las cartas iban llegando puntuales a su cita, cada quince días religiosamente ella le contaba lo que había hecho, lo que no había hecho, lo que lo quería y cuánto lo había echado de menos.
Pasaron díez años y él se había instalado cómodamente en esa costumbre a la que llamamos "amor" a través de las cartas de su amada, que no lo olvidaba, que lo amaba a través de cada una de aquellas líneas finamente escritas, con una delicada caligrafía. Después de todo aquel tiempo ya podía descifrar su estado de humor, sus malos días, su alegría o su tristeza tan solo con mirar el trazo de su letra.
Y un aciago día la carta esperada no llegó. Al principio pensó que podía ser un error de correos pero cuando pasaron dos meses ya cayó en la cuenta de que aquella relación epistolar, hermosa y loca había acabado.
Sin sus palabras la vida se le hacía insoportable algo tenía que hacer, pensaba cada día. Y finalmente encontró una solución. Decidió que podía volver a leer las cartas de nuevo. Tenía cientos de ellas que había guardado celosamente en una caja fuerte. Su mayor tesoro eran todas aquellas palabras en las que ella le contaba lo que había hecho, lo que no había hecho, lo que lo quería y lo que lo echaba de menos.
Así empezó a leer una a una cada quince días las cartas. Una noche unos ladrones entraron en su casa y no encontrando nada de valor que llevarse vieron aquella caja fuerte y se marcharon con ella. Su desolación fue tremenda. La rabia de los ladrones cuando abrieron la caja fuerte fue total.
Él se volvió loco buscando a aquellos que le habían quitado su gran tesoro, su costumbre de amor. Pero daba vueltas por las calles y llegaba cada noche a su casa más triste, más viejo y acabado.
Uno de los ladrones que sintió esa curiosidad que nos entra a los seres humanos por las palabras ajenas, empezó a leer las cartas y decidió no quemarlas, como había pensado en un principio, sino enviarlas a su destinatario, como las había recibido.
Y él que nunca había perdido el hábito de abrir cada quince días el buzón, encontró un día la primera carta. Ese día volvió a la vida, ahí estaba de nuevo su costumbre de amor. Abrió desesperadamente el sobre y recorrió todas aquellas líneas escritas en esas hojas ya amarillentas. Esas palabras le hablaban de lo que ella había hecho, de lo que no había hecho, de cuánto lo quería y cuánto lo echaba de menos.
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